ENSAYO SOBRE LA ADMIRACIÓN POR DESCUBRIR QUE LO QUE PENSAMOS CONOCER ES DESCONOCIDO

La Admiración por descubrir que lo que pensamos conocer es desconocido

Por: Janneth María Guarniz Calle

INTRODUCCIÓN:

Dentro de todos nosotros existe un fuerte deseo de ser conocidos y conocer a otros. Más importante aún, es que toda la gente desea conocer a su creador, aún si no profesan creer en Dios. En la actualidad somos atacados con anuncios que prometen muchas formas de satisfacer nuestros deseos de saber, tener y ser más. Sin embargo, las promesas vacías que vienen del mundo nunca podrán satisfacer de la manera en que nos puede satisfacer conocer a Dios. ¿Conocemos realmente a Dios?, ¿qué tanto sabemos de él?, son preguntas que nos llevan a reflexionar y pensar, en las que no basta los conocimientos teóricos. Como señala Aristóteles, la admiración proviene de la conciencia de la propia ignorancia -de saber que no se sabe-, sin lo cual es imposible buscar el saber y salir así de esa ignorancia consciente.

DESARROLLO:

Desde pequeños nuestros padres nos han inculcado el amor a Dios, nos enseñaron a orar, a ir a misa, a que nuestro comportamiento y acciones se encuentren enmarcados dentro de los valores y principios humanos, es así que crecimos creyendo que hay un ser supremo que nos ama y que siempre nos cuida, pero a la vez que nos castiga si obramos mal. A medida que fuimos madurando empezamos a cuestionar cada una de esas creencias y costumbres, sin embargo, sabemos que Dios existe, que nuestra vida se ve influenciada por ese ser supremo y desconocido, sin embargo, todos queremos llegar a conocerlo.

Es importante diferenciar lo que es "saber de Dios" y "conocer a Dios", que difieren totalmente en su carácter conceptual. La primera, se refiere a "estar informado de la existencia, paradero o estado de alguien o de algo". La segunda, va mucho más allá, del aspecto teórico y "…no es saber algo acerca de Dios, sino conocer profundamente quien es”. No se puede conocer a Dios haciendo uso solo de la razón. Se puede tener mucho conocimiento intelectual de las obras de Dios y de sus caminos, y sin embargo todavía no conocerlo.

En la actualidad los medios de comunicación, anuncian y prometen muchas formas de satisfacer los deseos de saber más, tener más y ser más. Sin embargo, las promesas vacías que vienen del mundo nunca podrán llenar y satisfacer de manera completa, la sed espiritual de cada persona.

Tratar de conocer a Dios en su totalidad, es en definitiva algo imposible. Primero, porque el hombre enfrenta inmensas limitaciones en todo aspecto. J. I Packer dice, que “estudiar a Dios humilla la mente, porque, ella no logra percibir lo que realmente es Dios. Nadie puede comprender a Dios, sino solo Dios, que conoce todo de sí mismo”. Observando esta afirmación desde un punto de vista práctico, es algo positivo, porque muchas veces el orgullo se asienta en la vida del creyente, de modo que la imposibilidad de conocer a Dios mantiene al creyente en humildad, porque nunca podrá comprender la infinidad de Dios, pero vale aclarar que "toda persona, en todas partes, tiene un sentido hondo e interno de que Dios existe”.

Las emociones humanas juegan papeles muy importantes en la vida. Esto es natural, y a menudo completamente sano, pero algunas personas se dejan llevar por las emociones y hacen cosas que no deberían hacer, las emociones pueden ser confusas, inciertas, aun peligrosas. Para muchos creyentes la experiencia emocional es fundamental para conocer a Dios. Las revelaciones, los sueños, testimonios y la expresión de dones son el reflejo deliberado y fuera de control, de personas que según dicen, sintieron

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