Ejercicio del Buen Vivir

EL BUEN VIVIR

Se puede definir el buen vivir desde un punto de la persona como la plena satisfacción sus necesidades básicas, el logro y consecución de su bienestar con alta calidad de vida y que lo lleva por todo el camino de su vida hacia una muerte digna. En Buen Vivir también considera el amor, la capacidad de amar y el ser amado, La salud plena, el confort por la vida, la convivencia saludable con todos y todas, desarrollarse en paz y armonía con los seres humano y con la naturaleza que nos rodea, el desarrollo cultura de las personas etc. El Buen Vivir no solo considera el descanso también supone tener tiempo libre para la admiración, la libertad en la vida, es decir que cuenta con la independencias, las oportunidades, competencias y potencialidades reales para que los individuos se aumenten y se desarrollen de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios esperan de un ser humano.

En buen vivir también considera o incluye mantener buena comunicación consigo mismo y con los demás, el respeto por las personas, los animales y la tierra, considera además  y una convivencia humana plena que permita desarrollar cada una de las actividades diarias con la certeza que contribuirán a mantener la paz con el prójimo.

Como parte de este propósito es decir de alcanzar el buen vivir se realizó un pequeño ejercicio que más que un ejercicio debería convertirse en un estilo de vida en donde los cambios sean permanente y no como parte de hecho aislado utilizado para comprobar una hipótesis del poder de las palabras y que cada acción cuenta con una reacción. Siendo esas acciones propias las que merecen atención y cambios profundos para desencadenas las reacciones esperadas y aquellas que contribuirán a alcanzar el objetivo del Buen Vivir.

Una las primeras acciones realizadas fue tomar dar gracias por la vida, gracias por la salud y gracias por tener una familia y un nuevo día para hace las cosas diferentes.

Posterior mente en casa y al salir de casa, saludar a todas las personas y mis hijos mi esposa, a los vecinos que me encontré, vigilante y al portero, quienes se vieron muy contentos de recibir palabras que le decían buenos días, le desean un buen día y les preguntaba cómo se encontraban en general, esta simple acción desencadeno reacciones en estas personas de felicidad, de amabilidad y de mucha alegría.

Al salir de casa rumbo a mis clases de la otra maestría en la Universidad Dr. José Matías delgado nuevamente tuve la oportunidad de poner en práctica las acciones tomadas al inicio del día con un señor vigilante, el cual al ver la forma en como fue abordado por mi persona dándoles los buenos días viéndolo a sus ojos, preguntándolo como iba su día y como se sentía; el muy amablemente me contesto muy contento que se encontraba muy bien; luego me pregunto a mí también como me encontraba a lo cual responde que muy bien. Este juego de palabra e intercambio de saludos amable me valió un espacio de parque más cercano al edificio de maestrías y una gran satisfacción de haber generado con mis acciones una reacción tan buena que me invita a seguir haciéndolas para mejora no solo mis relaciones interpersonales si no también la relación con migo mismo.

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