El Arte Metafísico Y El Racionalismo Estético

“El arte metafísico y el racionalismo estético”

La Edad Media: el arte geocéntrico y la estética entendida como una teofanía.

Consideraremos Edad Media como el largo período comprendido entre los siglos V y XV y, aunque no hay hitos históricos que produzcan un corte con la antigüedad clásica y el Renacimiento, ciertamente hay una diferenciación cultural.

El primer período, conocido como Alta Edad Media, se enmarca en un contexto social y económico decadente propio del ocaso del modo de producción esclavista; es en esta etapa cuando se producen las invasiones germánicas y el afianzamiento del sistema feudal. Pese a esta fragmentación territorial y diversidad cultural, la cultura romana se seguía manteniendo viva (supervivencia del latín y el derecho romano) y, aún más importante, el Cristianismo se arraigó y se impuso increíblemente lo que incluso promovió una fusión entre civilizaciones.

La Iglesia poseía diversas ventajas que la volvieron la institución más significativa de la Edad Media: una fuerte organización centralizada que se elevaba ante la atomización del sistema feudal; contaba con un importante poder material en tanto poseía innumerables tierras y percibía el diezmo de los fieles; era altamente influyente en cuanto a decisiones sociales y políticas; administraba justicia a aquellos que atentaban contra el dogma eclesiástico (recordemos la llamada Inquisición); hacia el siglo X logró autonomía en cuanto a la elección de los Papas por parte del Colegio de Cardenales por lo cual se alejaron aún más del mundo laico; se embarcó en una guerra cuyo fin era cristianizar el mundo (Cruzadas).

La Baja Edad Media se caracteriza por el florecimiento del comercio internacional, lo que llevó a la conformación de ciudades y estimula el desarrollo cultural.

El ocaso de la Edad Media se da con la crisis del siglo XIV y el fortalecimiento del poder de los reyes, poder que tendió cada vez más hacia el modelo de la Monarquía Absoluta. Es por esto que podemos afirmar que el surgimiento de los Estados Absolutos en Europa se va a dar en un contexto de transición del viejo orden feudal hacia un sistema capitalista moderno.

El Renacimiento: el arte antropocéntrico y la búsqueda de la perfección.

Mientras la Edad Media es un período histórico que alberga diferentes movimientos artísticos en su seno (aunque todos ellos centrados en el teocentrismo propio de la época) el Renacimiento es más bien un “movimiento” cultural que toma lugar en los siglos XV y XVI -sobre todo en Italia pero se expande rápidamente- y sus ideas principales surgen de las concepciones humanistas, las que hacen énfasis en la visión antropocéntrica y en la renovación de las concepciones clásicas del arte.

En cuanto al contexto histórico, se trata de una era de descubrimientos: la imprenta, la conquista de América, la Reforma protestante, el surgimiento de un pre-capitalismo con ciudades, centros comerciales y una economía mercantil. Por lo cual progresivamente el poder eclesiástico va retrocediendo.

Concepciones del arte y representaciones artísticas en estos períodos:

Dado el protagonismo que adquiere la Iglesia en el plano cultural es esta institución la que otorga un sentido homogéneo a todo el arte medieval, se impone culturalmente (asignándose el papel formativo y divulgativo de la sociedad medieval y asumiendo el liderazgo artístico) al poseer un poder material imponderable y encontrar en el arte un inmejorable elemento de difusión. Las obras de arte de la edad media están estrechamente ligadas al pensamiento religioso, en especial al cristianismo cuyos mayores interpretes fueron San Agustín y más tarde Santo Tomás. Todo el arte del medioevo está relacionado con iconografía religiosa, buscando más que una belleza sensible (mimesis) basada en la imitación de la naturaleza, una belleza figurativa, conceptual, ligada directamente a la obra y lo que ésta simboliza.

En el Renacimiento la concepción de belleza sensible cambia con respecto a la concepción medieval. Aquí los artistas representaron la belleza sensible a través de la anatomía, las proporciones, la perspectiva, la utilización del color, la idealización y la expresión; elementos que ofrecieron una definición distinta de la obra de arte. Aspecto fundamental en la belleza sensible de la obra renacentista es el naturalismo o la imitación de la naturaleza. La concepción de belleza renacentista en el arte está marcada hacia una tendencia naturalista de las formas, algo que se contrapone al concepto medieval de la belleza en el arte.

“Si para lo griego platónico había un camino hacia la belleza que no incluía al Arte (techné) ni remataba con su obra, si para el pensamiento cristiano medioeval había un Arte que no involucraba a la belleza, puede decirse que el Renacimiento abrazó para siempre esas dos ideas: Arte y Belleza, y destinó a la cultura Occidental a pensarlas indivorciables. No hubo después una época artística de tal grandeza.” (CT, Pag. 86)

Sin renunciar al cristianismo, el artista renacentista abandona la experiencia del arte escolástico medieval y recupera la concepción de la representación mimética de la realidad a la manera de los clásicos pero combinándola con los conocimientos científicos acumulados. Por tanto podemos decir que además de la mimesis busca conocer y explicar la realidad de una manera perfeccionista.

Mientras en la Edad Media el arte no era concebida en cuanto a su valor expresivo ya que lo estético es algo externamente dado, derivado del origen Divino -el cual era a la vez “fundamento y consumación de todas las cosas”- (CT, Pág. 74) en el Renacimiento se vuelve sobre la concepción clásica de lo estético pero sin dejar de lado las nociones heredadas del cristianismo.

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