El Canto De Las Sirenas

EL CANTO DE LAS SIRENAS

En la sociedad actual, más en la occidental, nos encontramos con dos realidades, una que se vive a través de la sociedad de consumo y otra muy distante, vivida desde la escasez. La primera nos muestra todo como bello, necesario, perfecto, ideales llegados a todos nosotros por medio de una herramienta muy poderosa, La Publicidad, sumergiéndonos en una inagotable sensación de necesidad con la promesa de que si adquieres mil cosas, todo ira mejor, sin sentido de consecuencia o control, en el que esta actitud devoradora es permitida sin restricción alguna.

El Canto de las Sirenas fue tan bello y embaucador en la Odisea de Homero, como lo es en la actualidad toda la información que recibimos y percibimos a través de La Publicidad, en esta táctica reposa todo tipo de tareas, desde comprar un producto de belleza para vernos mejor, hasta aprobar tal personaje para un importante cargo Político, todo se trata de que tan bien sea su Publicidad, lo que es inquietante ya que deja muy poco espacio para las decisiones propias, concienzudas e inalterables de los que conformamos esta particular sociedad, que cada día se pregunta menos por los valores necesarios para prosperar como comunidad (el concepto en sí de Comunidad desaparece cuando ni siquiera nos preguntamos quien está a nuestro lado, que nos une, que compartimos), dejándonos hoy presos de los conceptos que a través de la Publicidad se nos vende como Belleza, Aceptación, Felicidad, Éxito, una realidad que es el referente a toda costa de nuestra sociedad actual, pero al que nadie accede, pues de eso se trata, siempre querer más, entonces nunca será suficiente.

Sin embargo no es fácil percibir sus tácticas, sus herramientas cambian y se adaptan a nuevas necesidades reconocidas, ya no venden solo el producto tangible (detergente), ahora nos venden tranquilidad, compasión, cuidado (el detergente cuida el planeta, no contamina y además la empresa tiene una fundación para familias pobres), casi podríamos decir que son benevolentes por estar ahí para nosotros y difícilmente recordamos que solo hacen parte de la sociedad de consumo, acumulación de capital y enriquecimiento para muy pocos.

La Publicidad nos controla, nos seduce y por ende nuestro comportamiento está enmarcado en lo que esta nos dicta, a tal punto que la realidad publicitaria supera y por mucho la vida real, es más, todo aquel que no pueda satisfacer las expectativas de lo aceptable, de lo normal, de lo que debe ser (porque debe ser? Por qué así nos lo dicen, no pedimos explicaciones de nada y en esto tenemos muy buena parte de responsabilidad), estas personas que no encajan, continúan con su vida, casi de mentiras, porque así nos parece, cuando vemos a alguien en condiciones diferentes a las nuestras y consideramos que son desfavorable, hay cierto reproche interno, surgen preguntas como que le pasara a esté, porque no hace algo distinto con su vida, si tuviera ciertas cosas sería mejor persona o más feliz, en fin, tenemos ciertos estándares para determinar el ser, a través del tener, las personas somos percibidas como mejores personas si poseemos más o mejores cosas, el Éxito o Fracaso está enmarcado en el adquirir y sostener el ritmo consumista del Capitalismo.

Situación especialmente singular para nuestra Región, en donde se entremezclan los paisajes de la gran Ciudad y los rincones no tan pequeños como algunos quisieran, de pobreza y caos, recordándonos siempre, la verdad que con tanto recelo disfrazan los acto publicitario, pues la mendicidad existe al igual que las enfermedades y peor aún, existe la gordura y existes las deudas, miles y millones de personas que deben cada cosa que tienen, su casa, su carro, el celular hasta el mercado es pagado con tarjeta de crédito, lo que nos indica que es un buen momento para detenernos y pensar, que quiero, que necesito y que puedo tener, sin sentirnos bichos raros, con

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