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El Discurso Moral En Los órganos Legislativos


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  3.546 Palabras (15 Páginas)  •  210 Visitas

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UNIVERSIDAD DE PALERMO

TEORÍAS SOBRE LA JUSTICIA

Nombre: Viviana Gutiérrez Bohórquez

LA IMPORTANCIA DEL DISCURSO MORAL EN LOS PROCESOS DE ELABORACIÓN DE NORMAS

1. Introducción y Justificación

2. El punto de convergencia entre la discusión moral y la labor legislativa

3. El discurso moral en los órganos legislativos

4. El compromiso de los participantes con la discusión

5. La función social del debate y el debate de las distintas teorías de justicia distributiva

6. Conclusión

7. Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN

Los procesos legislativos y, en general, todo proceso de elaboración normativa tiene una relación directa con la discusión sobre lo moral. Es precisamente en base a un paradigma de lo que está “bien” o “mal” que las personas se reúnen y empiezan a reglamentar conductas en la comunidad. Ambas categorías tienen un origen muy diverso y finalmente se podrían traducir en tipos de relativismo descriptivo, normativo o metaético, según las características de cada expositor.

“Rubio Caicedo, citando a R.B. Brandt, distingue tres tipos de relativismo: el relativismo descriptivo que se limita a afirmar la irreductibilidad de los códigos morales; el relativismo metaético que sostiene la imposibilidad de alcanzar un criterio universalmente válido de corrección moral; el relativismo normativo para el cual algo es moralmente bueno o malo, no sólo si el grupo (o el individuo ) así lo cree, sino que también el individuo en cuestión está moralmente obligado a actuar según tales creencias”

Cuando hablamos de concepciones individuales y personales sobre un concepto moral podríamos incluso admitir cierto grado de escepticismo entre los participantes. Sin embargo, no deberíamos aceptar ningún grado de indeterminación cuando la discusión se traslada a un espacio donde se dictan las normas que van a regular y dirigir nuestra vidas en sociedad. Es cierto que el derecho está lleno de imposiciones morales, pero el debate sobre lo moral ha quedado puertas afuera.

Tomando en cuenta el enfoque esencialmente teórico del curso, me parece pertinente analizar de qué manera podría influir esta discusión moral en el marco del desarrollo normativo. Hace un año empecé mis estudios en la carrera de especialización en elaboración de normas jurídicas, ofertada por la Universidad de Buenos Aires, y no pude evitar reparar en la evidente relación que existe entre el discurso moral y la labor legislativa. Por lo tanto, en este ensayo no vamos a revisar el fondo de la discusión moral ni los intereses que cada parte pudiera manejar en su implementación. El objetivo es resaltar la importancia del debate teórico sobre la moral dentro de una organización con capacidades normativas.

2. EL PUNTO DE CONVERGENCIA ENTRE LA DISCUSIÓN MORAL Y LA LABOR LEGISLATIVA

Todos tenemos distintas concepciones del bien y de lo que queremos. Tenemos una diversidad de valoraciones, incluso, sobre los mismos principios generales que están llamados a suplir los vacíos y aclarar las contradicciones legales. En este contexto es necesario que, al menos en el lugar donde nace la legislación, existan herramientas que ayuden a formular acuerdos para fomentar la seguridad de las instituciones que se promulgan.

Mientras el discurso moral busca encontrar una verdad inequívoca, el debate legislativo busca expedir normativa efectiva. Ambos resultados suponen un acuerdo general entre los receptores para considerarse como verdaderas. Requieren de una aceptación del interlocutor para confirmar su estatus de “única” o de “cumplimiento obligatorio”. Si un presupuesto es verdadero, no puede existir otro que lo refute o contradiga. De la misma manera, estamos de acuerdo en que la efectividad de una norma no se verifica simplemente con su sanción legislativa, la norma requiere de una actitud positiva de subordinación por parte de los destinatarios para que pueda llamarse efectiva.

Jürgen Habermas es un sociólogo y filósofo alemán que encuentra la relación entre las normas morales y jurídicas en la obtención de un objetivo. Por un lado, las normas morales contienen en sí mismas un fin: dar una solución verdadera a los conflictos morales. De otro, las normas jurídicas están destinadas a poner en práctica programas políticos que persiguen objetivos comunes y de cumplimiento obligatorio. Habermas concuerda con Dworkin al identificar que tanto los argumentos políticos como los morales son intrínsecamente conectados con la aplicación efectiva y la interpretación de las leyes.

“Whereas moral norms are always ends in themselves, legal norms are also means for realizing political goals. That is, they serve not only the impartial settlement of conflicts of action but also the realization of political programs. Collective goal-attainment and the implementation of policies owe their binding force to the form of law. In this respect, law stands between politics and morality. This is why, as Dworkin has shown, in judicial discourse, arguments about the application and interpretation of law are intrinsically connected with policy arguments as well as with moral arguments.”

Por lo tanto, para que estos programas políticos sean efectivos requieren de la aceptación y cumplimiento general de los subordinados en base a un estándar moral común. Entendemos que una norma debe regular el estilo de vida de una sociedad en base a sus propios paradigmas culturales, sociales, económicos, etc. Imponer una norma arbitraria que no refleje los intereses y necesidades de la sociedad inevitablemente caerá en anomia, y como consecuencia se neutralizan los objetivos políticos de la norma. Como afirma Émile Durkheim:

“No depende del legislador el que un hecho se nos aparezca o no como moralmente odioso. Cuando la ley reprime actos que el sentimiento público juzga inofensivos, es la ley la que nos indigna y no el acto que se castiga.”

Según Dwokin el único mecanismo para encontrar un concepto moral verdadero es construir una serie de argumentos que fortalezcan esta posición. De tal manera que armamos una red de convicciones morales tan reforzada que nada queda afuera. Sólo basta con defender una parte del sistema porque todas las conexiones se apoyan en argumentos justificados exhaustivamente. En definitiva, se tiene como verdadero al mejor argumento disponible.

“The best we can say is: the argument ends when it meets itself, if it ever does. We can elaborate the metaphor I used earlier. If you organized all your moral convictions into an ideally effective filter encapsulating your will, they would form a large interconnected and interdependent system of principles and ideas. You could

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