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El Hombre En búsqueda Del Sentido


Enviado por   •  27 de Mayo de 2014  •  2.510 Palabras (11 Páginas)  •  193 Visitas

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El hombre en búsqueda de Sentido

Introducción

Una de las realidades más presentes hoy en día es el tema de la discriminación. Actualmente en el mundo entero cientos de personas barajan todo tipo de opciones para ser aceptadas en un trabajo, o ser simplemente aceptadas dentro de un grupo social. ¿Existe alguna justificación válida al momento de discriminar o discernir entre lo uno y lo otro? ¿Existe en algún minuto una discriminación justificada? El autor divide el libro en dos partes, la primera es el relato y análisis de la vida en el campo de concentración y la segunda es la explicación de la “logoterapia” que desarrolló a partir de estas vivencias. La vida en el campo de concentración es dividida en tres fases: internamiento, vida y liberación. Señala los diferentes sentimientos al estar en el campo, que van desde ira y frustración hasta la frialdad y la ausencia de cualquier sentimiento. También de los métodos usados para sobrevivir, de cómo cada quien trataba de buscar un sentido a su vida y quien no lo encontraba moría. En la primera fase (internamiento) menciona el shock, la incredulidad, la ira, y muchos sentimientos que con el paso de los días en el campo de concentración se van anulando hasta llegar a un estado de que nada le importa, cualquier cosa que no sea para sobrevivir no sirve,

En la segunda fase (vida en el campo) habla de la necesidad de sobrevivir, de la importancia de encontrarle un sentido a la vida para poder seguir viviéndola, de cómo el futuro y el pasado pueden ser un consuelo para el presente. En la tercera fase (liberación) habla de las consecuencias que sufren los presos, la desilusión, otra vez la incredulidad de que la libertad fuera verdad y no un sueño. En la segunda parte del libro habla de la logoterapia, que consiste en una terapia, que ve más hacia el futuro que hacia el pasado, que consiste en encontrarle un sentido a todo lo que se hace, el sentido de la vida, del amor y del sufrimiento. Habla de la libertad de ser tu mismo y tomar las decisiones que creas convenientes. Habla de la intención paradójica, de cómo el miedo o las ganas de hacer algo influyen en lo que pase, entonces en resumen la intención paradójica consiste en “desear” lo contrario a lo que deseas para que se realice. Da algunos ejemplos de los casos que se han solucionado por medio de esta técnica.

Planteamiento del Problema

En este mundo todas las personas somos distintas, y es un hecho que es uno de los mayores dones que tenemos en la vida es ser únicos y especiales, sin embargo, llega un punto en donde esta cualidad del ser humano, el ser distintos, hace que existan “unos mejores que otros”, lo que conlleva directamente a que existan unos más capacitados que otros, unos más inteligentes que otros, y un sin fin de comparaciones donde siempre es uno el que gana o el que se sobre pone al otro. En este panorama entonces, el grupo más afectado, o el que al menos se aprecia mayoritariamente la discriminación, es el grupo de personas con algún tipo de impedimento físico. Desde hace años, que las personas con alguna falencia física no son, aptas para ciertos tipos de trabajos. Ahora bien, es cierto que hasta cierto punto la discriminación se justifica, según mi parecer, como un proceso de selección en pro de la persona, con esto quiero decir que siempre y cuando “discriminando” se evite que la persona corra un riesgo vital, dicha discriminación es justificada y por ende positiva. Ejemplos a lo largo de la historia sobre discriminación hay muchos, cito el caso de los campos de concentración donde “se seleccionaba a los más enfermos o agotados, incapaces de trabajar, y se les enviaba a alguno de los campos centrales equipados con cámaras de gas y crematorios” [1]. Analizando el ejemplo, queda más en claro mi punto de vista. Si se habla de “seleccionar” a los más enfermos o agotados, incapaces de trabajar, para enviarlos derechamente a su muerte, ¿es justificada dicha “selección”?, porque no curar a los enfermos, ayudar a los agotados, y buscar alguna solución en donde efectivamente esas personas pudieran llegar en últimas instancias ayudar a otros, y así salir de su condición de “discriminados negativamente”.

Otro foco claro de discriminación, es la discriminación que se hace por el simple hecho de pensar, creer o incluso actuar distinto. Analicemos la siguiente situación: Nos encontramos en una reunión social conversando con 5 personas distintas. Es seguro que todos tienen creencias, valores y pensamientos distintos sobre religión, política, educación y otros tópicos, entonces es válido preguntarse. ¿Es verdaderamente una razón para discriminar el hecho que piensen distinto? Es claro como durante toda la historia del ser humano, han existido épocas específicas marcadas por una fuerte discriminación de este tipo. Por ejemplo de los judíos que durante la II° Guerra Mundial fueron perseguidos y matados por el simple hecho de ser judíos, de ser distintos. Sin ir más lejos me llama mucho la atención la siguiente frase recogida de un texto que relata la realidad en los campos de concentración desde la perspectiva de un prisionero: “¿Sabéis a quien llamamos aquí un “musulmán”? Al que tiene un aspecto miserable, por dentro y por fuera, enfermo y demacrado y es incapaz de realizar trabajos duros por más tiempo: ese es un musulmán” [2]. Claro está que un musulmán como se sabía en esos tiempos y como se sabe actualmente es una persona que posee al igual que católicos, sus propias creencias religiosas. ¿Es justo entonces sentenciar a alguien y juzgarlo de cierta manera por pensar distinto, por ser distinto? Desde mi punto de vista no lo es, y es sólo un asunto de ser consecuente, de aceptar que cada ser humano es distinto, que existen en el mundo realidades distintas que hacen que las personas actúen distinto, y que encasillar a alguien por su condición, o simplemente tener prejuicios sobre alguien es una forma directa también de discriminar.

Todos en nuestras vidas discriminamos y hemos sido discriminados, que tire la primera piedra la persona que jamás ha escuchado a alguien decir “Aquella vez, la sangre se me agolpó en la cabeza por verme obligado a escuchar a un hombre que juzgaba mi vida sin tener la más remota idea de cómo era yo” [3]. Sin duda alguna, es una frase muy recurrente, y esto es gracias a que la vida en general está llena de prejuicios, que son en cierto modo una discriminación clara. Si alguien ve a una persona de escasos recursos, se le suele vincular inmediatamente con que es delincuente. Si por otro lado vemos a alguien extremadamente acomodado en cuanto a la condición social, se suele pensar que es una persona altruista, ególatra, y avara. Todos esos encasillamientos se

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