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El Hombre Hombre Ligero Vs. El Hombre Gris


Enviado por   •  11 de Junio de 2014  •  1.074 Palabras (5 Páginas)  •  486 Visitas

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Por Salma Klimos Mercado

«Quien mira un espejo, quien consigue verlo sin verse, quien entiende que su profundidad consiste en ser vacío, quien camina hacia el interior de su espacio transparente sin dejar en él el vestigio de la propia imagen, ese alguien ha entendido entonces su misterio» —Clarice Lispector, Agua viva.

¿El desapego es indiferencia? Durante mucho tiempo esta pregunta ha estado haciendo ruido (incluso en algunos diccionarios los ponen como sinónimos), existe una línea muy fina entre el que las cosas no importen y el quitarle la carga a éstas. Es una línea delgada que se entiende mejor cuando la vives que cuando la dices; la respuesta llegó a mí de la primera manera, intentaré responderla aquí de la segunda, basándome en las palabras de Nietzsche en Así habló Zaratustra.

Desapego de qué, puede ser una infinidad, me dirigiré aquí a cuando la persona se separa de su individualidad, que, en cierto sentido, de una manera un poco extraña, involucra el desapego de todo lo demás y al mismo tiempo un acercamiento mejor.

Recordemos las tres transformaciones: antes del camello se encuentra la indiferencia, la transformación empieza con el camello y sus cargas, le sigue el valiente león y al final está el niño, que vive la ligereza. Desde aquí podemos vislumbrar una separación entre el desapego y la indiferencia.

Una gran parte de las malas interpretaciones con respecto al desapego existen a causa de los estándares que han sido impuestos sobre el amor y el querer. El amor, en su definición tradicional, es pesado, aprensivo, lleno de ansias, miedos, cadenas y expectativas, quiere poseer, exige ser correspondido y mostrado, inevitablemente se sufre y se dice que no se ama si no hay un sacrificio. Como diría Nietzsche, esto no es más que un amor de corazones miedosos e inseguros. El hombre ligero no ama de esta manera y por eso algunos dicen que no ama, lo cual es completamente falso: que el hombre ligero no ame de la manera estandarizada no quiere decir que él no ame. Re-define al amor, un

Klimos Mercado Salma ÉTICA II ordinario

amor ligero, libre de ansias, con más seguridad, no hay necesidad de cadenas en donde la voluntad es auténtica.

El querer es la voluntad del hombre, que sólo se puede llevar a cabo cuando éste aprende a escucharse y obedecerse a sí mismo (a veces es más fácil que nos digan qué hacer). El desapego no busca que dejemos de querer, el querer mal logrado es la fuente de sufrimiento. El hombre gris tiene miedo de querer, el hombre ligero se libera en el querer1. El indiferente no es capaz de crear, se encuentra paralizado, mientras el hombre ligero se mueve gracias a su libre voluntad. El hombre gris no ama2, para volverse ligero se empieza con el amor propio. Para poder crear, es necesario voltear la mirada de sí mismo. El hombre ligero no aspira a la felicidad, aspira a su obra. Sólo se redime al pasado cuando creamos y re-inventamos.

«¡Por encima de tu cabeza y más allá de tu propio corazón!» El hombre ligero aprende a hundirse en su ocaso3, no en sí mismo, es tan rico de sí que ya no sólo

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