El Mundo de Sofía Ensayo crítico y de opinión personal

El mundo de Sofía es una novela sobre la historia de la filosofía, del autor Jostein Gaarder (Oslo, 1952). Fue públicado por primera vez en 1995, H. Aschehoug & Co. (W. Nygaaerd), Oslo.

En ella se narra la historia de una joven estudiante de secundaria de nombre Sofía, que se encuentra  próxima a su XV cumpleaños. Ella vive únicamente con su madre, quién trabaja hasta altas horas de la tarde, por ello Sofía goza de algunas horas sin supervisión al llegar del colegio. Sofía nunca ha tenido siquiera un aproximamiento a la filosofía, pero de pronto, un día recibe una carta de un supuesto filósofo que le platea algunas de las preguntas filosóficas más fundamentales: ¿Quién eres? ¿De dónde viene el mundo?, así Sofía tiene su primer acercamiento con la filosofía y le invade una curiosidad e inquietud intelectual que hasta ese momento le eran totalmente desconocidas.

Sofía comienza a recibir más cartas, al principio es fácil observar un patrón en el contenido de estas cartas; primero llega una carta pequeña, y que contiene algunas preguntas que a Sofía le parecen un tanto extrañas e incluso obvias, pero tras profundizar en su pensamiento para responder satisfactoriamente estas preguntas, se da cuenta de que son más complejas de lo que había considerado previamente. Lo siguiente suele ser un sobre más grande, con varias hojas y contenido instructivo y educativo, en ellas siempre hay un saludo por parte del misterioso filósofo y una breve introducción a tema que toca tratar en esa lección, pues todo esto es, supuestamente, parte de un curso gratuito de filosofía por correspondencia, entonces en estos sobres más grandes el filósofo habla de algunos pensadores, de su vida, su concepción del mundo y sus ideas. A raíz de esto, Sofía comienza a desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo, pierde gran parte de su interés en las asignaturas académicas y dedica casi todo su tiempo al curso de filosofía. Pasados algunos días desde que recibió la primera carta, conoce al perro mensajero del Filósofo, este lleva por nombre, Hermes. Un día recibe una cinta de video  en la que aparece el filósofo, que se presenta con el nombre de Alberto Knox, en cinta el está en la Acrópolis, el gran centro intelectual de Atenas. De una forma extraña el parece trasladarse al pasado y mantiene un breve conversación con Sócrates y Plantón, Maestro y alumno, respectivamente. También Sofía, de una forma incomprensible, interactúa con el mismo Platón por medio de la cinta de video y este le realiza una serie de preguntas que serían contestadas en la siguiente carta enviada por Alberto.

Sofía comienza a buscar la forma de encontrarse con Alberto cara a cara, a pesar de que este le había pedido que fuera paciente y esperara a que fuera él quien la buscara. Un día encuentra una cabaña de color rojo a la orilla de una pequeña laguna oculta en el bosque que rodea gran parte de la casa de Sofía. Tras cruzar la laguna, superando unos cuantos obstáculos, consigue llegar a la cabaña y entrar en ella, ahí encuentra unas condiciones que le permiten afirmar que es Alberto Knox el que la habita, además encuentra un par de cosas curiosas, un espejo grande de latón que parece encerrar a una pequeña mujercita de más o menos la edad de Sofía y un sobre con el nombre de Sofía como destinatario. Sofía alcanza a escuchar los ladridos de Hermes dirigiéndose a la cabaña y los movimientos entre la hierba de otra criatura, quien ella supone, es Alberto Knox, invadida por el temor que le produce ser descubierta huye hacia el bosque y, tras algunos tropezones, consigue llegar a su casa, estando ahí, su madre le ordena cambiarse de vestimenta, pues la que tenía estaba mojada y sucia, cuando sube a su habitación, Sofía comienza a redactar una carta dirigida a Alberto, con el propósito de disculparse por haber irrumpido en su hogar, la respuesta de Alberto es afirmativa y su relación de alumno-maestro continua sin mayores complicaciones, solo con algunas advertencias disciplinarias.

A los pocos días, Sofía va de campamento con su amiga Jorunn, y elige un lugar suficientemente cercano a la vieja cabaña. Estando ahí, Sofía convence a su amiga de acompañarla a explorar la vieja cabaña y luego de un rato, Jorunn acepta. Al llegar al lugar, Sofía explora el gran espejo de latón, de donde repentinamente sale una postal dirigida a una tal “Hilde”, ese nombre no era nuevo, pues Sofía había estado encontrando con anterioridad algunas postales dirigidas a la misma persona y escritas todas por el padre de Hilde, además de estar fechadas con el día en el que Sofía cumpliría XV años. Estas postales mencionaban a Sofía y eso le parecía muy extraño, pues ella no conocía a ni a Hilde, ni a su padre, pero parecía que, al menos el padre, conocía muy bien a Sofía.

...