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El Ser Y El Uno En Parmenides


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  6.874 Palabras (28 Páginas)  •  289 Visitas

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Universidad Católica de La Plata.

Licenciatura en Filosofía.

Los elementos de la Participación

en el diálogo Parménides de Platón

• Asignatura: Seminario de Filosofía Antigua.

• Profesor: César Ayala.

• Alumno: Maximiliano Garaycochea.

• Fecha: Octubre de 2004.

Introducción

En el siguiente trabajo de investigación, trataremos de desarrollar, brevemente y con la mayor simplicidad posible, una de las cuestiones mas discutidas acerca del sistema filosófico de este gran pensador Antiguo, que es Platón. Trataremos de dar cuenta de una posible interpretación de la teoría de la participación en el diálogo platónico Parmenides.

Al comienzo de este Seminario de Historia de la Filosofía Antigua, se nos propuso este tema, y lo recibimos con gusto, no solo por lo que de suyo tiene de significación e importancia para la metafísica, sino también por lo que representa la figura y la doctrina de Platón. A él le cabe el mérito de haber descubierto esta verdad metafísica de la participación. El supo ver con claridad que todo lo imperfecto supone y es por participación de algo perfecto, que ninguna perfección limitada puede ser sino por aquella perfección ilimitada, que lo múltiple supone y es por lo Uno, etc.

Entre este trabalenguas de conceptos y de ideas es donde ahondaremos y nos introduciremos. Será en el mismo mundo platónico de donde trataremos de dilucidar y, si es posible, aclarar en parte esta cuestión tan tratada y de tanta importancia para el estudio de la metafísica tomista.

El hecho de que una misma perfección se halle en diversos individuos o también en grados distintos, lleva a plantear el tema de la participación, olvidado por la metafísica de la era moderna. Es curioso que los seguidores de Santo Tomás hayan descuidado, hasta el siglo XX el tema de la participación, siendo que fue el primero en asumir explícitamente el problema planteado de la participación.

En este ámbito, del surgimiento en la era contemporánea del estudio de la participación, tanto Platónica como Aristotélica –Tomista, también trataremos de dar cuenta sobre algunos puntos de este tema, especialmente las opiniones de dos grandes estudiosos de la materia, como lo son Monseñor Octavio Derisi y Monseñor Gustavo Ponferrada, ambos respetados profesores de esta casa de formación, lo cual representa un valiosísimo aporte a nuestra filosofía y, en particular a nuestra formación para el Sacerdocio Ministerial.

Es por eso que nos introduciremos en el mundo Platónico, para intentar dar estudiar y dar cuenta de uno de los problemas mas tratados y de radical importancia para la Metafísica.

Biografía de Platón.

Platón nace el 7 del mes de Thargelión (Mayo) en el 428-427, o sea, el año del arconte Diotimo. Diógenes Laercio da Egina como lugar de nacimiento; pero, aunque no es improbable, lo cierto es que, de niño, vive en Atenas y en una propiedad familiar a orillas del Céfiso. Su padre, Aristón, descendía de una familia importante cuyos orígenes se remontan a Codro que, según la leyenda, fue el último rey de Atenas. El verdadero nombre de Platón era Aristocles, pero el apodo que le haría famoso era debido, según leyendas, a la anchura de sus hombros o de su frente o a su estilo .

Su educación sería la tradicional en jóvenes de su edad y clase social. Narraciones que las mujeres cantaban, gimnástica y Homero constituían parte fundamental de la paideia. Por Aristóteles sabemos que, antes de conocer a Sócrates, había sido discípulo de Cratilo, quien le enseñó la doctrina de Heráclito. A través de Cratilo pudo conocer Platón el poema de Empédocles y el libro de Anaxágoras. Tendría ya 20 años cuando empezó a cultivar la amistad de Sócrates, aunque parece ser que su relación con él no duró mucho tiempo.

A los 28 años, después de la muerte de Sócrates, marcha con un grupo de amigos a Megara, donde conoce a Euclides, el filósofo. Es probable que en el 395 estuviese ya de regreso y que, en torno a esas fechas, haya que situar el comienzo de su actividad literaria. Sabemos de otros viajes: a Egipto y a Cirene, donde visita al matemático Teodoro.

Después viajó a Siracusa, en Italia, donde círculos pitagóricos había llamado la atención de Platón y tal vez para ver si lejos de Atenas podía levantarse la ciudad soñada y descrita, la Politeia real. En su camino a Siracusa, visitará Tarento, donde vivía Arquitas, el famoso matemático pitagórico.

No tenemos apenas datos de cómo organizaba la enseñanza de la Academia. Podemos deducir que se cursaban estudios durante quince años; los diez primeros, para la matemática, y los cinco restantes, para la filosofía. Este largo aprendizaje concordaba con las ideas de Platón sobre la formación de los futuros filósofos, rectores de las ciudades.

Organización y Enumeración de sus Diálogos.

Como sólo algún tiempo después de su muerte se procedió a la reunión sistemática de sus escritos en una edición completa, se favoreció la inclusión de obras espurias, dada la celebridad de su nombre. Así, el Corpus platónico de los manuscritos comprende 9 tetralogías, 34 diálogos y la colección de 13 cartas; además se incluyen las Definiciones, que todavía son anónimas, y 7 diálogos menores. De acuerdo con estos criterios, hoy en día se puede establecer la correcta ordenación cronológica, con algunas imprecisiones, de los diálogos de Platón.

En la ordenación de Lesky (eligiendo como cesuras, al igual que otros, los viajes a Sicilia) están postergados la Apología y el Critón, en beneficio de Laques, que aparece primero, si bien hace constar que en esto no pisamos en terreno firme.

Por lo demás, es difícil saber con seguridad la situación del Protágoras en el primer grupo y del Cratilo en el siguiente. La clasificación es, pues, la siguiente:

a) Entre la muerte de Sócrates y el primer viaje a Sicilia: Laques, Cármides, Eutifrón, Lisis, Protágoras, Hipias Menor, Ion, Hipias Mayor, Apología, Critón y Gorgias

b) Entre el primero y el segundo viaje: Menón, Cratilo, Eutidemo, Menéxeno, Banquete, Fedón, República, Fedro, Parménides y Teeteto. Las obras que van desde el Banquete al Fedro caracterizan el centro y la culminación; las que preceden pertenecen todavía a los diálogos de su ascensión, y las que siguen, a los diálogos de vejez

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