El Verdadero Instrumento Del Progreso Radica En El Factor Moral.

“El verdadero instrumento del progreso radica en el factor moral.”

Giuseppe Mazzini

El ser humano por naturaleza es un ente racional, pues siempre ha tenido aquella capacidad que le permite pensar, evaluar y por supuesto actuar de acuerdo a ciertos principios adquiridos moralmente.

En la vida de dicho ser es constante e indispensable la existencia del razonamiento moral, este es aquel conjunto de valores, pensamientos y hábitos de un individuo o de una comunidad que actúan como una guía que marca cómo actuar frente a una serie de situaciones, aquel razonamiento que nos indica qué está bien y qué está mal.

Entonces podemos inferir que el hombre es un individuo meramente ecuánime y ético a causa de su esencia existencial, en pocas palabras tiene la suficiencia para conducirse de una manera honesta y clara bajo un conjunto de valores morales, en base a esta afirmación podemos sostener que el razonamiento moral es una fase mental que le permite a una persona de una u otra forma juzgar el valor de las situaciones tratando de discernir entre lo correcto e incorrecto, dicho razonamiento implica un cuestionamiento acerca de la esencia y las consecuencias que generan las acciones.

Ahora bien, cuando hablamos del razonamiento moral, estamos afirmando que existe una conciencia y que existe un juicio acerca de acciones moralmente buenas o malas, si esta premisa es verdadera o cierta, claramente cabe una interrogación bastante particular ¿por qué existen seres humanos irracionales? ¿Por qué si la esencia del hombre está ligada a la reflexión o a la conciencia, hay tantos actos poco racionales y morales? Pues bien la respuesta a dichas incógnitas, radica en que cada persona, cada individuo actúa de una manera particular, si es cierto que todos tenemos la capacidad de pensar y de discernir entre lo bueno y lo malo, pero cada conciencia es un mundo diferente que se va desarrollando desde la infancia, y a lo largo de la vida, ya que existen una serie de etapas o periodos por las que todos y cada uno de nosotros transitamos, estas se denominan niveles o estadios.

Desde niños vamos adquiriendo un razonamiento moral, en esta etapa de nuestras vida, alrededor de la edad de 5 años vamos aprendiendo sobre las reglas, sobre lo correcto, sobre lo justo e injusto guiados por lo enseñado por los padres y asi se va avanzando en un proceso de madurez en el que se comienza a juzgar lo incorrecto y justo según los propios criterios morales.

Los estadios que se experimentan en las distintas fases de la vida definen entonces el razonamiento moral que una persona pueda tener. Esta afirmación sin embargo se ve abatida ante La posibilidad de la existencia de dos personas totalmente diferentes u opuestas que crecieron en esencia bajo las mismas situaciones experimentales. Cuando nacen los gemelos crecen y viven en teoría bajo las mismas condiciones, sin embargo al crecer aun cuando sus experiencias son las mismas pueden llegar a tener comportamientos o raciocinios distintos en donde su moral se vea afectada por su personalidad. Este caso evidencia que la moral no es producto enteramente de la percepción del individuo es decir no es enteramente impersonal ya que puede ser alterado por el individuo a voluntad.

Lo antes mencionado implicaría la posibilidad de que exista un ser cuya experiencia dictamine una moral distorsionada con respecto a la moral colectiva, que pudiera corregirse si él personalmente así lo decide. De este principio se deriva el sistema correccional carcelario el cual busca hacer reflexionar al individuo sobre sus actos, no obstante ¿pudiera ser que las experiencias vividas por una persona fuesen tan fuertes o marcadas que su moral pasara a ser virtualmente incorregible? Podemos evidenciar un claro ejemplo de ello dentro del caso de un niño de 13 años, quien a su edad es suscrito a una cadena perpetua debido a que se le ha declarado

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