El arte de vivir con lentitud
Enviado por Claudio Soto • 17 de Noviembre de 2019 • Reseñas • 390 Palabras (2 Páginas) • 144 Visitas
El arte de vivir con lentitud
Pasar de la rutina al ritual
El movimiento del slow living nace a partir de otro llamado Slow food, que se generó a partir de una protesta por la instalación de un local de comidas rápidas, un Mc Donalds en Roma en el año 1986. El slow food promovía el disfrutar de la comida, de tomarse el tiempo necesario para cocinar o comer, de disfrutar ese momento. Los italianos decían “¿vamos a cambiar un buen plato de pastas por comida chatarra?” Nos alimentamos sin disfrutar porque tenemos mucho trabajo (el consumo de drogas en las empresas estadounidenses ha aumentado un 70% desde el 1998)
Este primer movimiento se expandió de la comida hacia otros horizontes: ¡la vida! Ahí surge el Slow Living (vivir lento). Nos estamos quedando sin placeres cotidianos, debemos priorizar momentos y vivir la vida; para construir un mundo más sensible debemos cambiar nuestros ritmos, y disfrutar de lo simple como dice vivir Fransis Malman: “Soy un bon vivant, una persona a la que le gusta vivir el día de la mejor forma posible; o como promueve la cultura Zen: “Lo rutinario puede convertirse en un ritual de relajación y limpieza mental”
Si tenemos prisa llegamos a ser derrochadores, a gastar en cosas incesararias, por el simple hecho de estar apurado y no pensar, compramos comida hecha en lugar de cocinar y disfrutar de una comida sana hecha en casa.
Las cosas más importantes de la vida no deberían acelerarse y debemos ser plenamente conscientes de cómo invertimos nuestro tiempo, promover los valores de disfrutar y saborear la vida. Vivir una vida consciente parece más difícil ahora, de lo que fue en el pasado. La vida rápida es alrededor de nosotros, comida rápida, coches rápidos, conversaciones rápidas, etc.
Ademas, no escuchamos a nuestros cuerpos y a esa pequeña voz en nuestra cabeza que nos dice que reducir la velocidad podemos caer en una gran cantidad de enfermedades que son consecuencia de la vida rápida, llevar una vida estresante. Los costos biológicos de ignorar la tensión son muy grandes, que se manifiesta en enfermedades Cardiovasculares y otras sistémicas e incluso, nuevos programas de investigación confirman el envejecimiento acelerado. Los costos psicológicos son igualmente grandes como ansiedad, depresión, trastornos alimentarios y otras enfermedades emocionales asociadas con el estrés.
¿Podemos tomar el control del tiempo en lugar de ser su rehén?
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