ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El principio de la autonomía de la voluntad de las partes


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  Trabajos  •  1.061 Palabras (5 Páginas)  •  1.501 Visitas

Página 1 de 5

El principio de la autonomía de la voluntad de las partes

En este estudio, manejamos tres conceptos básicos relativos a los negocios de los hombres: contratos, voluntades y autonomía.

Entendemos que voluntad (del latín voluntas-atis) es querer, lo que implica un acto intencional o una capacidad que decide nuestras acciones; por eso, en tanto que acto,

es la libertad de hacer algo con pleno conocimiento. Por otro lado la autonomía permite a esa voluntad funcionar de forma libre e independiente de un poder externo a ella;

es el ejercicio del autogobierno. En otras palabras, no implica ni oposición ni sumisión, pero si prudencia, responsabilidad y valores. Aspectos Generales sobre el Principio de Autonomía de la Voluntad.

Además del acuerdo de voluntades, algunos contratos exigen, para su perfección, otros actos de alcance jurídico, tales como efectuar una determinada entrega (contratos reales), o exigen ser formalizados en documento especial (contratos formales), de modo que, en esos casos especiales, con la sola voluntad, no basta. De todos modos, el contrato, en general, tiene una connotación patrimonial, incluso parcialmente en aquellos celebrados en el marco del derecho de familia.

El principio de autonomía de la voluntad, o libertad contractual, consiste en el poder que la ley reconoce a los particulares para reglamentar por sí mismos (libremente y sin intervención de la ley) el contenido y modalidades de las obligaciones que se imponen contractualmente[1]. Es así como en materia de contratos, la mayor parte de las normas son de carácter supletorio o dispositivo y no imperativas.

Cabe resaltar que el principio de autonomía de la voluntad es expresión de un principio más amplio: el de la autonomía de las personas. Este principio tiene un claro carácter metajurídico, y está fuertemente impregnado de sentido moral y se refiere, fundamentalmente, a la libertad que, dentro de sus posibilidades, tienen las personas para elegir por sí mismas, aunque las opciones que escojan sean, objetivamente, erróneas[2]

Es conveniente resaltar, aunque aparezca como evidente, que el principio de autonomía de la voluntad tiene un doble fundamento: uno de carácter filosófico y otro de carácter económico. El fundamento filosófico reposa en la teoría del individualismo; mientras que el fundamento económico se encuentra en la corriente de el liberalismo[7].

Implicaciones del Principio de Autonomía de la Voluntad en Materia de Propiedad

Intelectual

El principio de autonomía de la voluntad rige en la celebración de contratos en cualquiera de las ramas del Derecho. Sin embargo, en cada materia especial este principio puede revestir implicaciones que permiten hablar de un cierto amoldamiento del mismo a las características particulares de la específica materia jurídica de que se trate. De esta manera, el principio de autonomía de la voluntad tiene en relación con la Propiedad Intelectual implicaciones particulares, a las cuales nos referiremos seguidamente.

Limitaciones al Principio de Autonomía de la Voluntad en Materia de Propiedad

Intelectual

Los límites al principio de autonomía de la voluntad son siempre de carácter legal. Generalmente, se habla del orden público y de las buenas costumbres como límites a este principio, pero éstos limitan el principio en cuestión en tanto están contemplados en la ley. Es así como el artículo 6º del Código Civil de Venezuela establece que “No pueden renunciarse ni relajarse por convenios particulares las leyes en cuya observancia estén interesados el orden público y las buenas costumbres”. Es por ello que conviene referirnos brevemente a las definiciones de los mismos.

El orden público consiste en el “conjunto de condiciones fundamentales de vida social instituidas en una comunidad jurídica, las cuales, por afectar centralmente la organización de ésta, no pueden ser alteradas por la voluntad de los individuos...”; mientras que las buenas costumbres son aquellas “reglas de moral a que deben ajustarse todas las personas y que no pueden ser derogadas convencionalmente. Por supuesto, varían con los tiempos y los pueblos”[11].

Pueden mencionarse también, como algunos de los límites que podríamos llamar genéricos, la exigencia de un objeto lícito del contrato, o la exigencia de celebración de ciertas formalidades en el caso de los contratos solemnes. Por otra parte, en materia de propiedad intelectual las normas reguladoras de la competencia desleal podrían imponer limitaciones a la autonomía de los particulares para la celebración libre de contratos.

Ahora bien, valga recordar que todo límite al principio de autonomía de la voluntad constituye una excepción a la regla. Es por esta circunstancia que las limitaciones a este principio deben constar expresamente en la ley.

conclusiones

-La importancia del principio de autonomía de la voluntad no se circunscribe únicamente al campo jurídico. La existencia de normas y principios jurídicos responden a un valor que la sociedad confiere a un hecho determinado, sea natural o provocado por el hombre. El reconocimiento del principio de la autonomía de la voluntad por parte del derecho positivo responde a esta forma de originarse las normas de Derecho. Dicho con otras palabras, en el complejo mundo de la realidad social se producen intercambios económicos entre los particulares (hecho); la colectividad reconoce a estos intercambios o transacciones como necesarios para la convivencia común (valor); con posterioridad, la sociedad instituye normas y principios jurídicos (como el principio de autonomía de la voluntad) que regulan dichas transacciones (norma) a fin de garantizar que los intereses de los particulares sean satisfechos en armonía con el interés general. En este sentido, el principio de autonomía de la voluntad responde a una necesidad de la sociedad de que se garantice la libre realización de transacciones económicas sobre bienes intelectuales, lo que sirve de presupuesto para el desarrollo económico de los países, en especial los países en desarrollo como el nuestro.

-No todos los contratos de propiedad intelectual son contratos innominados. Contratos como el de licencia de patentes y el de licencia de marcas son contratos típicos o nominados; aunque no ocurre lo mismo con el contrato de franquicia y el de contrato de investigación, por ejemplo.

-El principio de autonomía de la voluntad se encuentra limitado por ciertas normas legales. Entre las principales ramas de la propiedad intelectual (Derecho de Autor, Derecho Marcario y Derecho de Patentes) es en el Derecho de Autor donde donde se observan más limitaciones, ello debido al carácter tuitivo que dicha rama reviste.

Bibliografía

• http://www.ventanalegal.com/revista_ventanalegal/implicaciones.htm

• http://www.usma.ac.pa/web/DI/Profesores/JorgeKam/Temas%20pedag%C3%B3gicos/El%20principio%20de%20la%20autonom%C3%ADa%20de%20la%20voluntad%20en%20materia%20contractual.pdf

...

Descargar como  txt (6.9 Kb)  
Leer 4 páginas más »
txt