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Embarazo Y Parto En La Prehistoria


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  1.312 Palabras (6 Páginas)  •  4.979 Visitas

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EMBARAZO EN LA PREHISTORIA

El proceso de la maternidad, desde la fecundación hasta la lactancia, estaba cargado de misterios y de peligros, sobre todo en el momento del parto.

La falta de menstruación no era el único indicio, el tono rojizo de la orina era otra señal. También colocaban un diente de ajo bajo la almohada; si al despertar la mujer no notaba el sabor del ajo en la boca, estaba encinta.

Para evitar los abortos, recomendaban practicar poco el coito, evitar caídas y golpes y no tomar laxantes.

En los primeros meses de embarazo se preparaban remedios considerados beneficiosos, uno muy común era hervir en aceite hierva del huerto, espinacardo, almáciga e incienso, esta mezcla se aplicaba sobre el estómago.

La salud del bebé también preocupaba, sobretodo si había sido concebido durante el período menstrual, pues decían que las criaturas engendradas, podían ser susceptibles de sufrir enfermedades como la viruela, el sarampión, o la lepra.

Los síntomas de que nacería varón eran que la mujer se sentía ligera tenía mejor apetito, el ojo derecho se movía más, la mejilla derecha engordaba pronto, adelantaba primero el pie derecho al andar, se hinchaba más la parte derecha del vientre y se movía antes.

HISTORIA DEL PARTO EN LA EPOCA EGIPCIA

Si no se daban estos indicios, sería una niña.

Cuando se aproximaba el parto, se preparaban un baño con malvas, malvavisco, violetas, manzanilla y corona de rey. Después se untaban con aceite de ajonjolí, óleo de almendras dulces y enjundia (grasa) de gallina.

El parto era atendido por una o varias comadronas, mujeres que mezclaban conocimientos científicos, religiosos y mágicos.

Llevaban en la mano tres granos de pimienta y recitaban una oración. Otra receta para hacer más soportable el parto era mezclar hisopo, raíz de lirio, orégano y hierba gatera, se envolvía en lana la mezcla y se ponía sobre la vagina de la mujer. Si el parto se complicaba podía practicarse una cesárea con instrumentos quirúrgicos.

Si la madre fallecía durante el parto, la comadrona abría el cuello de laMmatriz y extraía al niño.

Daban a luz en el "pabellón del nacimiento", que consistía en un cobertizo hecho de ramas que tenía tapices, cojines, cama, taburetes, objetos de aseo.

Estaba situado en el jardín o en el tejado de la casa, donde permanecían las dos semanas siguientes al parto.

Este tiempo servía para la purificación, pues consideraban que era impura durante su estado.

Lo hacían completamente desnudas sentadas sobre un "taburete de nacimiento", que era un asiento con un agujero suficientemente grande para que pasara el bebe.

Las comadronas dirigían el parto y disponían de métodos mágicos y médicos, sujetaban a la parturienta por la espalda y los brazos pronunciando formulas mágicas.

Cogían al bebe en sus manos, facilitaban la expulsión de la placenta con duchas de aceite tibio que contenían trozos triturados de una vasija hecha recientemente.

Mitigaban los dolores de la madre con bebidas embriagantes, principalmente cerveza o dando masajes con polvo de azafrán disuelto en cerveza o polvo

de mármol disuelto en vinagre.

El cordón umbilical era cortado con un cuchillo especial, después de la

expulsión de la placenta, ambos tenían asociaciones mágicas y se creía que

eran como un doble de la criatura.

La placenta era enterrada en la casa o arrojada al Nilo para asegurar la

supervivencia del niño, el cordón se dejaba secar y se conservaba para

acompañar al individuo incluso a la tumba.

La madre mordía su propia placenta ya que le otorgaba un gran valor

simbólico.

Para eliminar las estrías formadas después del parto, se aplicaban

ungüentos de varios tipos.

Las de alto linaje preferían aceite de Behén.

Para evitar grietas en los pezones, los médicos utilizaban productos a

base de caña, fibras vegetales y juncos.

Para prevenir el parto prematuro se trenzaba el cabello a la mujer, con el

fin de ahuyentar los demonios del seno materno.

Cuando era imposible la expulsión del bebé por vías naturales se recurría

a la cesárea.

Costumbres y Creencias Mayas

Virginidad, embarazo y parto

Ixchel es la diosa maya de la fecundidad. A ella se le atribuyen, también,

fenómenos relacionados con la Luna, el tejido y las inundaciones. Ha sido

representada como una anciana vaciando un cántaro lleno de agua sobre la

tierra o tejiendo en un telar de cintura. En la cultura maya, Ixchel era

la esposa de Itzamná, dios del Sol.

Su templo se localiza en la isla Dcuzamil de la provincia de Ecab (hoy

Cozumel).

Cuentan que desde el puerto de Pole (actualmente Xcaret) partían las

canoas de peregrinos hacia aquel lugar: las parejas, para pedir un hijo y

los agricultores, una buena cosecha.

Numerosas son las costumbres y creencias mayas acerca de la virginidad, el

embarazo y el parto. Sobre el particular, versó un material publicado por

la Revista de la Universidad de Yucatán en su número mayo-agosto de 1979.

Para elaborarlo, su autor Fernando Gasque López se basó en una revisión de

la literatura existente relativa a la obstetricia maya en la época

precolombina y en entrevistas a comadronas (parteras empíricas) que, en la

década del setenta del siglo XX, aún conservaban todas esas tradiciones y

dogmas.

El Sr. Gasque López señalaba entonces que, para probar la virginidad de

las muchachas, les ponían en el cuello una cuerda o una ropa delgada con

doble pliegue y la mordían al final para pasarla por encima de la cabeza

de la joven. Si lograban hacer esto con facilidad, no se trataba de una

virgen; pero si la cuerda se atoraba en la frente de la dama respectiva,

era considerada pura.

En relación con el embarazo, el autor refiere que, según el Fray Diego de

Landa, las mujeres eran muy fecundas y parían a temprana edad. Además,

resultaban grandes criaderas por dos razones: primera, la bebida caliente

que tomaban en las mañanas criaba mucha leche; segunda, el continuo moler

de maíz y no traer los pechos apretados, las hacía tenerlos muy grandes y

con mucha leche.

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