En busca de la hegemonía

En busca de la hegemonía.

Siempre se habla de lo lindo que es el K-pop, de lo hegemónicos que son los idols, de lo buenos que son en rapear, bailar tan sincronizados como si fueran un espejo del otro. Pero uno como ajeno a la cultura de lo perfecto, de lo exigente y del primer lugar no tiene tan presente el que uno también puede sacar provecho de la música al punto de hacerla un pilar más de su propio país, incluyendo además un paquete de sacrificios que uno no se imaginaría nunca que son parte de algo tan cercano a nosotros como el arte, la música. Tan cercano que está en nuestra propia publicidad, en nuestro propio top 50 de Spotify, y también en nuestra cultura estética. El k-pop trajo consigo muchas tendencias como tener el pelo de cierto largo, ciertos largos, tener cadenas en el pantalón o también el hecho de romper con los paradigmas de los roles binarios de la masculinidad y la femineidad.

Pero como todo tiene su lado oscuro, nosotros nos atrevimos con mi grupo a tocar ese lado y hacerlo igual de visible que ese lado amigable, ese lado el cual te hace fantasear incluso con los artistas, te hace verlo como ángeles caídos del cielo y una muestra pura y viva de la perfección. Tocamos ese lado el cual lleva consigo estados de desnutrición, trastornos psicológicos, horas de sueño extintas y sobre todo mucho pero mucho dinero de por medio, el año pasado el K-pop contribuyó cinco mil millones de dólares a su país (unos 4,075,000,000,000 de pesos chilenos), convirtiendo a Sur Corea en el sexto lugar como productores de música en el año 2020 (compitiendo así con otras potencias como Japón, Estados Unidos, China, entre otros). Es por esto por lo que le han sabido sacar provecho a la situación, haciendo atrocidades como las que les contamos en nuestra presentación como hacer que pierdan una cantidad enorme de peso, de energía y vida social, esto también se traspasa a la sociedad que tenemos, donde lamentablemente queremos siempre aspirar a algo más y contamos con una juventud muy influenciable, muy vulnerable psicológicamente por contundente depresión y estereotipos. Así que a largo plazo siento que siempre será dañino el implantarnos que tenemos que parecernos a ellos para ser alguien en la vida, ser altos, ser blancos, ser delgados y perfectos en todo lo que hagamos, y así estar en una constante de la hegemonía.

...