Ensayo: La rebelión de las masas

Caracas, 3 de Febrero de 2012

Ensayo N° 8 – La Rebelión de las Masas

Miguel Ortiz

Luis Ortiz

María F. Chiacchio

José Ortega y Gasset  inicia el capítulo VI de la primera parte de su obra  con las siguientes interrogantes: “¿Cómo es este hombre – masa que domina hoy la visa pública – la vida política y la no política? Por qué es como es, quiero decir, cómo se ha producid? Para responder a estas preguntas el autor toma en cuenta el contexto histórico en el que está preparado el hombre del siglo XIX, si indagamos sobre lo que aconteció en este siglo nos vamos a dar cuenta que fue un siglo colmado de revoluciones y avances tanto tecnológicos como científicos, es decir, de algún modo el mundo alcanzaba un esplendor nunca antes visto. Sin embargo, muchas mentes perspicaces como Nietzsche, Comte y Hegel veían que algo no iba bien, que estaba surgiendo un nuevo tipo de hombre, el cual pensaba que no veía necesidad de superarse a sí mismo. Este hombre vivía sin impedimento alguno y sentía que el mundo era suyo.

Ortega se plantea otra pregunta: “¿Qué aspecto ofrece la vida de ese hombre multitudinario, que con progresiva abundancia va engendrando el siglo XIX?” Entre las principales característica está la facilidad de resolver los problemas económicos, donde Ortega y Gasset aclara que “Nunca ha podido el hombre resolver con tanta holgura su problema económico”, jamás en la historia se dio que el hombre pudiese resolver sus problemas económicos tan fácilmente. Cada día este hombre añade un nuevo lujo a su repertorio, nunca la vida fue más fácil. Lo que antiguamente se consideraba como un bien se convirtió en un  derecho y ahora a esas facilidades económicas se le añaden las físicas, lo civil y moral, ya que el hombre medio no encuentra trabas sociales, no hay hombre privilegiado, todos son exactamente iguales.

Son tres los principios que han hecho posible ese nuevo mundo: La Democracia Liberal, La Experimentación Científica y el Industrialismo, resumiendo los dos últimos en Técnica. La importancia del siglo XIX está en siglo en el que se instaura La Técnica y la Democracia Liberal, y no porque en ellos se descubran ambos acontecimientos.

El siglo XIX fue un siglo revolucionario y en este las condiciones de vida del hombre son extremadamente opuesta a las condiciones de vida que esta acostumbrado a vivir. El hombre del siglo XIX es totalmente diferente a hombres de otros siglos, por ejemplo el hombre del siglo XVIII se puede diferenciar del hombre manipulador, dominante del siglo XVI, pero sin embargo, todos estos resultan familia, parecidos y se podría decir iguales en lo esencial si se compara con este nuevo hombre del siglo XIX.

En el mundo del siglo XIX y comienzos del siglo XX vive un hombre que  y pocas preocupaciones, este hombre cree que todas esas comodidades son frutos de la naturaleza y es inconsciente del esfuerzo que tuvieron que hacer sus predecesores para que él pueda vivir en este  modo.

Ortega nos habla de la época del niño mimado, tenderíamos ilusoriamente a creer que  una vida nacida en un mundo sobrado sería mejor, más vida y de superior calidad a la que consiste, precisamente, en lucha contra la escasez. El hombre que nace en el mundo actual lo hace con la impresión de que el mundo es fácil, sobrado, sin limitaciones trágicas, y  concibe en sí mismo una sensación de dominio tal que le lleva inexorablemente a afirmarse a sí mismo tal cual es, por mediocre que sea su haber moral e intelectual.

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