Ensayo sociedad liquida

 NUESTRO MUNDO ACABA DE ENCONTRAR OTRO

Jugando en el océano sereno y calmo llegué a la superficie admirando su belleza como todas las mañanas todo era armónico lo cual disfruté desde aquel amanecer,  en nuestro mundo acuático todos vivíamos con una o que otra precariedad económica y todo lo teníamos bajo esfuerzo, sin embargo dentro de todo, éramos ricos en espíritu compartiendo unos con otros, mirándonos a los ojos y valorando cada instante la buena compañía y el compromiso mutuo, excepto por los peces azules que se caracterizaban por ser egoístas y que hace un tiempo se habían apartado de la comunidad para trabajar en secreto en un edificio gigante y cercado, con el paso del tiempo nos olvidamos de ellos y nosotros seguimos con nuestras vidas solidarizando, ayudándonos entre todos y danzando al compás de los violines de Vivaldi, hasta que llegó ese día, ¡ese gran y terrible día!.

Era una de esas mañanas donde algunos salíamos a la superficie para observar y admirar la belleza, sin embargo, al volver a nuestra vida en el océano un movimiento telúrico nos llevó a todos a salir de nuestras casas y vimos un edificio hermoso lleno de colores que emergía de la tierra con un nombre gigante que decía “Neoliberalismo” y muchos nos preguntamos ¿Qué es el neoliberalismo?, ¿por qué la sociedad quería estar cada día más cerca y entrar a esta torre?, ¿por qué de un día para otros todos los peces querían ser más productivos y ya no tenían tiempo para salir a danzar por el mar felices cómo antes?, ¿qué pasó que esta sociedad ya no vivía feliz?.

Desde aquel entonces algunos entraban contentos a la torre, y aunque en sus aletas se llenaban de dinero, salían tarde, con sus cuerpos y ojos cansados. Así pasó el tiempo y los peces de la comunidad ya no se veían felices, ya no tenían tiempo de disfrutar, ni compartir; cada uno se volvió a sí mismo y comenzaron a parecerse a los diseñadores y arquitectos de esa gran torre, los peces azules egoístas, desconfiados y violentos.

Garavito & Bula (2020) mencionan que “La violencia es aniquiladora del ser, del señorío, de la dignidad. Se trata de una maquinación subterránea que debilita el sentido humano del ocio, la serenidad y la realización, así como la contemplación de las ideas. Con ella, se rompe la confianza, hay rupturas en la relación con los otros, se entra a locomotora perversa de competencia y del éxito alcanzado, en tiempos limitados y fugaces” (p. 22).

Otros pensadores cómo yo preocupados por este cambio que se comenzó a generar entre la comunidad del océano, hablaban del comienzo de una cultura postmoderna, la que hacía que la personalidad se desprendía cada vez más de sus valores. Hablaron de un Richard Sennet y su concepto de flexibilidad y su lema “nada a largo plazo” que significa que el valor ético las personas lo atribuyen a sus propios deseos y a su relación con los demás, que el carácter está cada día más corroído en temas de confianza, lealtad, en compromiso. Por último, lograba vislumbrar el significado de la subjetivación en dónde concluye que la cultura, el sistema, relaciones de poder, entre otros, van generando cambios en las identidades de las personas y son subjetivas en cada persona, por tanto, la personalidad sería un producto de la cultura y no sólo de la naturaleza de los seres humanos (Ortiz, 2022). Esto logró tener sentido, cuánta razón tenía este Sennet, ¡el carácter estaba corroído! En las calles de la ciudad acuática todos querían satisfacer sus deseos y ya no ayudaban a los desvalidos, la sociedad se volvió caótica y todos desconfiaban de todos, ya que eran capaces de cometer asesinatos con tal de lograr lo que deseaban y la vida que conocí en algún momento entró en decadencia.

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