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FEMINISMO EN EL ESTADO


Enviado por   •  9 de Abril de 2018  •  Ensayos  •  963 Palabras (4 Páginas)  •  124 Visitas

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Concepto y características del tema

Principales autores

Y teorías sobre el tema

Reflexión y comentarios sobre el tema

En normas icontec

FEMINISMO EN EL ESTADO

Para hablar de este tema primero definamos que es feminismo.

Ideología y movimiento heterogéneo que lucha por los derechos de las mujeres, combate el machismo y cuestiona los roles de género.

Ya que del feminismo salen muchos movimientos, de varios conceptos.

El feminismo ha tenido tres olas y cada una de ellas ha afectado al Estado, en tanto a sus normas, el trato hacia las mujeres y el poder que han logrado obtener a través del tiempo.

Primera ola:

Empieza con la revolución francesa y la declaración de los derechos del hombre y ciudadano en Europa, una de las autoras Olympe de Gouges palabreo los derechos de la mujer y las ciudadanas, criticando que con la revolución y declaración de los derechos del hombre no se había cumplido para las mujeres de igual manera que a los hombres.

En Estados Unidos  e Inglaterra también surgieron movimientos exigiendo sus derechos como iguales, su voz y voto ser consideradas ciudadanas, luchando por la educación para ellas.

Nace el Sufragismo moderno su principal ponente Millicent Garret Fawcett, un movimiento que reunió a casi mil personas, exponiendo sus peticiones; pero no lograron mucho de ello. Luego el Sufragismo Radical, esto quiere decir arrancar los problemas de raíz, de igual manera exigían los mismos derechos que el hombre, igualdad, voto y educación su principal ponente Christabel Pankhurt y Sylvia Pankhurt, utilizando más la fuerza, rebelión contra la fuerza pública y luchando lograron obtener algo de lo que pedían como su derecho al voto y ser reconocidas como ciudadanas.

Segunda ola:

Comenzó en las guerras mundiales sobre todo en la segunda guerra mundial donde las mujeres empezaron a asumir roles de los hombres, como trabajadoras.

 Ahora querían ser reconocidas como personas, que tuvieran los mismos beneficios de un hombre en tanto al trabajo como un salario digno, manejar su cuerpo y sexualidad, ya que la sociedad venia de una cultura donde la mujer es controlada en todo sentido, un estado de patriarcado, en el cual ya empezaron a establecer leyes igualitarias.

Su principal exponente Simone de Beauvour y su libro El segundo Sexo ‘’ No se nace mujer se llega a serlo’’ su frase más celebre en la que trata de explicar que todos nacemos como personas, si no que la sociedad pone el estereotipo de niña dulce, frágil y sumisa, lo cual pone en vulnerabilidad la imagen de la mujer y por eso la denigración.

Tercera ola:

Empieza antes de los 90’ y va hasta la fecha.

Busca la igualdad entre las mujeres nop solo por su estatus social o económico, por su color, raza o religión.

Se introducen más a la policita para así lograr una igualdad plena en el Estado.

Kate Millett una de las autoras más importantes de la época, con su libro Política Sexual fue la primera tesis doctoral sobre género.

La intención de su libro es criticar el patriarcado del estado

 “Un examen objetivo de nuestras costumbres sexuales pone de manifiesto que constituyen, y han constituido en el transcurso de la historia, un claro ejemplo de relación de dominio y subordinación (…) Se ha alcanzado una ingeniosísima forma de “colonización interior”, más resistente que cualquier tipo de segregación. Aun cuando hoy día resulte casi imperceptible, el dominio sexual es tal vez la ideología más profundamente arraigada en nuestra cultura, por cristalizar en ella el concepto más elemental de poder. Ello se debe al carácter patriarcal de nuestra sociedad y de todas las civilizaciones históricas. Recordemos que el ejército, la industria, la tecnología, las universidades, la ciencia, la política y las finanzas –en una palabra, todas las vías del poder, incluida la fuerza coercitiva de la policía–, se encuentran por completo en manos masculinas. Y como la esencia de la política radica en el poder, el impacto de ese privilegio es infalible. Por otra parte, la autoridad que todavía se atribuye a Dios y a sus ministros, así como los valores, la ética, la filosofía y el arte de nuestra cultura –su auténtica civilización, como observó T. S. Eliot–, son también de fabricación masculina. (…) La supremacía masculina, al igual que los demás credos políticos, no radica en la fuerza física, sino en la aceptación de un sistema de valores cuya índole no es biológica. La robustez física no actúa como factor de las relaciones políticas. La civilización siempre ha sabido idear métodos (la técnica, las armas, el saber) capaces de suplir la fuerza física, y ésta ha dejado de desempeñar una función necesaria en el mundo contemporáneo. De hecho, con elevada frecuencia el esfuerzo físico se encuentra vinculado a la clase social, puesto que los individuos pertenecientes a los estratos inferiores realizan las tareas más pesadas, sean o no fornidos”.˂ Kate Millet- Politica Sexual Cap. 2˃

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