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FILOSOFIA


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2014  •  1.434 Palabras (6 Páginas)  •  176 Visitas

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La aplicación del método fenomenológico a temas de psicología se formaliza en tres ensayos: La imaginación (1936), Esbozo de una teoría de las emociones (1939) y Lo imaginario (1940).

Además, las imágenes mentales no son simples “repeticiones” de datos externos, de objetos, o de hechos; la función imaginativa, al contrario, revela la propiedad fundamental que tiene la conciencia de tomar distancia de las cosas, de trascenderlas, y de crear libremente otra realidad, como la actividad artística demuestra en sumo grado.

Lo mismo vale para el ser humano: es contingente, está destinado a morir, podría no estar, pero no obstante existe, está allí, arrojado en el mundo sin haberlo elegido, en situación, en un tiempo dado y en un lugar dado, con ese determinado cuerpo y en esa determinada sociedad, interrogándose “bajo un cielo vacío”.

En El ser y la nada (1943), la conciencia es descrita en lacerante tensión con el mundo que la rodea (el ser) con el que se encuentra necesariamente en relación, pero con el cual no se siente jamás en armonía completa.

La libertad de elegir, esta libertad absoluta que es la esencia misma de la conciencia, la que genera angustia.

Y es para huir de la angustia que anida en la libertad, para eludir la responsabilidad de la elección, que los hombres recurren a menudo a esas formas de auto-engaño que constituyen los comportamientos de fuga y excusa, o a la hipocresía de la mala fe, cuando la conciencia trata de mentirse a sí misma, mistificando sus motivaciones y enmascarando e idealizando sus fines.

El muro (1939). En la conclusión de El ser y la nada dice: «…el para-sí es efectivamente perpetuo proyecto de fundarse en cuanto ser y perpetua derrota de este proyecto».

El existencialismo se reformula como doctrina humanista, en cuyo centro están el hombre y su libertad, pero además invoca el compromiso militante en la sociedad y la lucha contra toda forma de opresión y alienación.

Sartre publicó, en el año 1946, El existencialismo es un humanismo. Este ensayo según tal concepción, dice Sartre, «…esta naturaleza, o sea el concepto de hombre, se encuentra en todos los hombres, lo que significa que cada hombre es un ejemplo particular de un concepto universal: el hombre».

Éste afirma que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el cual la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de ser definido por algún concepto: este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana.

El hombre es, al comienzo, un proyecto que se vive a sí mismo subjetivamente;… nada existe antes de este proyecto;… el hombre, ante todo, será aquello que habrá proyectado ser.

El hombre no tiene una esencia determinada; su esencia se construye en la existencia, primero como proyecto y después a través de sus acciones.

“El hombre, sin apoyo ni ayuda, está condenado en todo momento a inventar al hombre”.

«…Cuando en un plano de total autenticidad, yo he reconocido que el hombre es un ser en el cual la esencia está precedida por la existencia, que es un ser libre que sólo puede querer, en circunstancias diversas, la propia libertad, he reconocido al mismo tiempo que yo sólo puedo querer la libertad de los otros».

El personalismo Psicológico

El personalismo es una corriente filosófica que pone el énfasis en la persona. Considera al hombre como un ser subsistente y autónomo, esencialmente social y comunitario, un ser libre, trascendente y con un valor en sí mismo que le impide convertirse en un mero objeto.

El personalismo como corriente de pensamiento tiene lugar dentro de un medio rodeado por diversas ideologías propias de la situación política que el mundo atravesaba durante la primera mitad del siglo XX.

El hombre estaba subordinado a la humanidad total para lo que se buscaba el llamado paraíso comunista.

Emmaniel Kant

A Kan se le considera precursor del Personalismo por sus aportes en torno a la concepción de persona como valor absoluto, distinguiéndola radicalmente de las cosas u objetos.

Formulación Kan aporta una intuición fundamental, que será la base de los planteamientos de algunos autores posteriores.

Jacques Maritain

“El más desprotegido de todos los animales”. No es una idea enteramente suya, pues con distintos matices se encuentra en buena parte de la antropología contemporánea.

Emmanuel Mounier

La filosofía de Mounier afirma que el individuo es la dispersión de la persona en la materia, dispersión y avaricia.

En plena posesión de una dialéctica existencial, el personalismo aislado como unidad teniendo en cuenta la humanidad como referencia máxima con la cual cotejar, centra sus esperanzas en el término lingüístico persona.

“Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia; mantiene esta subsistencia por su adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y vividos por un compromiso responsable y una conversión constante: unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla, por añadidura, a impulsos de actos creadores la singularidad de su vocación”.

Humanismo y Debate de la Modernidad

El Pensamiento Moderno

En el pensamiento moderno es un lugar común relacionar de manera estrecha el Humanismo con la Declaración de Derechos Humanos. “Humanismo” surge en un contexto histórico totalmente diferente, en el Renacimiento; el humanismo se desarrolla de manera excepcional en la Academia florentina con Ficino, Pico della Mirandola y otros autores.

El concepto de Humanismo en el Renacimiento no es totalmente ajeno al pensamiento actual; sin embargo, lo que más choca al hombre democrático de nuestro tiempo es la estrecha relación que existía en el Renacimiento entre el humanismo y los estudios literarios.

El humanismo tal y como lo entendemos en la actualidad, y según está recogido en la Declaración de Derechos humanos, no está vinculado totalmente la formación humanística.

Leo Strauss, considera que la modernidad se define a partir de la nueva figura del sujeto. La tesis de Renaut, por tanto, afirma que el individualismo moderno surge del humanismo.

La libertad de los modernos, que culmina con las grandes revoluciones en el siglo XVIII y XIX, desemboca en el individualismo que destruye la unidad de la sociedad, y, consecuentemente los valores de la tradición divina y religiosa, sino también y sobre todo los valores sociales frente a los valores individuales.

La época moderna, desde el Renacimiento hasta la época de las luces, consistió en defender la libertad humana contra la autoridad externa basada en la verdad revelada y los dogmas de la tradición.

En Francia destacan tres pensadores humanistas que aparecen en tres momentos cruciales de la historia: Montaigne en el Renacimiento, Rosusseau en el siglo de las Luces y Benjamín Constant en las postrimerías de la revolución.

La libertad desde este tipo de vista no se limita a la liberación del individuo de las normas de la tradición o de la naturaleza, sino que también hace referencia, a partir de Rousseau y Kant, al acto por el cual el hombre se auto determina a través de la razón.

La tolerancia es una virtud privada que tiene como objeto la defensa de la libertad individual, pero no es una virtud que promueva por sí misma los valores comunitarios, sino que inclina al hombre a encerrarse en su vida privada.

La crisis de la Modernidad

El humanismo tradicional ha visto “lo esencial humano” en la vida racional del hombre expresaba en todas las dimensiones de la misma (intelectual, valorativa, moral, emocional, estética, social y política).

Este empirismo negador de todo asomo de racionalismo, ha tenido dos consecuencias para el pensamiento:

1) El prescindir de todo el ámbito metafísico o de principios racionales, con lo cual hoy día ya no se habla de ideales universales, de la razón de ser de las cosas, de normas morales absolutas, de la noción de verdad, del sentido del mundo, del fin del último hombre, etc.

2) La pérdida de la noción de naturaleza (o esencia de las cosas) y, por consiguiente, de la noción de “naturaleza humana”, con lo cual se desvanecen conceptos tales como la “ley natural”, la “moral natural” (en la ciencia jurídica, el iusnaturalismo es substituido por el positivismo jurídico).

Este movimiento intelectual ha cambiado el concepto de hombre y ha asestado un duro golpe al humanismo tradicional.

Modernidad y Globalización

La civilización moderna se consagró febrilmente a la investigación científica, la innovación tecnológica, el desarrollo económico, a mejorar las estructuras sociales y el Estado, pero olvidó lo fundamental: cómo transformar y revitalizar el ser humano.

El Humanismo y la Formación de Valores

La Condición Humana

Esto quiere decir que en nosotros no encontramos unos rasgos fijos que determinen el ámbito de posibles comportamientos o el de posibles características que podamos tener.

“El existencialismo es un humanismo” introduce el concepto de “condición humana” (que para algunos intérpretes viene a ser un remedo de la noción de esencia o naturaleza): la condición humana, nos dice, es “el conjunto de los límites a priori que bosquejan su situación fundamental en el universo”.

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