Formas de concepción de los valores

El valor es para cada quien lo que responde a su interés, puesto que es subjetivo depediendo de la idiosincracia de la persona porque cada hombre es diferente teniendo diversos gustos e intereses desencadenando distintos deseos los cuales responden a la amplia variedad de menesteres de los individuos. Ahora bien hay dos formas de concebir el valor, una de ellas es la intrínseca que significa buscar un beneficio pesonal mientras la extrínseca es el medio para llegar a la primera.

Asimismo el intrínseco es movido por objetos y situaciones experimentadas por un anhelo, haciendo un mundo donde cada individuo le otorga su propio sentido, a esto llamamos postura natural. También se conoce otra diferente llamada personalista donde los hombres experimentan el valor dentro de las vivencias de los días, donde recuperan los valores y sentidos de acuerdo a las actitudes; de tal forma que el valor no pertenezca al mundo real pero sí al vivido directamente por la persona.

Por otro lado se conciben los valores como relativos en cuanto a su realidad, dentro de ello cabe mencionar que aparte de las experiencias es pertinente tomar en cuenta las convicciones que cada humano posee. Se dice que estas se rigen por las ciencias razonables del individuo. Afirmando que no se puede concretar al valor como algo objetivo puesto que se adjudican a la relación del valor y del sentido del mismo.

Sin embargo existen dos concepciones contrarias: una de ellas es el dogmátismo donde el sentido del valor tiene validez universal, dentro de la otra está el esceptisismo teniendo una inclinación cintificista que apoya la aseveración: todo es incierto.

Otra definición del valor está basada en su acción intencional, donde la forma de actuar del hombre se ve influenciada por un estímulo o deseo, es decir la actitud positiva del individuo hacia un objeto o situación. En el caso de las acciones ejecutadas tienen siempre un fin a las cuales su realización resulta valiosa.

Así la acción intencional se explica como una actitud positiva hacia un valor, por el deseo o efectividad hacia la realización de un acto. Donde también se le da al deseo dos concepciones distintas, llamándolos motivados e inmotivados; los primeros se ven influenciados por la intención de las obras mientras los segundos son originados por una acción que respode a un estímulo donde es necesario llevar a cabo dicha acción para poder satisfacer el anhelo. Siendo las razones las que dan lugar al deseo mismo que al mismo tiempo justifica el fin de los hechos.

CONCLUSIÓN

Podemos concluir que a través de los valores se forma en las personas un juicio moral, en el cual influyen muchos factores como lo son la familia, los amigos, la sociedad y los medios de comunicación, recalcando que la familia es el primer factor que incide en nuestra formación

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