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Félix Varela: un iluminista cubano


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  1.920 Palabras (8 Páginas)  •  153 Visitas

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COLEGIO UNIVERSITARIO SAN GERÓNIMO

GESTIÓN Y PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO CULTURAL

Asignatura: Filosofía y Sociedad I

                                                                                     Autora: Lis Álvarez Alonso

Ensayo:

Félix Varela: un iluminista cubano

¿Podríamos considerar a Félix Varela un iluminista? Tratando de responder esta pregunta me propuse hurgar entre los aportes que realizara Varela al pensamiento cubano. Todo lo que revolucionó e influyó en nuestros modos de pensar, trasmitir el conocimiento, consideraciones  metodológicas, y particularmente en nuestras concepciones sobre la cubanía, soberanía y libertad. Estos elementos constituyen el hilo conductor de este ensayo, a través del cual pretendo dilucidar los órdenes en que el padre Varela iluminó nuestro acontecer sociocultural, filosófico, y sociopolítico.

Una aproximación al estudio de diversas obras me conduce a afirmar que Varela revolucionó el pensamiento de su época en diversos órdenes, apuntando así uno de los aspectos más importantes del movimiento iluminista, “iluminar el conocimiento”. Entre estas obras se destacan: “Varias Proposiciones para el Ejercicio de los Bisoños” (1812); “Instituciones Filosóficas Eclécticas; Máximas Morales y Sociales, crítica a los  “Elementos de la Lengua Castellana” de Manuel Vázquez de la Cadena; la publicación “El Habanero” (1824-1826) y Las Cartas a Elpidio (1835.)

Aprecio que en la primera de las obras destacadas: “Varias Proposiciones para el Ejercicio de los Bisoños”, Varela trasciende los cánones de la escolástica, demostrando su capacidad y propósito de revolucionar los métodos de análisis y enseñanza prevalecientes en la época.

De esta forma adoptaba un nuevo método para el análisis de los fenómenos naturales y sociales que consistía en exponer la idea razonada (DEMOSTRACION), luego el argumento en contra (IMPUGNACION) y por último, esgrimía el argumento en contra de la impugnación (REPLICA).

Al analizar este aporte como un sistema que se propone la búsqueda  de la verdad,  es de destacar que Varela formuló un rechazo a las escuelas filosóficas que no se basaran en  la razón y la experiencia. Las bases de su método, al que llamaba ecléctico, dieron inicio a una nueva etapa del pensamiento social en Cuba. A su vez, trazó un rumbo propio para el pensamiento cubano, rechazó cualquier supeditación intelectual y política, abriendo un derrotero intelectual sobre bases y valores propios de la cubanidad aún naciente”.  [1]

En esa etapa también publicó su libro ”Instituciones Filosóficas Eclécticas” donde se pone de manifiesto la transformación de sus clases de Lógica en un curso de Teoría del Conocimiento; a ello se añade que, para lograr su objetivo educativo, penetró - en busca de los problemas de la conciencia- en el campo de la psicología.

La formación intelectual de Varela lo llevó a un enfrentamiento con la enseñanza escolástica vigente en el ambiente universitario de la época. Ciertamente, él ilustró a sus coterráneos sobre los muros de contención que la escolástica imprimía a los estudios sobre la sociedad y la naturaleza. Al respecto, podríamos afirmar que en diversas magnitudes sus ideas y pensamiento, tanto por sus fines como por sus objetivos, eran totalmente opuestos al carácter corporativo del proyecto social de la clase dominante en aquellos momentos.  

Varela también realizó aportes en el terreno teórico conceptual. Ya graduado de Licenciatura en Filosofía, es designado por el Obispo Espada para ocupar la Cátedra de Filosofía en el Colegio Seminario de San Carlos. Al entregársele la Cátedra de Filosofía se puso en sus manos un importante instrumento para el recambio conceptual y teórico, dando paso a un tipo de expresión intelectual, capaz de comprender desde nuevos cánones el nuevo proyecto social que aspiraba para una cubanía aún inexistente; así como, para crear el instrumento técnico necesario capaz de materializarla.

En este sentido también fue destacable su labor en la Sociedad Económica de Amigos del País[2], institución que desarrollaba una importante labor en la transformación del proyecto social existente en Cuba. En l8l8 y 18l9 presentó los referidos a la crítica: “Elementos de la Lengua Castellana” de Manuel Vázquez de la Cadena, en unión con Justo Vélez, su colega del Seminario.  También en esta época, publica su obra “Máximas Morales y Sociales”, en la que demuestra  que su intención de influencia se había trasladado a toda la sociedad.  Esta obra puede considerarse como la primera formulación de una moral práctica para la sociedad cubana.

Las bases teóricas del pensamiento social de Varela estaban en su pensamiento filosófico, medio a través del cual  elaboró su proyecto de la moralidad, basada en el sentimiento patriótico. Este tenía como base un grupo de principios tanto morales como sociales. Los dos conceptos básicos de formulación fueron la libertad y la soberanía. En su opinión, todos los hombres deberían tener la misma libertad, pues esta era intrínseca al propio hombre. No obstante, consideraba que los hombres en sociedad – al estar divididos por sus intereses – necesitan ser gobernados por alguien. Por su parte, la soberanía consistía en la renuncia de una parte de la libertad de los hombres a favor de la sociedad.

En medio de importantes confrontaciones entre los defensores del modelo social plantacionista y  quiénes reflejaban una posición independiente, liberal y crítica hacia la esclavitud,  Varela había demostrado poseer en ese momento un proyecto social coherente y de alcance nacional. Consecuentemente cuestionó a fondo a las instituciones que frenaban el desarrollo socioeconómico del país.

Al respecto, se debe destacar que el régimen constitucional de l820 al 23 ofreció una oportunidad única para que, por vías políticas, se lograra la eliminación de algunos obstáculos que impedían la formación del proyecto social cubano; permitió además, un ejercicio de esta actividad por los habitantes de la Isla. El diputado Varela, quien ya pensaba como americano y defendió los intereses de América, trató de sentar un principio fundamental: la libertad que tiene cada pueblo a elegir su libertad.

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