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Galeno: paradigma de la medicina en la antigua Roma


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  Ensayos  •  2.567 Palabras (11 Páginas)  •  582 Visitas

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Galeno: paradigma de la medicina en la antigua Roma (y II)

3 dic, 2012 por Miguel Ángel Novillo López

Viene de Galeno: paradigma de la medicina en la antigua Roma (I)

Principios médicos y filosóficos en Galeno

Quizás el rasgo fundamental del pensamiento médico y filosófico de Galeno de Pérgamo es el hipocratismo. Galeno trató de realizar en su obra un compendio o síntesis de todas las escuelas médicas y filosóficas que había frecuentado. Por ende, si se examina su obra se observa que su medicina no sólo posee una base científica, sino que también posee una intensa base filosófica, por lo que la medicina y la filosofía siempre irían unidas.

Es por ello por lo que ha sido designado como el padre de la filosofía médica al haber mostrado la base naturalista y racional de la medicina. En este sentido, su máxima principal era que la naturaleza nada hacía en vano, lo que le indujo a buscar las utilidades de la fisiología.

Para Galeno la enfermedad era un estado del cuerpo contrario a su naturaleza por el que padecen inmediatamente las funciones vitales. Para que hubiese enfermedad era necesario que el dolor fuese permanente y no algo momentáneo. La enfermedad era un estado del cuerpo y por eso fuera del cuerpo no existía enfermedad alguna. Siguiendo los principios hipocráticos, Galeno sostuvo que eran tres los periodos de la enfermedad: inicio, incremento y conclusión.

Era necesario examinar la condición social del enfermo y su entorno social para poder determinar un diagnóstico.

Galeno utilizó fundamentalmente la palabra para determinar el diagnóstico. Por medio de la palabra interrogaba al paciente o a sus familiares. Al igual que la condición social del enfermo, también tenía en consideración su edad. Por consiguiente, la condición social y la edadcondicionaban en buena medida el contenido y la estructura del diagnóstico.

Relieve romano en el que se representa al médico y el instrumental utilizado por él.

Galeno no se desentendió en ningún momento del paganismo al defender que los poderes divinos eran muy similares a los que proporcionaba la propia naturaleza. Para Galeno la mayor parte de las enfermedades contaban con un diagnóstico conjetural convirtiendo la analogía en criterio de verdad.

Es fácil observar en Galeno un eclecticismo al haber recibido influencias de distintas escuelas filosóficas y médicas. Al igual que Hipócrates, Galeno defendió la existencia de cuatro humores –sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra (aire, fuego, agua y tierra)–, siendo la mezcla de estos cuatro humores lo que constituía la composición orgánica de cada órgano vital y, en extensión, de cada individuo. Sería la mezcla desproporcionada la responsable de las patologías y de las enfermedades.

Aunque Galeno fundamentaba sus conocimientos en una base racional y metodológica, en él se puede apreciar también una clara devoción por Asclepio, pues llegó a decir de dicho dios que le salvó de la muerte en más de una ocasión –generalmente, se recurría a la divinidad en aquellos casos en los que la razón y el sentido común no eran capaces de sanar al paciente.

Principios terapéuticos en la medicina galénica

Galeno se confesó heredero de la terapéutica hipocrática basada en el agua como elemento purificador y sanador. Empero, sostuvo que Hipócrates se fundamentó no en el razonamiento sino en la experiencia. Para el de Pérgamo el buen terapeuta era aquel que trataba de mejorar en sumo grado la condición física del enfermo.

En la terapéutica galénica se puede comprender que en realidad algunas enfermedades sanan a otras de menor grado –la disentería, la enfermedad que afecta al intestino grueso, permitía sofocar los síntomas de la esquizofrenia–. Con Hipócrates la terapéutica contaba ya con la siguiente división: dietética, farmacología y sangría/cirugía.

En su obra Sobre el examen de los médicos, Galeno otorgaba un valor primordial a la dietética al considerar que un médico es hábil y experimentado cuando es capaz de curar con dieta y drogas las enfermedades que los cirujanos trataban mediante la escisión –la dieta consistía en un régimen de vida, es decir, el modo en que el hombre, mediante su actividad, se hallaba en relación viviente y constante con el mundo; el tratamiento farmacológico y el quirúrgico no hacían más que reforzar y favorecer la fundamental acción sanadora de la dieta–.

En este sentido, la dietética se encontraba condicionada por la condición social del enfermo al ser los miembros de la aristocracia los únicos que tenían tiempo y recursos para poder recurrir a las dietas especializadas. Por ende, los individuos con menos recursos acudían a la farmacopea y a la cirugía.

El médico no sólo se ha de servir de la terapéutica para sanar al enfermo, sino que ha de utilizar ésta junto con las facultades curativas de la propia naturaleza. Sostiene que es en la fuerza expulsiva de la naturaleza donde radica la facultad sanadora de la naturaleza.

La terapéutica galénica se fundamentaba en el diagnóstico científico, que permite definir el tratamiento que sanará al enfermo; en el hecho de que en función de la condición y grado de sensibilidad del órgano enfermo, se aplicará la dieta, la farmacopea o la cirugía; en que la condición física del enfermo resulta crucial a la hora de tratar el órgano afectado; y en considerar además que el aire y el sueño permiten al médico determinar la terapia apropiada.

En cierto modo, Galeno defendió que el único remedio para acabar con las enfermedades consistía en cuidar la higiene y la dieta.

En la farmacología galénica también se puede apreciar una clara influencia hipocrática, ya que Galeno concibió los medicamentos como sustancias que, a diferencia de los alimentos, provocan alteraciones en el organismo.

La farmacología moderna debe a Galeno la clasificación de todos los fármacos en tres categorías: fármacos que actúan sobre cualidades fundamentales, fármacos que actúan sobre varias cualidades y fármacos de acción específica o antídotos.

Todo fármaco debía ir acompañado de una correcta posología. Entre los fármacos más comunes utilizados por Galeno en infusiones, pastillas, píldoras, polvos, colutorios, enjuagues, cosméticos, cataplasmas o supositorios se encontraban los purgantes –aguamiel, coloquíntida, escila,

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