HERACLITO DE EFESO

                       HERACLITO DE EFESO                                                                                                

El fragmento en cuestión no dice nada de las narices, sino del oído. Según Heráclito debe tener siempre el oído pegado a las cosas. Pero como aquí todo es cuestión de narices, he trastocado lentamente la frase. Claro que Éfeso tenia buenos motivos para pegar el oído a la realidad y no las narices, ya que las palabras que se sepa no se huele, se escucha. Dicho de otro modo, para escuchar lo que nos dicen hay que poner los cinco sentidos.

Entre el siglo VI y el V a.C., vivió en Éfeso Heráclito, llamado el oscuro. Le llamaban así porque gustaba de transmitir sus pensamientos mediante enigmas, a la manera como lo hacía la pitonisa de Delfos. Son famosos algunos, como la guerra es el padre de todas cosas, también otro El frio se calienta, lo caliente se enfría, los enigmas de Heráclito de Éfeso tenían su razón de ser.

Directamente Heráclito se vio en la necesidad de comunicar pensamientos profundos sobre el hombre y el mundo y no lo podía hacer de forma tribal.

 La ultima verdad no se ve con claridad, como el tesoro que oculta en el fon de un pozo. Pero esto ocurre con todos los filósofos, poetas y artistas, ellos deben expresar lo que han captado con su razón o sensibilidad. 

El poeta puede jugar con el lenguaje puede usar metáforas y crear nuevas licencias; y el filósofo por su parte, está sujeto siempre a las leyes de la inteligibilidad. Ambos deben hablar de lo esencial, de lo que se oculta mirada superficial; el poeta entonces combina las lógicas se lanza al mar de las ambigüedades de la metáfora de la oblicuidad y la sugerencia: y el pobre filosofo en cambio debe explicar con la última luminosidad de la razón

El oráculo como el filósofo o el poeta, habla sobre lo esencial, sobre el destino de las personas, por eso comunicaba su visión por medio de su enigma. El propio Heráclito lo comentó, el dios cuyo oráculo está en Delfos no manifiestas ni oculta su pensamiento sino lo que indica y solo entiende el misterio quien conoce la clave. Heráclito comenta   lo sucedió a homero:  unos pescadores que se buscaban piojos le dieron: cuantos vimos y cogimos los dejaron, pero los que ni vimos ni cogimos lo llevamos. El poeta no entiende lo que decía porque no tenía la clave, es decir, porque no sabía que hablaban de piojos.

La imagen le sirve a Heráclito es el fuego, que se convierte en el origen y el destino de un mundo esencialmente inestable. Todavía sigue viendo gente como ocurría en los tiempos de Heráclito, que en piensa que los filósofos hablan de lo que todo el mundo sabe de manera que nadie entiende, es decir que su oscurantismo es conscientemente buscado con el fin de ganarse un reconocimiento inmerecido.      

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