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Hedonismo

Geraldin OrozcoApuntes4 de Marzo de 2020

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HEDONISMO

Presentado Por:

Orozco Infante Geraldin _ 47122113

Presentado a:

Félix Martín Riaño Cocknüb

Universidad de La Salle

Formación Lasallista

Ética y Ciudadanía

Bogotá D.C

2015

INTRODUCCIÓN

El término se deriva de la palabra griega "Hedone", que significa "placer", y el hedonismo es básicamente la teoría de que el placer es el único bien individual. Ha sido tan fundamental en la vida, que todas las alternativas que hablan de justicia se agrupan bajo la etiqueta de teorías no hedonistas. Entonces se examina más de cerca lo que implica visitas hedonista y no hedonista.

Aunque hay versiones del hedonismo que sostienen que la única actividad de la que son capaces los seres humanos es la búsqueda del placer o evitar el dolor. Nuestra atención se enfocará en el hedonismo normativo, que presenta la búsqueda del placer o la felicidad como la acción para la que hay alternativas viables, y no es vista como necesidades de la naturaleza humana. El hedonismo normativa es la teoría en la que la felicidad se define en términos de placer y es lo único que es naturalmente bueno, y la infelicidad se define en términos de dolor que es lo único que es naturalmente malo.

OBJETIVOS

Objetivo General

Comprender las características y la dimensionalidad de la doctrina filosófica hedonista aplicándolo a la vida contemporánea.

Objetivos Específicos

  • Identificar las escuelas filosóficas derivadas de esta doctrina que impulsaron el desarrollo de la misma
  • Diferenciar las características principales de las dos escuelas de esta corriente filosófica
  • Aplicar el conocimiento adquirido a la vida personal, distinguiendo y eligiendo de una manera acertada la satisfacción de los placeres.

JUSTIFICACIÓN

El bajo prestigio del hedonismo se relaciona con la fuerte tendencia a asociarlo con la decadencia. Contrariamente el valor goza del vínculo con la virtud, entendida como el alarde de una firme voluntad.

El hedonismo exalta la enseñanza que compara el bien con el placer. Establece la obligación a favor del bien, o sea el deber de buscar el placer. Ahí es donde lo socialmente  impuesto sufre y es objeto de reprensión. Porque, si bien se originaron como una necesidad social puede que la necesidad deje de existir. Desobedecer, esa falsa obligación, resulta propio del  humano.

HEDONISMO

El hedonismo es una doctrina ética según la cual el único bien es el placer y el único mal el dolor. En consecuencia, sitúa en el placer la felicidad humana. Considerada como concepción o actitud práctica que hace del placer la razón de ser o la norma última de la vida. La palabra placer tendría un significado muy extenso, abarcando tanto el placer como la utilidad. El objetivo principal del hedonismo es la realización de una vida buena, tranquila y feliz.

La finalidad de su filosofía no era, sin embargo, meramente teórica, sino eminentemente práctica, encaminada sobre todo a procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte quedaran por siempre eliminados. Para ello se apoyó en una teoría del conocimiento empirista y en una ética hedonista

En la Antigüedad, se distinguieron por su importancia dos escuelas filosóficas morales hedonistas. La escuela cirenaica, y la escuela de Epicuro.

  • Escuela cirenaica: La escuela cirenaica fue fundada por Arístipo de Cirene (aprox. 435 a.C a 356 a.C). Se plantea que los deseos personales se debían satisfacer de inmediato sin importar los intereses de los demás. Aristipo defendió el placer como el bien superior, pero igualmente defendió el ideal de autodominio de los instintos y el ejercicio de autosuficiencia y libertad personal para disfrutar de los placeres a nuestro alcance, sin dejarnos dominar por ellos. Lo importante es saber adaptarse a las circunstancias, saber disfrutar de lo presente y no pretender lo que no está a nuestro alcance.
    Epicúreos: Formulada por los epicúreos o hedonistas racionales, seguidores del filósofo Epicuro de Samos. Él consideraba que la felicidad consiste en vivir en continuo placer, porque muchas personas contienen el placer como algo que excita los sentidos. Epicuro consideró que no todas las formas de placer se refieren a lo anterior, pues lo que excita los sentidos son los placeres sexuales. Según él, existen otras formas de placer que se refieren a la ausencia de dolor o de cualquier tipo de aflicción. También afirmó que ningún placer es malo en sí, solo que los medios para buscarlo pueden ser el inconveniente, el riesgo o el error.

Esta última reflexiona sobre la moral en sus dos principales obras: la Carta a Meneceo y las Máximas capitales. En dichos textos, Epicuro enseña que la felicidad es el fin último de la vida y que ella misma consiste en el placer. Pero no todos los placeres son igualmente deseables, ni deseables en todo momento y en cualesquiera circunstancias.

"Como el placer es el bien primero y connatural, precisamente por ello no elegimos todos los placeres, sino que hay ocasiones en que esquivamos muchos, cuando de ellos se sigue para nosotros una molestia mayor. También muchos dolores estimamos preferibles a los placeres cuando, tras largo tiempo de sufrirlos, nos acompaña mayor placer. Ciertamente todo placer es un bien por su conformidad con la naturaleza y, sin embargo, no todo placer es elegible; así como también todo dolor es un mal, pero no todo dolor siempre ha de evitarse. Conviene juzgar todas estas cosas con el cálculo y la consideración de lo útil y de lo inconveniente, porque en algunas circunstancias nos servimos del bien como de un mal y, viceversa, del mal como de un bien" (Carta a Meneceo, 129-130).

      Epicuro advierte que cuando habla del placer como bien supremo y fin último de la vida no se refiere a los placeres que se dan en el goce desordenado y sin medida, sino a la ausencia de dolor físico (aponía) y a la ausencia de turbación en el alma (ataraxía). Que el placer se convierta en un bien, depende estrictamente de la sabia elección del que actúa, de la sabiduría y la prudencia con que se elija uno de entre todos los comportamientos posibles. Y la sabiduría enseña que no es posible vivir feliz sin vivir sensata, honesta y justamente.

Las dos escuelas convergen en su repudio por la superstición y la religión y sus bases en la conducta y el juicio mediante la experiencia y la razón. De todas formas, difieren en lo siguiente:

La escuela cirenaica enfatizaba solo un lado de las enseñanzas de Sócrates. Con base en la afirmación de Sócrates de que la felicidad es uno de los fines de la acción moral, Aristipo mantenía que el placer era el bien superior. Decía que las gratificaciones corpóreas, que consideraba intensas, eran preferibles a las mentales. Los cirenaicos también negaban que se pospusiera la gratificación inmediata por la ganancia a largo plazo. En este respecto difieren de los epicureistas. Como empiristas toman como criterio de verdad las sensaciones personales y la propia experiencia. Las sensaciones además de criterio de verdad son también criterio para la práctica. Su escepticismo proviene de la distinción que hacen entre las experiencias propias y lo que hace que tengamos dichas experiencias. Según los cirenaicos, podemos conocer nuestros estados sensibles, pero no los objetos que los originan, por tanto no podemos tener conocimiento del mundo externo. Pero la experiencia personal es subjetiva e intransferible, por esto no pueden ser comunicadas a los demás porque cada uno tiene sus propias afecciones. No podemos decir con seguridad que una misma cosa provoque una misma experiencia en dos personas distintas. Como además no tienen ningún criterio externo para juzgar la corrección de dichas experiencias, asumen una relatividad respecto de las percepciones. Otros adeptos a la filosofía cirenaica fueron:

Hegesias de Cirene. Opinaba que conseguir la felicidad es imposible a causa de la fragilidad del cuerpo y los vaivenes del destino, solo en contados momentos disfrutamos del placer, que además no depende de nosotros, por tanto es preferible buscar cómo evitar el dolor, mediante la indiferencia. Según Hegesias, la vida y la muerte son preferibles por igual, la elección por una u otra resulta indiferente.

Anníceris de Cirene. Seguía considerando el placer como el bien superior, pero moderaron el acentuado egoísmo de sus predecesores, posibilitando la nobleza y concediendo un cierto valor a la amistad. Afirmaban que no hay un fin determinado para toda la vida, sino que hay uno propio para cada acción, pues el placer procede de la acción.

El epicureísmo identificaba el placer con la tranquilidad y enfatizaba la reducción del deseo sobre la adquisición inmediata del placer. En esta forma, el epicureísmo escapa a la objeción precedente: mientras el placer y el bien mayor son de hecho lo mismo, Epicuro argumentaba que el placer más alto consiste en una vida simple, moderada, complementada con discusiones filosóficas entre amigos. Enfatizaba que no era bueno hacer algo que a uno le haga sentir bien si después de experimentarlo denigraría las experiencias posteriores y no le permitiría sentirse bien. Así mismo afirmaba que a veces por tener placeres momentáneos intensos se sacrifica el bienestar posterior.

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