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Hegel


Enviado por   •  13 de Octubre de 2014  •  Tesis  •  1.245 Palabras (5 Páginas)  •  177 Visitas

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El deleite que produce alcanzar el saber, para Hegel, está principalmente en la exploración y en el interminable hallazgo de las nociones certeras, ya que para él, el descubrimiento propiamente dicho, no tiene mucha relevancia. La temática de su libro la Fenomenología del Espíritu es exteriorizar la progresión de los distintos entes que componen la conciencia hasta que se palpa el saber absoluto.

El primer paso de la sucesión, en virtud de llegar al saber, es aquel en el que la conciencia supone encontrar el conocimiento verdadero a través de la evidencia sensorial, es decir, lo que el conocimiento sensible pueda declarar de un objeto.

No obstante, eso no basta, pues se debe profundizar, ir al trasfondo de lo que denominan certidumbre sensible y localizar los principios que la cimentan y la argumentan. Por encima de esa certidumbre sensible se ubica la percepción, que es inferior al entendimiento, lugar en donde se forja ya la representación o pensamiento del objeto. Esta condición de desorientación de la conciencia en la multiplicidad del objeto y en sus antagonismos, se disipa en el momento en que sobreviene en el camino que conduce al saber absoluto la identificación plena de sí misma y de su valerosa identidad consigo misma.

Cualquier pluralidad y toda contradicción de la conciencia con el objeto quedan por consiguiente, erradicadas ante la fusión descubierta en el concepto. Y es allí precisamente, donde es posible evocar de manera inequívoca que la conciencia es razón. La fenomenología del espíritu no inicia desde el saber absoluto, sin embargo, imperiosamente lo dirige a él.

Por otra parte, según las convicciones que tenía Hegel, la realidad era concebida como “dialéctica”, aunque al tipo de realidad que le incumbe esta cualidad, es a la histórica. Y es que dejando por un lado las innumerables controversias que ello ha cultivado, lo mencionado previamente, sin duda, es propio, o dicho de otro modo, intrínseco de los ideales hegelianos. La realidad natural, constitutivamente, no alberga una esfera dialéctica en comparación, al que detenta el campo social o bien sea histórico, pues el componente humano se dinamiza en la sociedad o a través de la historia, en contradicción, a la naturaleza, donde aquel elemento, sencillamente no está presente.

El sistema filosófico de Hegel, se inmiscuía en un escenario ampliamente preciso. De ahí que en relación a la manifestación de la filosofía hegeliana, dialéctica traduzca en Hegel, un inapelable antagonismo con cualquier noción que exteriorice apreciaciones fraccionadas de la realidad y del conocimiento. Entonces, la esencia dialéctica de lo real, figura que todo ente vendría a ser lo que es, teniendo en cuenta que para llegar a serlo en verdad, ha de cumplir la condición de que ha de poseer una arraigada conexión, correlación y vinculo, con las demás cosas, hasta que en última instancia, haya pactado una correspondencia con la generalidad de lo real, es decir, con su totalidad.

La dialéctica planteada por Hegel, comprende a la realidad como un conjunto integral, eso sí, sin que ello, damnifique la momentánea autonomía que poseen los elementos en particular. Lo dicho, nos dirige a asentar dos ideas claves para el desarrollo de la filosofía hegeliana: primero, se ha de contemplar de manera indisoluble y arquitectónica a la historia y a la naturaleza, ya que es irrazonable acogerlas individualmente, suponiéndolas como la certera realidad. Con esto, se eludiría el acto de otorgarle de forma equitativa el rango o el mismo valor de realidad (la historia es más real que lo catalogado como natural). Y, segundo, nos encauza a considerar como es debido, la naturaleza o condición del pensamiento por el que circula la manifestación orgánica de la realidad.

El talante dialéctico del sistema hegeliano aplica en la misma medida en lo que

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