Hepias Menor

La reflexión surge cuando Hepias nombra un discurso que él había elaborado y lo menciona como bello. A lo que Sócrates le dice que él se había encontrado con una persona (esta persona es ficticia, es el método que utiliza para llevar a cabo la reflexión de Hepias) que le plantea la siguiente pregunta “¿podría decir que es lo bello?”, él se pone en el papel que no lo sabe y le pasa la pregunta a Hepias.

Hepias dice que las cosas son bellas cuando están adornadas con algo bello, como el oro, el marfil, o el mármol, siempre y cuando este tenga un uso adecuado. A lo que Sócrates le dice, que esta persona le plantearía la siguiente situación: ¿una olla con legumbres con una cuchara de oro, sería más bella que una de madera que le dará un mejor sabor? A lo que lleva a prensar, que como la cuchara de madera es la más adecuada, esta sería la más bella. Entonces dirán que lo adecuado es lo que hace bello a un objeto. Esto sería una mentira, ya que si algo adecuado hace parecer al objeto más bello de lo que es, no sería lo que están buscando.

Las cosas bellas son bellas porque son útiles, los ojos lo serian, si sirven para ver. Luego Sócrates plantea que el poseer poder es lo bello y el no poseerlo es lo feo. A lo que Hepias afirma y le pone de ejemplo que el poder que un persona ejerce sobre un pueblo es lo más bello, y no tener ningún poder sería lo más feo. Pero Sócrates le plantea que si este poder sería utilizado para el mal, ¿segaría siendo bello?, a lo que le responde que no lo sería, al menos que este sea utilizado para el bien. Sócrates se lo refuta diciendo que lo bello es producido por el bien y que el bien es producido por lo bello, lo cual no sería así y la descartan.

La nueva teoría de Sócrates, con la cual concuerda Hepias, es que lo bello es producido por la satisfacción que no da el sentido de la vista y el oído. A lo que el hombre pregunta por qué no es bello el placer producido por el gusto, por el tacto o por el olfato, a lo que le responderán

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