Humano, el animal más salvaje

Humano, el animal más salvaje.

Ensayo Estético

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Franz Marc: El destino de los animales. 1913. Óleo sobre tela. 1,96 m x 2,66 m.

Vicente Hinojosa, 4° Lautaro

Liceo Bicentenario Oriente

Electivo de Estética, Grupo 2

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Franz Marc, artista alemán nacido en Múnich, presenta un pasaje muy interesante de observar, cuyo punto de inflexión versus sus compañeros de movimiento y época es el centro temático y artístico orientado a los animales que tienen el grueso de sus obras. Nacido en un ambiente artístico (su padre es el pintor Wilhelm Marc), estudió desde 1899 a 1903, estudió en la Academia de Bellas Artes de Múnich. y su arte tiene toques de artistas que fue conociendo a lo largo de su vida, ya sea en sus inicios como Vincent Van Gogh y Paul Gauguin, o posteriormente sus compañeros de movimiento “ Der Blaue Reiter” los pintores August Macke y Wassily Kandinsky. Dentro de sus obras destacan: El caballo azul; La vaca amarilla; El destino de los animales. Y en ellas se pueden identificar tanto sus influencias de diversos estilos, ya sean el cubismo, fauvismo o el expresionismo. El destino de los Animales es una de sus obras más completas, debido a que presenta atisbos de fovismo aun siendo de carácter expresionista, esto se debe en un principio a el énfasis en el caos que quería expresar el artista. La pintura es un lienzo en oleo pero tuvo sus primera representación a bajo de otro nombre (“Los árboles mostraban sus anillos y los animales, sus venas”) y estaba pintada en acuarelas, pero en 1923 en Munich, Marc decidió hacerle un óleo bajo el nombre conocido actualmente. El tema central de la obra es el sufrimiento y la desesperación que es fácil de entender viendo la gestualidad de los animales y la composición cromática del cuadro. El conflicto del cuadro es tema de discusión, puesto que por la época hay algunos que tienden a creer que representa la primera guerra mundial o los conflictos bélicos de inicios de siglo XX. Sin embargo, hay otras interpretaciones que toman la desesperación de los animales como un problema interno del creador o la predicción de la guerra en Europa. Este ensayo apunta a un análisis tanto de esta obra como de la gran parte de la galería de Marc, en relación a la frecuencia exagerada de animales como centro de composición y temático en pinturas, dejando de lado o, de lleno, sacando la imagen del hombre (visto como protagonista en otros artistas) de su arte, quizás por una sensación de desprecio o indiferencia hacia la figura del hombre y la humanidad

El expresionismo fue un movimiento artístico que comenzó en Alemania a inicios del siglo XX. A diferencia de las otras vanguardias históricas, el expresionismo no fue un movimiento con un estilo unificado, sino que se convirtió en un espíritu crítico frente al nuevo orden occidental, compartido por diversos artistas. "Matisse sostenía que la "expresión" no constituía el reflejo de la pasión (...) la total disposición de mi cuadro es expresiva (…) la composición es el arte de colocar, de modo decorativo, los diversos elementos que se hallan a disposición del pintor para la expresión de sus sentimientos".^[1] Encuentro. Dicho aquello, es claro entender que el expresionismo se destaca de su contraparte (impresionismo) por cómo retrata su intención, siendo más psicológica y compleja en el expresionismo que el impresionismo, más empírica y literal. Esta diferencia nos da a entender que las obras expresionistas presentan profundamente lo que el artista siente y lo que quiere que sintamos al apreciar su obra. Dicho aquello, es lógico creer que si el artista representa animales en mayor medida que a personas, algún gusto predominante tiene. Continuando con ello, el artista en múltiples escritos señala el sentido en relación a cómo expresa a los animales, señalando que busco captar la esencia de ellos y el cómo ellos se ven a sí mismos, más allá de cómo el hombre los vea a ellos.

Seguido de lo anterior pero de manera individual, el autor de “el destino de los animales”, comenta que los animales son puros, generando en él gratitud y mérito de ser representados bajo el pincel, de maneras tanto heroicas e imponentes como de formas caóticas o desganadas. Franz, denotaba un claro desprecio de la sociedad de los inicio del siglo XX, una sociedad cegada por los excesos y la vida rápida (no muy lejano a la actual) y llena de industrias y empresas arruinando el paisaje de la nueva Europa Mercantil y estropeando la “Belle Époque”, periodo donde creció y vivió Marc. Es esta una de las razones por las que el autor se enlista de manera voluntaria en Baviera, creyendo la guerra inminente como un fin necesario para purificar esta sociedad, purificación que él trata de realizar también a través de sus cuadros. En la Milicia se enlistó junto a su compañero de movimiento, August Macke, y ambos murieron en combate, siendo parte de la invasión alemana en Francia. Durante su tiempo dentro de la milicia escribía a su esposa y en estas cartas su visión de la guerra, en un inicio fervorosa y alentadora, había disminuido volviéndose más racional y definiendo esta guerra como  “la trampa más cruel en la que nos hemos abandonado los hombres”. Dado este contexto, y a pesar que sus pasiones nacionalistas y hegemónicas al inicio de la guerra se apagaron a la hora del combate, no quita el hecho de que sintiera que una matanza, masacre y exterminio de personas en búsqueda de un crecimiento como país/imperio fuera necesario para, palabras de Franz, “purificar el espíritu europeo” que era su real enemigo.

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