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Importancia de la ética en la Abogacía

crimi13Documentos de Investigación6 de Enero de 2020

2.571 Palabras (11 Páginas)187 Visitas

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ÍNDICE

Introducción

Página 3

La Ética

Página 4

La Axiología y los valores

Página 7

Características de los valores

Página 8

Conclusión

Página 9

Bibliografía

Página 11

INTRODUCCIÓN

En este trabajo final de la asignatura optativa de Ética Profesional, el lector podrá apreciar en la primera parte la definición de la ética, basándonos en la raíz etimológica de la misma, y la definición que dan diversos autores.

Después se podrá apreciar una problemática real de la ética en el campo de la abogacía, se nos ha catalogado con la frase de “estudiar derecho para trabajar chueco”  y eso es porque a lo largo del tiempo diversos profesionistas en la rama han caído en la corrupción y en la mala praxis, desprestigiando a todo el gremio. Sin duda se puede apreciar una carente ética tanto profesional como personal, situación que lleva a que menos personas crean menos en la impartición de justicia, en que prefieran no denunciar los delitos de los que son víctimas, en lo confiar en las instituciones públicas y, en algunos casos, hasta hacerse justicia con mano propia, para así poder satisfacer su necesidad de justicia.

En la parte final nos abocamos a la axiología, a los valores, a su definición, características y la importancia de los mismos, de igual forma, se mencionan los diversos códigos y decálogos de ética que nos marca el Programa de Unidad de Aprendizaje de la Licenciatura en Derecho, en los cuales se mencionan los diferentes mandamientos, reglas y recomendaciones que a lo largo del tiempo diversos autores han hecho a los profesionistas que dedican su vida a luchas por la justicia. También se menciona las bases constitucionales de la ética profesional.

Como bibliografía podemos encontrar artículos de la Biblioteca Jurídica Virtual de la Universidad Autónoma de México, libros, así como ordenamientos jurídicos nacionales.

LA ÉTICA

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la ética es la parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores, de igual forma, es el conjunto de normas que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida, así encontramos ética profesional, ética cívica, etc.

La palabra ética proviene del vocablo latino ethica y éste del griego éthos y se define como la parte de la filosofía que trata de la moral y las obligaciones del hombre. Pedro Suarez la define como la ciencia que estudia la bondad o maldad de la conducta humana.

Existen dos concepciones fundamentales de esta ciencia: como ciencia del fin al que debe dirigirse la conducta de los hombres y los medios para lograr tal fin y derivar, tanto el fin como los medios, de la naturaleza del hombre; como la ciencia del impulso de la conducta humana e intenta determinarlo con vistas a dirigir  o disciplinar la conducta misma.

La ética es la parte de la filosofía que estudia los actos morales, sus fundamentos y su vinculación con la conducta humana. Proporciona los principios o criterios que nos permiten decidir, juzgar o evaluar para determinar el comportamiento moral. Es el área de la filosofía que proporciona los principios válidos para orientar de manera correcta la conducta humana. Se constituye como el ultimo grado de la sabiduría que orienta la conducta humana y que decide que es correcto e incorrecto.

Como ya vimos en la definición de la Real Academia Española, la ética forma parte de la filosofía, esta ciencia nos permite tener una comprensión íntegra de las cosas, una explicación de la existencia por sus causas y sus orígenes. Para lograrlo se apoya de otras ciencias como por ejemplo la Lógica, la teoría del conocimiento, la Ética, la Deontología o, la Axiología. El aporte que realiza la ética al conocimiento íntegro de las cosas es que su estudio lo constituye la moral, los actos buenos y justos que se realizan de manera libre y voluntaria por el hombre.

Al vincular a la Ética con los actos humanos la vinculamos también con el Derecho, el cual nos establece la forma en cómo debemos comportarnos, actuar y nos marcará las normas para realizar ciertas actividades o conductas, estas normas se encuentran por encima de cualquier pasión del ser humano. De igual forma, la Ética y la moral nos marcan las pautas para discernir sobre ciertas conductas, para distinguir entre lo bueno y lo malo, las cuales de manera libre decidiremos si las realizamos o no.

Actualmente se vive un problema grave, no solo en la abogacía, si no en otras carreras profesionales, vemos como la corrupción, la avaricia, la ambición, la deshonestidad, injusticia, entre otras características, se hacen presentes, afectando a todo el gremio profesional como a aquellas personas que requieren de los diferentes servicios que estas profesiones ofrecen.

La materia de “Ética y valores” o “Formación Cívica y Ética” se imparte, si mi memoria no falla, desde la primaria, en donde se nos enseña a respetar nuestro país y posteriormente a basar nuestras conductas en los diversos valores existentes y la importancia de éstos. Desgraciadamente, por más clases que se impartan en los diferentes niveles educativos, por más talleres y conferencias que se den, si esa formación no se complementa con la formación en el hogar difícilmente una persona podrá llevarla a cabo.

Si un menor crece en un ambiente familiar en el que no hay respeto hacia las mujeres, en el que el sustento del hogar está basado en una conducta considerada como delito o en el que se enseña que aquel que “no tranza no avanza”, este menor considerará estas conductas como “correctas” pues las ve como completamente normales. Es por eso la importancia de que en los hogares se inculque este tipo de formación, para que así, en un futuro esos menores que serán adultos y posiblemente profesionistas y algunos abogados, ejerzan lo más éticamente posible.

Cuando me encontraba en el momento de decidir qué carrera quería estudiar, siempre me incliné por aquella que me permitiera ofrecer algo a la sociedad, algo que me permitiera hacer algo por los demás, siempre he sido partidaria de la justicia y al entrar a Derecho pude conocer por medio del Derecho Romano de tres principios que guiaban a los Romanos en aquel tiempo, establecidos por Ulpiano: “Vivir honestamente”, “No dañar a otros” y “Dar a cada quien lo suyo”; el artículo que uso como referencia para realizar este trabajo los toma como referencia al empatarlos con le Ética.

“Vivir honestamente”.- significa tener congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos, entre los valores que debemos tener o aquellos que decimos tener y el cumplimiento de ellos. Para que esto suceda se requiere seguir al pie este precepto, ser honesto, siempre y en todo momento, cuando somos observados y cuando no, es un valor que debe estar presente en nuestras acciones, sean profesionales o no. Vivir honestamente nos permitirá realizar nuestro trabajo con honestidad y ser claros con nuestros clientes, por ejemplo, cuando un juicio no puede ser ganado, evitando tener ventaja sobre él y optando siempre por la justicia. Otro aspecto importante a resaltar dentro de este principio es el evitar la corrupción, “vivir honestamente” nos invita alejarnos de este vicio tan grande que afecta a los ciudadanos de nuestro país, y que además, tristemente es una de la características con las cuales nos identifican a los abogados. Una parte del sector dedicados a litigar optan por la corrupción para facilitar o hacer más rápido los tramites o simplemente para ganar o tener ventaja en algún caso.

“No dañar a otros”.- implica no generar daño ni moral ni físicamente. Las lesiones morales pueden dejar consecuencias graves. Como profesionistas debemos evitar las críticas que afectan la credibilidad de un colega o de cualquier persona, debemos tener lealtad hacia nuestros compañeros y clientes. De igual forma este principios nos invita a que nuestro hacer profesional sea siempre ayudando a quien lo necesita, evitando prácticas que nos lleven a aprovecharnos del que menos tiene o el utilizar la ventaja sobre alguien, sea colega o un cliente.

“Dar a cada quien lo suyo”.- bajo este precepto Ulpiano define a la Justicia “Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”; pero para dar a cada quien lo que le corresponde es necesario primero determinar qué es lo que le corresponde tener a cada quien, en ocasiones, no será lo que lo beneficie, y es aquí donde entra la complejidad de la Justicia, cada quien verá lo justo dependiendo del lado en qué esté. Se debe ser imparcial y acatar lo que ordena la ley, así como saber perder, entender que no todos los casos se ganarán, se debe ser honesto con el cliente.

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