Inteligencia Emocional

Empezare sensibilizando la importancia de conceder de inteligencia a la emoción, ya que el solo hecho de tomar conciencia del dominio de los sentimientos, podríamos llegar a objetivarnos lo que queramos, es decir ampliar nuestra capacidad de razonamiento sin involucrar las emociones, cabe resaltar que las emociones no son malas al contrario son buenas hasta el punto que podamos dominarlas.

Para hacer un análisis sobre la inteligencia emocional, es importante tener conocimiento sobre los descubrimientos más recientes sobre la arquitectura emocional del cerebro que nos explica una de las coyunturas más desconcertantes de nuestra vida, aquélla en que nuestra razón se ve desbordada por el sentimiento.

Tomamos como punto de referencia a Daniel Goleman el cual habla sobre la inteligencia emocional y principia hablando sobre la arquitectura emocional del cerebro el cual la amígdala es la encargada de activar la secreción de dosis masivas de noradrenalina, la hormona que aumenta la reactividad de ciertas regiones cerebrales clave. Entre las que destacan aquéllas que estimulan los sentidos y ponen el cerebro en estado de alerta.

Considero que la importancia que tiene estas conexiones neuronales de la amígdala ya permite, durante una crisis emocional, reclutar y dirigir una gran parte del cerebro, incluida la mente racional, de igual manera la herencia genética nos ha dotado de un bagaje emocional que determina nuestro temperamento pero es ahí donde debemos procurara ser mejor cada día y poder dominar nuestras emociones. En conclusión podemos refutar que la amígdala es el plantón cerebral capaz de disponer al cerebro por ende la razón, también el origen de nuestro temperamento pero es ahí donde vemos el grado de importancia de mantener el “equilibrio” en toda clase de emociones, para así poder controlar las emociones negativas no aquellas que normalmente estados de ánimo desaparecen con el tiempo y paciencia como la tristeza, preocupación y enfado, sino aquellas que llegan a un extremo y hacen perder el autocontrol de sí mismos como : la ansiedad crónica, la furia desbocada y la depresión.

Pienso que tanto las emociones negativas o sentimientos que llegan al punto de perder el raciocinio y el control de sí mismo, se deben examinar ,actuar y reconocer el problema, desde el primer momento de que ocurre esta clase de emociones encontradas es buscar “ayuda” si no existe control. Por ejemplo cuando existe depresión, lo que busca la persona deprimida es alejarse pero no es la mejor forma de actuar ya que lo ideal sería buscar acompañamiento, realizar actividades en conjunto para así no llegar a una depresión extrema y poder adquirir el dominio de los impulsos emocionales más destructivos y frustrantes ;y optar el mejor camino. No solo buscar la ayuda para nosotros mismos si no para nuestros hijos en general.

Señalo aun transcendental filosofo el cual fue Aristóteles el cual realizo una importante frase “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”, reflexiono y pienso el grado dificultad de entender nuestros enojos, tristezas de igual manera nuestras alegrías pero más complejo seria comprender las emociones de los demás, pero como dijo Aristóteles, el problema no radica en las emociones en sí sino en su conveniencia y en la oportunidad de su expresión. La cuestión esencial es: ¿de qué modo podremos aportar más inteligencia a nuestras emociones, más civismo a nuestras calles y más afecto a nuestra vida social?, lo primero es sensibilizarnos y gobernar inteligentemente nuestra vida emocional, para así optar de felicidad en todos los aspectos de nuestra vida como, por medio de la sabiduría que sirve de guía a nuestros pensamientos, valores y supervivencia.

Debemos

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