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Judith Butler y el sentido de la vida


Enviado por   •  13 de Diciembre de 2018  •  Ensayos  •  1.365 Palabras (6 Páginas)  •  449 Visitas

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Judith Butler y el sentido de la vida post-moderno

        Emilia Carolina Yupit Herrera

En el documental Examined life de  Astra Taylor, la filósofa Judith Butler y la activista Sunaura Taylor intercambian ideas respecto al tema del discurso hegemónico del cuerpo humano.

Sunaura, teniendo artrogriposis, cuenta su manera de ver el mundo desde los actos más cotidianos, como caminar y tomar un café. Piensa que la existencia de rampas para discapacitados en la ciudad de San Francisco ha ayudado a las personas con capacidades diferentes a ser aceptados socialmente; sin embargo, aclara que todavía se sigue reprimiendo a estos individuos, pues tienen opciones de vivienda limitadas, pocas oportunidades profesionales y además, continúan sufriendo aversión social.

        Judith Butler señala en el vídeo que se ha establecido una técnica correcta de caminar, ocasionando que los sujetos como los discapacitados y los miembros de la comunidad Queer sean vistos con apatía. El tema de la discapacidad para Sunaura Taylor es un asunto político; igual que Butler, asegura la existencia de estándares normalizados de nuestros movimientos en la sociedad actual, los cuales convierten a aquellos que no siguen ese discurso (como los inválidos) en seres extraños e incomprensibles.

¿Es la discapacidad la organización social del impedimento? Cuestiona la filósofa feminista y Sunaura contesta: “los efectos incapacitantes, básicamente” (2008).

Ambas mujeres concuerdan que el género y la discapacidad convergen en diferentes formas. Tomando como fuente la obra de Gilles Deleuze ¿Qué es lo que el cuerpo puede hacer? Judith destaca la imposibilidad de la esencia del cuerpo humano: “No hay una forma de hacer las cosas” (2008) o de establecer una norma de cómo un cuerpo debe lucir. Sunaura se pregunta en el video ¿dónde quedan nuestros límites como seres humanos? ¿Qué hace a una persona no humana? Ante estas cuestiones, Butler sugiere repensar al ser humano como un sitio de interdependencia.

        Este tipo de cuestiones y divagaciones son congruentes a la época Post-moderna. Una de las definiciones más usadas de este movimiento, según Richard Rorty, es “la percepción de una pérdida de unidad” (1998, p.19). Esta fragmentación se encuentra tanto en la percepción del mundo como del hombre; ya no existen verdades estáticas, ahora hay diversas formas de percibir las cosas y ninguna de ellas tiene la habilidad de justificar su sentido  sin que se cuestiones. Después de aceptar la muerte de Dios (entendiéndose estas tres palabras como un suceso cultural), el hombre descubrió que todo este tiempo era él el responsable de la creación de realidades y subjetividades. Gracias a esta revelación, se empezó a cuestionar todos los discursos existentes y también a repensar aquello que fue considerado como tabú  en tiempos pasados. Dos de esos discursos son los temas de discusión de Judith Butler y Sunaura Taylor: el género y la discapacidad.

        Para Butler “el sexo no sólo funciona como norma, sino que además es parte de una práctica reguladora que produce los cuerpos que gobierna (….) en este sentido lo que constituye el carácter fijo del cuerpo, sus contornos, sus movimientos, será plenamente material, pero la materialidad deberá reconcebirse  como el efecto del poder, como el efecto más productivo del poder” (2002, p.18). Esta materialidad que produce el sexo es el género. Judith, igual que Simone de Beauvoir, defiende la idea de que el concepto de mujer y hombre no  es producto de los órganos sexuales. Lo novedoso de la teoría de Butler es el hecho que considera al sexo y a la sexualidad como ámbitos no naturales del hombre, sino como discursos impuestos por la sociedad.  

        Este sistema binario (mujer/hombre, sexo femenino/sexo masculino) es un ejemplo de verdad estática, pues a lo largo de la historia se nos ha impuesto una forma de pensar, de sentir y existir según nuestros órganos genitales. Siguiendo los planteamientos post-estructuralistas de Foucault, Derridá y Deleuze, Butler desfragmentó este discurso al tomar en cuenta todo aquello que escapa de lo establecido. Tomando la famosa frase de Simone de Beauvoir “no se nace mujer: llega uno a serlo”, la filósofa profundizó en lo que radica el ejercicio de construcción de género. Butler llegó a la conclusión siguiente: aunque el sexo sea binario, no hay motivo para creer que sólo existan dos tipos de género. Señala que “el género no es a la cultura lo que el sexo es a la naturaleza; el género también es el medio discursivo/cultural, a través del cual la naturaleza sexuada o un sexo natural se forma y se establece como prediscursivo, anterior a la cultura, una superficie políticamente neutral sobre la cual actúa la cultura” (1999, p.56). Aceptar la separación de sexo y género es para la filósofa una forma de reconocer las configuraciones inimaginables y viables del género, limitados por la experiencia del sujeto. De esta manera, se puede haber nacido con un sexo femenino, pero este órgano no garantiza la existencia de un futuro cuerpo femenino y una sexualidad heterosexual; “no está claro que la construcción del hombre dará como resultado la construcción de cuerpos masculinos” (Butler, 1999, p.54).

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