LA ILIADA DE HOMERO

Introducción.

Para hablar de la Ilíada es necesario retroceder algunos miles de años, cuando Grecia era un imperio fuerte, y dominante con enemigos bravos y fieros y muchos peligros sin igual.

Cuando la mitología tenia sentido y podía explicar cosas que en su momento no tenían explicación lógica. Sí, deidades y mortales caminado juntos incluso peleando hombro a hombro interviniendo en demasía en la vida cotidiana y generando toda clase de males y voluntades sobre sus inferiores “los mortales”. En este libro Homero relata de toda una guerra, que duro varios años, únicamente un episodio una batalla de toda una guerra que de no ser por el este pequeño paréntesis o episodio seria simplemente uno más y quedaría olvidado en una historia que quizá no es más que un mito, pues hay quienes afirman que Troya no es más que una invención de homero y que en realidad nunca existió, pese a que se han descubierto ruinas que afirman la existencia de ello, pero al final del día cada quien decide en que creer.

Pero la mitología de homero va más allá de ser simples rapsodias con un sentido fantástico y poco creíble; la mitología de homero va mas allá tiene que ver con las acciones que lleva a cabo el hombre con las palabras que pregona y emite que es lo que le da sentido al ser humano como tal el ser humano es lo que dice y hace, en palabras y acciones se basa su esencia.

La Ilíada.

La historia gira en torno a una lucha interminable entre aqueos y troyanos, la razón, una mujer de belleza inimaginable cual si fuera inmortal llamada Elena, la cual aun estando casada con un hombre valeroso poderoso y respetado llamado Menelao gobernante de Micenas decide traicionarlo pues el amor que le tiene a Paris hijo de Príamo es más fuerte, provocando una lucha interminable, por un lado las poderosas naves aqueas estacionadas en la costa de Ilión dispuestas al ataque con miles de soldados dispuestos al ataque, en el bando contrario liderados por el valeroso Héctor Priamida los troyanos guerreros valientes fuertes como ningunos y con la única manada de evitar que intrusos penetren en los muros de su ciudad hazaña que puede parecer casi imposible pero la bravura de los aqueos no entiende de imposibilidades.

En el olimpo los poderosos dioses se entretienen viendo desde sus pedestales a los simples mortales los cuales mediante rezos, ovaciones y hecatombes suplican y piden ayuda a sus deidades favoritas, las cuales si se ven complacidas con lo que ellos ofrecen acuden en su ayuda.

Pues bien la batalla comienza a inclinarse en favor de los aqueos puesto que su mejor hombre y protegido favorito del padre Zeus, Aquiles no se encuentra en la batalla ya que Menelao antes de ir a la guerra le hizo una ofensa terrible le quito a la esclava que el más quería Briseida como venganza debido a que Agamenón hermano de Menelao tuvo que entregar a Criseida hija de inigualable belleza de Crisis sacerdote de Apolo el cual al ver la ofensa que los aqueos habían hecho a su siervo les maldijo con una plaga terrible de flechas que los irían de manera invisible para el ojo humano pero que poco a poco iba acabando con las filas del ejercito aqueo.

Pronto se corrió la noticia de que el más bravo de los guerreros Aquiles no se encontraba en batalla lo que enardecía la valentía de los troyanos y los empujaba a acabar con los enemigos. Atenea y Hera diosas protectoras de Menelao y Agamenón al ver que sus favoritos Caín decidieron bajar de su comodidad digna de una deidad e intervinieron en la batalla.

Atenea dio toda clase de consejos a Menelao dándole serenidad para que el la contagiara a su ejercito, luego hizo de las suyas con el gran Diomedes dotándolo de fuerza y valentía inigualable tanto que no le importaban batirse a duelo contra una deidad, varias victimas troyanas cayeron, carros vacíos sin conductores debido a ese bravo protegido de Atenea valiosos miembros troyanos caían y caían entre ellos Eneas hijo de la hermosa Afrodita estuvo a punto de perecer si no hubiera sido por esta bella deidad que sintiendo lastima se lanzo en medio de la lluvia de flechas y la espada de Diomedes para evitar el destino fatídico de su hijo, hazaña que el costaría muy cara pues Afrodita no contaba con que Atenea hubiera dotado a su protegido con habilidades extraordinarias, pues ahora podía ver a las deidades y herirlas la primera victima inmortal fue esta hermosa diosa ya que al verla rescatar a su combatiente al cual pensaba darle muerte fuese salvado por ella por lo que actuó hiriéndole en el brazo.

La diosa tuvo que soltar a su hijo pues experimentaba

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