LA MUERTE COMO la LIBERTAD ABSOLUTA.

LA MUERTE  COMO la LIBERTAD ABSOLUTA.

Nosotros, mortales, pasamos la vida viviendo la muerte, algunos  buscándola; otros, huyendo de ella. Lo que el ser humano no comprende es que no hay vida sin muerte, y viceversa, no entiende que debe estinguirse algo para que algo más pueda exixstir. Así, pues, nos negamos a aceptarla como algo natural, como algo que gira en torno a nosotros así como nosotros de ella. En cambio, hablar de muerte nos atemoriza, nos paraliza.

La humanidad se ha aferrado en entender, a percibir, la muerte como algo final. Se empeña en reducirla a un concepto oscuro y doloroso pero, ¿Cómo puede un mundano darle un concepto a algo que no ha conocido? ¿Cómo describir qué es experimentar algo si no vive para contarlo?... Es por ello que, lo que el ser humano realmente teme es a lo desconocido, es a la incertidumbre de no saber qué es lo que hay más allá de aquello que conocen. Hemos dejado de sabernos como seres finitos, algo que no desaparece y que se tranforma.

No comprendemos que, al morir, pasamos de un cuerpo físico a un cuerpo de luz. Nos convertimos en algo aún más grande: Somos parte de un todo y nos entrelazamos con él para, así, regresar al lugar del que venimos y al que iremos cuando emprendamos el mismo viaje una  vez más. Carecemos de un cuerpo que nos limite a dónde ir y cómo actuar, se eliminan todas las barreras que nos obstaculizan el sentirnos llenos y plenos. Nos combinamos, nos hacemos uno con el resto de todos los seres que alguna vez fuimos y que seremos.

La muerte no es más que el punto máximo del libre albedrío al que tenemos derecho desde el momento en que venimos a este mundo, o a otros.

Guerrero Brito Zayde Itzhel

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