LA REFORMA LABORAL

REFORMA LABORAL

Desde el día 12 de Febrero de 2.012 la realidad en el mundo empresarial ha sufrido un cambio radical materializado por el Real Decreto Ley 3 de 10 de Febrero de 2.012. No es la primera reforma que se impulsa por el gobierno de turno y tampoco la única que tiene una contestación social. Ya que esta es la 7ª reforma laboral desde 1984 y de las anteriores ya conocemos sus consecuencias.

La crisis económica que atraviesa España desde 2008 ha puesto de relieve las debilidades del modelo laboral español. La cifra de paro se sitúa en 5.273.600 personas. La destrucción de empleo ha sido más intensa en ciertos colectivos, especialmente los jóvenes cuya tasa de paro entre los menores de 25 años alcanza casi el 50% y los desempleados de larga duración. La destrucción de empleo está produciendo efectos relevantes y negativos sobre nuestro sistema de la Seguridad Social.

Respecto a la reforma laboral, quienes la promueven dicen que tiene como objetivo principal potenciar el empleo, en especial el de los jóvenes. Además de modernizar un marco de relaciones que proceden de 1944, con una sobreprotección del puesto de trabajo y flexibilidad. Determinan que el objetivo fundamental de está reforma es la flexibilidad en el mercado de trabajo que permitirá, por una parte, crear la confianza necesaria en el empresariado de nuestro país (PYMES y autónomos) para que pierdan el miedo a contratar y así generar cuanto antes empleo y de otra parte, generar la confianza en los mercados e inversores extranjeros.

Desde mi punto de vista, el R.D Ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral es un punto de partida, puede que no sea suficiente pero era necesaria. Afronta aspectos importantísimos para frenar la sangría de despidos que hay muchas veces en las empresas por no poder flexibilizar las condiciones internas de trabajo de su plantía.

Así pues, en lo que se refiere al despido, yo creo que lo único que ha hecho la reforma es flexibilizar su regulación. La indemnización en los supuestos de despidos improcedentes de 45 días por año de trabajo, acentuaba la brecha existente entre los contratos indefinidos y los temporales y además dificultaba la competitividad de las PYMES especialmente en momentos de crisis interna. Con la nueva reforma laboral lo único que se ha hecho es generalizar la indemnización de 33 días de salario por año trabajado que ya existía desde la reforma del 97 y corregir así la dualidad entre los contratos temporales y los indefinidos. Ante esta situación de crisis, yo creo que lo fundamental es generar y mantener empleo de calidad y no centrarse más en cuanto valdrá el despido.

La reforma también establece la posibilidad de adoptar una serie de medidas como la reducción de la jornada, la suspensión temporal del contrato, etc, como alternativas al despido en los supuestos de crisis en la empresa. Con estas medidas se trata de reducir la rigidez que adolece nuestro mercado de trabajo que hace que, en momentos de crisis económica en este país, el ajuste lo tenga que hacer las empresas vía despido y no vía cambio y flexibilidad interna en la empresa.

Por otro lado, la nueva reforma espalda a los jóvenes creando una nueva modalidad contractual destinada exclusivamente a este colectivo, el denominado “contrato indefinido de apoyo a emprendedores” que trata de fomentar el empleo juvenil. También se trata de fomentar la negociación colectiva a pie de empresa. Hacer que los sindicatos estén presentes en la raíz de los problemas y no se basen únicamente en el convenio colectivo sectorial. Además esta reforma impulsa la formación profesional de los trabajadores como un factor de relevancia

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