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LA ÉTICA COMO UNA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DEL SER HUMANO


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2016  •  Ensayos  •  1.457 Palabras (6 Páginas)  •  286 Visitas

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Nombre de la materia

Ética y Desarrollo del Ser

Nombre del alumno

Gloria Elena Escobar Moya

Nombre de la Tarea

Ensayo

Unidad # 1

Dimensión trascendental y conceptual de la ética

Fecha

11 de septiembre de 2016

LA ÉTICA COMO UNA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DEL SER HUMANO

“La libertad es la condición ontológica de la Ética; pero la Ética es la forma reflexiva que adopta la libertad”.

 Michel Foucault

A lo largo de la historia la línea que divide las definiciones de la Ética y la moral ha sido un tanto difusa. Los términos Ética y moral son utilizados habitualmente de manera equívoca como equivalentes, lo que responde regularmente, a sus significados etimológicamente convergentes. La palabra Ética proviene del griego ethos que significa “el carácter, costumbre, hábito, modo de ser” y moral proviene del latín mos moris que significa también “carácter o modo de ser”.  

En este sentido, podemos profundizar en esta particularidad  y cuestionarnos por qué con el paso del tiempo han venido a significar cosas distintas estos dos términos que, si respondemos únicamente a su origen etimológico como lo hemos mencionado anteriormente, se refieren a una y la misma realidad. Hay que considerar que el devenir del tiempo y las constantes transformaciones experimentadas por las sociedades y por ende por los individuos, han permitido definir puntos de referencia para ambos conceptos, lo que ciertamente, más allá de esta semejanza,  nos lleva a vislumbrar que la Ética se comprende como la disciplina filosófica que se constituye como una reflexión sobre los lineamientos, problemas y hechos morales, mientras que la moral es en sí misma el conjunto de principios, normas y valores que cada generación de seres humanos trasmite a la siguiente, teniendo como fin transferir un legado positivo sobre el modo de comportarse para llevar una vida lo más cercana a la bondad y a la justicia.

Una vez  clarificados estos conceptos iniciales, cabe mencionar que también es importante reconocer las estructuras que surgen de la interacción social en las que el ejercicio moral y el pensamiento ético cobran sentido, es decir en la sociedad, la organización y la cultura, convirtiéndose éstas en sistemas de referencia y concepciones que se complementan para establecer códigos básicos de convivencia  que se expresan en valores y principios para orientar la conducta del ser humano. Así por ejemplo en el caso de la Ética, como lo menciona Mendieta (2006), ésta se constituye “en un patrón moral básico de carácter universal y generalizable […] dado lo racional y razonable de sus fines, valores y prescripciones de conducta. Esta Ética afecta a los individuos en tanto en cuanto individuos y miembros de la sociedad” (p.18).

Como podemos ver, la Ética no puede estar separada de la vida humana, pues necesariamente requerimos pensar y reflexionar sobre nuestras acciones y sobre sus repercusiones tanto a nivel personal como sobre quienes nos rodean, ya que como seres sociales, formamos parte de una organización mayor, de una sociedad. Así, una decisión individual puede abarcar las vidas de muchos seres humanos, lo que nos lleva necesariamente a cuestionarnos acerca de los parámetros que definen lo que es justo o injusto, lo correcto o incorrecto, lo bueno, o lo malo, trascendiendo el ejercicio unitaleral de juicio.

Entonces, podemos decir que la Ética o el pensamiento ético debe tener en cuenta en todo momento a la persona humana y su vida en comunidad, en sociedad. Y es lo que García González y Traslosheros (2009) afirman, cuando mencionan que la Ética se articula en la vida, y ésta adquiere sentido mediante las acciones que el ser humano realiza. De esta manera, la Ética procura orientar las acciones humanas, y por lo tanto, está entrelazada a la vida, de ahí que sin la Ética la vida no podría concebirse porque pocas realidades no pueden ser neutras, al menos en su gran mayoría. En esta misma línea, la Ética se interesa en descubrir cuáles son los rasgos o motivos por los cuales un grupo social prefiere un sistema moral por sobre cualquier otro. En tal virtud, los autores mencionan:

Si la pregunta radical sobre cómo hemos de vivir nos ubica en el punto en que sopesamos las diferentes formas de vivir, nos pone frente a los problemas éticos más fundamentales, y nos lleva a las preguntas Éticas que nos dicen cómo hemos de actuar y cuál es esa buena vida, la eubios de la que hablaba Aristóteles que, sin realizarse en solitario sino siempre en relación, nos hará ser realmente personas, realmente humanos" (p. 14).

Por otro lado, el pensamiento ético ha logrado trascender la concepción clásica positivista de la ciencia, en la cual, ésta únicamente podría aspirar a una descripción meramente fáctica de las prácticas y costumbres culturalmente validadas y vigentes en una sociedad especifica. Sin embargo, en la medida en que la dimensión normativa va más allá de este tipo de descripción de la conducta humana, el objeto de la Ética sufre una transformación interesante, en la que lo normativo ya no se concibe como un factor privativo a la acción misma, sino que es visto como un factor extrínseco, procedente de la esfera del deber ser y los valores, lo que no necesariamente se relaciona de manera directa con el mundo de los hechos ni se reduce al aspecto empírico.

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