LA ÉTICA Y MORAL HOY DÍA

LA ÉTICA Y MORAL HOY DÍA

PIERRE SEBASTIAN OVALLE ORJUELA

Vivimos en una época donde el respeto por la libertad de cada uno de nosotros como individuos, y el respeto por permitir que cada  integrante de la sociedad  pueda tomar sus propias elecciones  respecto a su forma de vivir, pensar y actuar es una preocupación  para todos aquellos actores que tienen poder de decisión sobre la educación, ya sea político, líder, maestro, etc. Si esta preocupación es solamente un discurso o una moda es un tema que merece ser discutido en otra oportunidad, lo cierto hoy, es que esta nueva dinámica educacional plantea un reto para las universidades, las cuales  tienen la responsabilidad de formar profesionales íntegros, con la particularidad de que se debe respetar en dicha formación la pluralidad que se vive hoy día.

Al hablar de Integridad se vienen a la cabeza conceptos de Ética y Moral, conceptos cuya definición y diferencia entre cada una de ellas se ha prestado para largos debates entre grandes pensadores, sin embargo, si tratamos de sintetizar en pocas palabras lo que es la ética y la moral, podríamos considerar que son el conjunto de normas básicas definidas culturalmente para armonizar la convivencia entre seres humanos, considerando la ética como el componente teórico y la moral como el carácter formado desde la parte vivencial como consecuencia de la aplicación de la ética.

De esta forma, es preciso mencionar en este punto que a pesar de que profesemos un discurso de libre albedrío ello no implica que no deban existir normas que regulen el comportamiento y las relaciones entre mujeres y mujeros (diría un presidente por ahí). La disciplina es la base del desarrollo de cualquier sociedad que aspire a tener mayor autonomía, hemos de reconocer que como seres inteligentes emocionalmente aun dejamos mucho que desear y son estas normas que se establecen las que permiten poner límites y garantizar ese fundamental respeto por el otro. Además, por más grandes que sean nuestros esfuerzos por respetar la libertad de pensamiento siempre vamos a estar atravesados por la cultura, lo cual condicionara nuestra manera de pensar gústenos o no.

Cabe resaltar que el hecho de establecer ciertos límites no implica que se nos deba poner en un cajón de fuerza, el objetivo resulta más como el enfoque que plantea Margarita Mauri , cuando dice que la ética debe estar orientada a la exploración personal de cada uno de nosotros, en la búsqueda del autoconocimiento y cuestionamiento de nosotros para la elaboración de un criterio y una postura, que a pesar de que en la moral no exista un a verdad absoluta, puede resultar casi evidente que el respeto por el otro es un principio universal , permitiéndonos  concluir y acordar cuales son aquellas posturas “políticamente correctas” en la gran mayoría de los temas esenciales.

En el texto de Margarita Mauri, se plantean algunas discusiones alrededor de la ética, se debe enseñar o no, quien la enseña se asume que es una persona ética, y si negamos la ética, etc. Discusiones y debates que en algún punto pudiesen resultar interesante, pero en ocasiones lo que termina haciendo es contaminando más la esencia del mensaje, enfrascándonos en debates cuya finalidad y resultado no resulta tan trascendental en la vida práctica, como se pretende plantear en el papel. Personalmente considero que hay temas que merecen ser abordados con estrategias como las que asumen algunos padres cuando se cae su hijo y dicen a su acompañante sin que el niño escuche “siga caminando, no mire al niño por que llora, déjelo que se pare solito”. Algunas veces necesitamos, ser más pragmáticos,  levantarnos, limpiarnos el polvo y seguir.

En este orden de ideas se pude concluir que la ética y la moral son necesarias en nuestras vidas, y merecen ser estudiadas y discutidas en todas las etapas de nuestras vidas, puesto que como seres que estamos en constante evolución, resulta conveniente estar siempre dispuestos a cuestionarnos y estar abiertos a la posibilidad de cambiar para mejorar. Resulta imposible pensar en que cada uno de nosotros es una burbuja y que nuestros valores no se vean influenciados por factores externos a nosotros. Vale la pena cuestionarnos, pero se debe tener un criterio para saber en qué cuestionarnos para no caer en trascendentalismos innecesarios. La disciplina y el autoconocimiento puede ser el dúo sobrenatural que nos permita respetarnos entre hermanos.

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