ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LO QUE SE VE Y LO QUE NO SE VE


Enviado por   •  31 de Enero de 2014  •  16.102 Palabras (65 Páginas)  •  229 Visitas

Página 1 de 65

Lo que se ve y lo que no se ve

Por Frédéric Bastiat

En la esfera económica, un acto, una costumbre, una institución, una ley no engendran un

solo efecto, sino una serie de ellos. De estos efectos 1, el primero es sólo el más

inmediato; se manifiesta simultáneamente con la causa, se ve. Los otros aparecen

sucesivamente, no se ven; bastante es si los prevemos.

Toda la diferencia entre un mal y un buen economista es ésta: uno se limita al efecto

visible; el otro tiene en cuenta el efecto que se ve y los que hay que prever.

Pero esta diferencia es enorme, ya que casi siempre sucede que, cuando la consecuencia

inmediata es favorable, las consecuencias ulteriores son funestas, y vice versa. — Así, el

mal economista persigue un beneficio inmediato que será seguido de un gran mal en el

futuro, mientras que el verdadero economista persigue un gran bien para el futuro, aun a

riesgo de un pequeño mal presente.

Lo mismo vale para la higiene o la moral. A menudo, cuanto más agradable es el primer

fruto de una costumb re, más amargos son los siguientes. Por ejemplo: la corrupción, la

pereza, el prodigarse. En cuanto un hombre, impresionado por el efecto que se ve, no

habiendo aprendido aún a comprender los que no se ven, se abandona a sus funestas

costumbres, no sólo por rutina, sino por cálculo (su propio beneficio).

Esto explica la evolución fatalmente dolorosa de la humanidad. La ignorancia lo rodea al

principio; así, ésta determina sus actos por sus consecuencias primeras, las únicas que, al

principio, puede ver. Sólo con el tiempo aprende a tener en cuenta las otras 2. Dos

maestros bien diferentes le enseñan esta lección: La Experiencia y la Previsión. La

experiencia enseña de manera eficaz pero brutal. Nos instruye de todos los efectos de un

acto haciéndonoslos sufrir, y no podemos evitar, a fuerza de quemarnos, terminar

sabiendo que el fuego quema. Me gustaría, todo lo posible, sustituir este rudo doctor por

otro más agradable: la Previsión. Esto es por lo que voy a investigar las consecuencias de

algunos fenómenos económicos, oponiendo a las que se ven las que no se ven.

I. El cristal roto

¿Ha sido usted alguna vez testigo de la cólera de un buen burgués Juan Buenhombre,

cuando su terrible hijo acaba de romper un cristal de una ventana? Si alguna vez ha

asistido a este espectáculo, seguramente habrá podido constatar que todos los asistentes,

así fueran éstos treinta, parecen haberse puesto de acuerdo para ofrecer al propietario

siempre el mismo consuelo: « La desdicha sirve para algo. Tales accidentes hacen

funcionar la industria. Todo el mundo tiene que vivir. ¿Qué sería de los cristaleros, si

nunca se rompieran cristales? »

Mas, hay en esta fórmula de condolencia toda una teoría, que es bueno sorprender en

flagrante delito, en este caso muy simple, dado que es exactamente la misma que, por

desgracia, dirige la mayor parte de nuestras instituciones económicas.

Suponiendo que haya que gastar seis francos para reparar el destrozo, si se quiere decir

que el accidente hace llegar a la industria cristalera, que ayuda a dicha industria en seis

francos, estoy de acuerdo, de ninguna manera lo contesto, razonamos justamente. El

cristalero vendrá, hará la reparación, cobrará seis francos, se frotará las manos y bendirá

de todo corazón al terrible niño. Esto es lo que se ve.

Pero si, por deducción, se llega a la conclusión, como a menudo ocurre, que es bueno

romper cristales, que esto hace circular el dinero, que ayuda a la industria en general,

estoy obligado a gritar: ¡Alto ahí! Vuestra teoría se detiene en lo que se ve, no tiene en

cuenta lo que no se ve.

No se ve que, puesto que nuestro burgués a gastado seis francos en una cosa, no podrá

gastarlos en otra. No se ve que si él no hubiera tenido que reemplazar el cristal, habría

reemplazado, por ejemplo, sus gastados zapatos o habría añadido un nuevo libro a su

biblioteca. O sea, hubiera hecho de esos seis francos un uso que no efectuará.

Hagamos las cuentas para la industria en general.

Estando el cristal roto, la industria cristalera es favorecida con seis francos; esto es lo que

se ve. Si el cristal no se hubiera roto, la industria zapatera (o cualquier otra) habría sido

favorecida con seis francos. Esto es lo que no se ve.

Y si tomamos en consideración lo que no se ve que es un efecto negativo, tanto como lo

que se ve, que es un efecto positivo, se comprende que no hay ningún interés para la

industria en general, o para el conjunto del trabajo nacional, en que los cristales se

rompan o no.

Hagamos ahora las cuentas de Juan Buenhombre.

En la primera hipótesis, la del cristal roto, él gasta seis francos, y disfruta, ni más ni

menos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (100.4 Kb)  
Leer 64 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com