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La Estudiosidad


Enviado por   •  22 de Junio de 2014  •  2.214 Palabras (9 Páginas)  •  558 Visitas

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Siete virtudes olvidadas

La estudiosidad como virtud

Entramos en una virtud un poco desconocida, la virtud de la estudiosidad, íntimamente relacionada con el conocimiento de la verdad.

El amor a la verdad parecerá ser mas necesario que nunca en la actualidad en una época de tantas tiniebla como la nuestra, se vuelve urgente recordar nuestra misión, pero el amor a la verdad total, no la verdad especulativa, sino también la practica.

De hecho toda la verdad es practica, la mas practica. Toda la verdad es vida, orientación para el hombre.

Por eso mientras mas nos interesamos por el estudio, mejor preparados nos encontraremos para hablar a este mundo.

1. La estudiosidad como virtud.

Tenemos que tener en cuenta que una cosa es el conocimiento de la verdad tomada en su misma, y otra el apetito de conocer la verdad. De hecho el ejercicio de la inteligencia encuentra en cada uno de nosotros muchas resistencias, lo cual hace necesario en cada uno de nosotros fomentar el apetito de conocer, de dicha consideración sale la palabra “estudiosidad”.

No es fácil encontrar una traducción exacta en nuestro idioma de la palabra estudiosidad la cual se refiere a la dedicación de un buen alumno.

Esto es lo que significa dicha palabra el dedicarse a algo, ocuparse concienzudamente en alguna cosa, trabajar con empeño.

Santo tomas dice “lo primero a que se aplica la mente es al conocimiento y luego a aquellas cosas a las que el hombre se dirige mediante el conocimiento. Por eso el estudio se ordena primero al conocimiento, y solo secundariamente a las obras que debemos realizar mediante la dirección del conociendo. Como las virtudes tienen por materia propia aquella sobre la cual versan ante todo y principalmente.., siéguese que la materia propia de la estudiosidad es el conocimiento.

El conocimiento puede ser considerado desde dos puntos de vista:

• El acto mismo de conocer: atiende a la verdad que contiene en el juicio, pertenece a las llamadas virtudes intelectuales.

• El acto del apetito de conocer: voluntad de aplicar la potencia cognoscitiva a un objeto determinado, es decir tan solo por amor a la verdad, pertenece a las virtudes morales.

El acto mismo de conocer se muestra como un acto propio de la inteligencia. El acto del apetito de conocer se presenta como un acto dependiente de la voluntad.

Resumiendo hasta aquí, la estudiosidad se nos presenta como una virtud que modera el apetito de conocer la verdad.

2. Las condiciones de la estudiosidad.

En el punto de vista de la verdad se da una especia de disponibilidad para donarse al que la busca. Pero ello exige diversas condiciones que hacen posible el abordaje de la misma. “la vehemente explicación de la mente” sobre todo el que se dedica al estudio, exige una entrega cotidiana, una suerte de olvido de si en el amor a la verdad.

Condiciones de estudiosidad.

Primero se desea adquirir la virtud de la estudiosidad, establecer en nosotros una zona de silencio, decía Saint-Exupéry que el silencio es el “espacio donde el espíritu puede desplegar las alas”

Se requiere asimismo el recogimiento. Un estudiante le pidió a santo tomas que le diera algunas recomendaciones para ordenarse en el estudio de 16 consejos 6 se refieren al recogimiento:

• deseo que seas tardo para habar y tardo para acudir allí donde habla.

• No quieras andar averiguando hechos ajenos

• No seas demasiado familiar con nadie, pues el exceso de familiaridad engendra el menosprecio y da ocasión de sustraer tiempo al estudio.

• No te entrometas de manera alguna en palabras y obras de los hombres del mundo

• Huye sobre todo del vano activismo.

• Gusta de frecuentar tu celda, si quieres ser introducido en la celda del vino.

Requiere asimismo para el logro de la virtud como para la adquisision de las demás virtudes morales, una buena dosis de carácter. El intelecto noe s mas que un instrumento, su efectividad depende del uso que de el se haga. Para emplear bien la inteligencia se requieren cualidades muy distintas de la misma inteligencia, a la inteligencia la mueve la voluntad, estas es por ello irremplazable.

La estudiosidad exige ciertas virtudes morales.

Las pasiones y los vicios debilitan la atención, la disipan, la desvían y acaban por deformar el juicio.

Por la pereza quedan sepultadas las mejores cualidades, la sensualidad debilita el cuerpo, oscurece la imaginación, entorpece la inteligencia, disipa la memoria, el orgullo aparte de la sujeción a la realidad, la envidia niega obstinadamente la verdad evidente, la irritación desdeña toda critica y se obstina en el error.

Entre las virtudes morales destáquenos la importancia de la humildad. Gracias a ella nos sujetamos gozosamente a la verdad.

Será preciso estar siempre abierto a la verdad, venga de donde viniere, sobre todo la que nos llega a través de los grandes. Nos es perder la dignidad saberse como enanos sentados en las espaldas de un gigante. Bien ah dicho pascal: quien sube sobre los hombros de otro ve mas lejos, aun cuando el sea mas pequeño.

Cuando la verdad nos llega por boca de una persona simple esto dice Santo Tomas: nadie por sabio que sea sebe rechazar de plano la doctrina de otro, por pequeño que sea, lo importante no es la persona, sino la verdad. Cuanto mas preciosa es una idea, tanto menos interesa saber de donde viene. Solo la verdad tiene derechos y los tiene doquiera se manifieste.

Pero al mismo tiempo será preciso odiar el error, venga de donde viniere. Ernest Hello: quienquiera que ama la verdad aborrece el error y este aborrecimiento del error es la piedra de toque mediante la cual se reconoce el amor a la verdad, podrás decir que la amas e incluso hacerlo creer a los demás, pero puedes estar seguro de que, en ese caso, carecerás de horror hacia lo que es falso y por esta señal se reconocerá que no amas la verdad.

Finalmente la plegaria, no nos referimos tan solo a la conveniencia de rezar

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