La Etica
IZB123Trabajo6 de Septiembre de 2014
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Índice
La ética………………………………………………………………2
Ramas de la ética……………………………………………………3
Metaética……………………………………………………………..3
La falacia naturalista………………………………………………...4
Ética normativa………………………………………………………4
Consecuencialismo………………………………………………….4
Deontología…………………………………………………………..5
Ética de la virtud……………………………………………………..5
Ética aplicada………………………………………………………...5
Historia de la ética……………………………………………………6
Antigua Grecia………………………………………………………..6
Edad media……………………………………………………………7
Edad moderna………………………………………………………...8
Edad contemporánea…………………………………………………8
Bibliografía……………………………………………………………...8
“La ética”
La ética es un área de la filosofía que muestra cómo se rigen las bases de la moral vinculando siempre la realización del bien con la felicidad y la realización del mal con la infelicidad y el sufrimiento. La ética es una disciplina teórica que versa sobre lo práctico: la acción, es decir, los hechos. Esta orientación teórica es un marco de reflexión ideal para que todo ser humano tome decisiones de acuerdo al criterio de aquello que es correcto o aquello que es justo.
La ética marca las pautas o principios del obrar humano. Sin embargo, conviene puntualizar que la ética también es objeto de debate en sí misma como muestra el hecho de que existen actos humanos sobre los que existe distinto punto de vista. Este es el caso, por ejemplo, del aborto o de la eutanasia.
Existen normas sociales que rigen el orden común y quedan reflejadas en leyes. Pero también existen normas personales que cada ser humano ha interiorizado a lo largo de su vida a partir de la formación recibida en su niñez. Sin embargo, con el proceso de madurez y la capacidad de reflexionar en la etapa adulta sobre la felicidad personal, cualquier ser humano también puede reflexionar sobre esos valores recibidos en la infancia.
Conviene puntualizar que la ética no solo está vinculada con el ámbito personal sino también, con el plano profesional. Es decir, es muy importante integrar la ética y los valores en el contexto de la empresa para recordar que el factor humano es más importante incluso que la productividad.
Lo realmente importante en cualquier ámbito de la vida es que cualquier persona sea fiel a sí misma y sea honesta con su forma de pensar y de sentir. Cuando una persona actúa de forma contraria a un valor personal entonces se produce el sufrimiento que surge de los remordimientos de conciencia. A nivel humano, cualquier persona puede pedir perdón a otra por un error concreto. El error es el acto humano que restablece el equilibrio perdido en una relación rota.
La ética es una rama de la filosofía que se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.1 Requiere la reflexión y la argumentación. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la adopción de un sistema moral u otro.
Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como “bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, “obligatorio”, “permitido”, etc., referidos a una acción, una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se establecen juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: “Ese hombre es malo”, “no se debe matar”, etc. En estas declaraciones aparecen los términos “malo”, “no se debe”, etc., que implican valoraciones de tipo moral.
Ramas de la ética
Metaética
El problema del ser y el deber ser
La ética teleológica es generalmente una ética orientada hacia fines, hacia un télos (en griego, ‘fin u objetivo que perfecciona a quien lo alcanza’).
Hume ha planteado la objeción de que la transición de “lo que es” a “lo que debe ser” es problemática, y en general ilegítima. La falacia naturalista de George Edward Moore plantea cuestiones estrechamente relacionadas, pero no es estrictamente lo mismo.
Como se destaca más adelante, los positivistas, deben estar epistemológicamente entre las tasas y tarifas de destino, y se diferencian por su relación diferente a los sentidos. La distinción epistemológica entre es y debe se basa en la ciencia empírica moderna. Quien no acepta esta distinción, o bien debe postular a un ser que no es directamente o indirectamente detectable, o se debe considerar lo que debe ser perceptible.
Las normas éticas se derivan de supuestas declaraciones sobre los seres, con frecuencia pasan inadvertidos por el uso de la ambigüedad normativa y empírica de términos como “esencia”, “naturaleza”, “determinación”, “función”, “final”, “sentido” u “objetivo alcanzado”. Así, la palabra “objetivo” es incluso lo que en realidad busca una persona (Su meta es graduarse). La palabra objetivo puede referirse también a lo que debe perseguir un hombre (por ejemplo, cuando se dice de alguien que perdió el objetivo o la meta de su existencia humana).
La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a falacias lógicas tales como: “La esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la anticoncepción no está permitida, porque no refleja la naturaleza de la sexualidad”.
Tomando nota de que esto supone que se ha deducido lógicamente que el ser es una justificación de las normas aún no desesperada. Porque, además de las declaraciones normativas y de los registros, hay voluntades. La expresión de la voluntad de una persona: “No quiero ser molestado en la siguiente hora por cualquier persona” incluye el deseo de que la norma “Nadie me debe molestar en la hora siguiente” sea capaz de ser acogida y respetada por otros. El punto central será saber si la expresión de la voluntad de esa persona sea o no sea éticamente correcta, o sea simplemente un acto arbitrario que no exige un respeto absoluto por parte de otros.
La falacia naturalista
George Edward Moore, en su obra Principia Ethica, acusa al naturalismo de cometer un error cuando infiere que algo tiene una propiedad moral a partir de que ese algo tiene tal o cual propiedad natural.4 Por ejemplo, asumiendo que el placer es una propiedad natural, un naturalista podría sostener que las relaciones sexuales son buenas porque son placenteras.4 Sin embargo, Moore señala que para afirmar esto, primero se necesita mostrar que todo lo placentero es bueno,4 y esto requiere de un argumento que parece difícil de proveer. Pese al nombre de la falacia, la misma parece poder extenderse más allá del naturalismo.4 Así, el desafío propuesto por Moore parece mostrar cómo es posible concluir legítimamente que una propiedad no moral puede identificarse o tener la misma extensión que una propiedad moral.
Ética normativa
El dilema del tranvía es un experimento mental que puede servir para ilustrar y poner a prueba distintas teorías éticas.
Las teorías de la filosofía ética o moral se pueden distinguir de acuerdo a los criterios de sus bases para la determinación del bien moral. El bien moral puede ser determinado por:
Las consecuencias (ética teleológica) consecuencialismo;
Disposiciones de comportamiento, rasgos de carácter y virtudes (ética de la virtud);
La intención del actor (ética disposición);
Objetivos hacia hechos morales, como objetivo de las evaluaciones morales sobre la propiedad o la acción (ética deontológica);
Optimización de los intereses o de las partes interesadas (de preferencia), la ética utilitarista, de la felicidad (eudaimonía), o del bienestar.
Consecuencialismo
Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo.
Las éticas teleológicas (Del gr. τέλος, fin) es un grupo de teorías éticas que emana deberes u obligaciones morales que buscan lograr un fin último, que presume bueno o deseable. También se le conoce como ética consecutiva, ya que se basa el juicio de los actos en sus consecuencias, y se opone a la éticas deontológicas (del griego δέον, deber), que sostienen que la moralidad de una acción es independiente del bien o mal generado a partir de ella.
El consecuencialismo sostiene que la moralidad de una acción depende sólo de sus consecuencias (el fin justifica los medios). El consecuencialismo no se aplica sólo a las acciones, pero éstas son el ejemplo más prominente. Creer que la moralidad se trata sólo de generar la mayor cantidad de felicidad posible, o
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