La Importancia De La Dimensión De Trascendencia

La importancia de la dimensión de trascendencia

Quiero reflexionar sobre la dimensión trascendental del ser humano, me llamó mucho la atención uno de los títulos “conciencia espiritual” de los últimos temas del manual que hemos llevado como texto en este curso. Al leer el contenido de este apartado veo que no hace referencia en el sentido que creí, todo gira en torno a la conciencia como percepción, como parte del ser espiritual del hombre.

Con respecto a la dimensión espiritual me parece muy interesante pensar en este aspecto trascendental del ser humano como realidad que no se puede negar, como tendencia natural. En el hombre existe una dimensión evidentemente no material, que da a su ser una condición no reductible a lo material, que la filosofía y la religión denominan espiritualidad. La trascendencia es la estructura fundamental del hombre, el hombre es espíritu, vive su vida en continua apertura hacia el Absoluto. Desde todos los tiempos, en todas las culturas se ha reconocido esta parte espiritual de la persona, “La trascendencia se refiere a ir más allá de algún límite. También llamada dimensión trascendental. Generalmente el límite es el espacio-tiempo, lo que solemos considerar como mundo o universo físico. El hecho antropológico fundamental es que el ser humano remite siempre más allá de sí mismo, hacia algo que no es él, hacia algo o hacia alguien, hacia un sentido. El ser humano se realiza a sí mismo en la medida que se trasciende"¹

Me he acercado a algunas definiciones que se han dado de espiritualidad ó de dimensión trascendente del ser, para tener presente de manera general que lo espiritual se refiere a los aspectos de la vida humana relacionados con experiencias que trascienden los fenómenos sensoriales, físicos, como aquello que le da vida al cuerpo y que hace a la persona encontrar un motivo a su existencia y un significado ó propósito a todo lo que realiza.

Esta dimensión espiritual como una fuente de riqueza, de conciencia de sí, de potencial, de alivio a muchas realidades y como forma de asumir la vida, la enfermedad y en el último momento la muerte. Me parece que al ponernos frente a esta dimensión de la persona estamos frente a algo decisivo, y digo esto porque es esta realidad la que define en sí el sentido de la existencia personal.

Quiero abordar este tema por aquello de lo que en muchos momentos he sido testigo, de lo que me ha tocado observar, palpar, de manera especial con quienes han compartido con migo sus vivencias. El sentido de la vida es algo que me inquieta y que considero que depende de la consciencia que se tiene y de la experiencia de saberse un ser trascendente. En mi quehacer pastoral con hombres y mujeres, he tenido la oportunidad de conocer diversos tipos de situaciones; las cuales, en muchos momentos son acompañadas de un vacío y frustración existencial. Cada vez más se palpa una sed y urgencia de encontrar un sentido auténtico a la vida. Se percibe un hastío de todo lo superfluo y de lo que denigra a la persona, esto lo he notado de manera especial en jóvenes, se les nota esa sed de ese algo que esta más allá de ellos mismos, hay una búsqueda. Lo trascendental siempre va estar, aunque no se sea consciente de ello, en muchas ocasiones ante un malestar que no es físico y que no se sabe de dónde viene, se busca soluciones que no ayudan, pues se busca fuera de sí, “con la ayuda da las ciencias empíricas, el hombre ha dado una vuelta alrededor de sí pero no ha entrado en sí mismo...” ².

La falta de conciencia sobre el ser espiritual, ser trascendente, ó el descuido de este aspecto llevan a la gente a encontrarse en conflictos seriamente graves; como vivir sin sentido o hasta llegar al suicidio.

Me ha parecido muy cuestionante la situación de quienes al parecer tienen las condiciones necesarias para sentirse felices, realizadas, con un sentido y una fuerte motivación para vivir y he podido comprobar que no es así, hay desde quienes tienen una familia, bienes materiales, todo un futuro por delante y su experiencia de trascendencia esta como dormida, como oculta, no puedo decir ausente, porque si ésta, es una realidad propia del ser humano no puede no estar si existe la persona, aún cuando la sensación sea de vacío, de sin sentido de la vida, de ausencia de algo que mueva, que impulse, que haga sentir ésta, capacidad de ir más allá de lo puramente material. Y confirmo que lo importante no es solo estar dotado de esta capacidad, sino poder vivirla; y esto implica ser conscientes de ese mundo sobrenatural que nos habita y desde ahí darle un sentido a lo que a cada uno le toca vivir, aquellas situaciones y realidades que no entendemos, que quisiéramos en muchos momentos descartar de nuestro entorno, como por ejemplo la enfermedad y

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