La Incongruencia De Mis Padres

Yo no creo en la existencia de Dios, siempre me costó trabajo creer que tal ser divino nos tenga aquí para ganarnos el derecho de ir a un supuesto paraíso o condenarnos a una eternidad de sufrimiento, de ser tan obtuso como para favorecer los que creen en El por los que no lo conocieron o nacieron en otras religiones… pero por esta vez vamos a pretender por un momento que el Dios cristiano existe, y que como obra “a imagen y semejanza suya” podemos evaluar sus intervenciones durante la historia de la humanidad.

La Biblia nos presenta a un Dios tan imperfecto como cualquier humano: sexista, esclavista, vengativo, homofóbico, celoso… claro, muchas historias planteadas en La Biblia no deben tomarse literalmente y más bien deben ser vistas como alegorías, pero esto no justifica que sigamos creyendo que nuestras mentes son insignificantes como para comprender las acciones de ese Dios y no podamos cuestionar los motivos que lo llevaron a tomar esas decisiones y sus consecuencias.

Comencemos por la creación del universo: Muchos cristianos creen en la historia esa de que en el primer día Dios dijo “hágase la luz” y la luz se hizo, al segundo día Dios hizo esto, al tercer día Dios hizo aquello… bla bla bla… ¿Quién estuvo ahí para documentar cuanto tiempo tardó Dios en hacer todo eso? ¿Cómo podía contar el tiempo si no existían los días? Porque la definición de “día” es lo que tarda la Tierra en dar una vuelta (360 grados) sobre su eje… si no existía nuestro planeta (ni la humanidad), ¿Cómo contaban los días? Tan marcado está hoy en día éste cuento que seguimos descansando un día a la semana (el Sabbat) a semejanza de cuando Dios descansó después de completar su creación. ¿Dios se cansó? ¿Cómo esperan pintar a un ser todo-poderoso si necesita recobrar fuerzas? …y eso que no dice nada de la creación de los demás planetas, que siendo millones de billones debió haber terminado exhausto!

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