La Libertad

1.- La Libertad

a. Concepto

El hombre en relación con los demás seres se distingue por la racionalidad y la capacidad de obrar libremente. La libertad es algo propio del hombre, que le lleva a intervenir en el proceso de actuar: se decide y se abstiene, interrumpe lo que había determinado o elegido entre las múltiples opciones que se le ofrecen, etc.

Pues bien, no es fácil definir con rigor lo que es la libertad. Pero un definición descriptiva y más cercana a la ciencia moral cabria definirlo en los siguientes términos: “la libertad es la capacidad interior de la persona, mediante la cual la voluntad puede optar entre querer y no querer determinarse, por distintas posibilidades o decidirse por su contrario”(FERNADEZ, Aurelio, 2001, P 71)

Esta definición no debe de llevarnos a pensar que la esencia dela libertad se base en elegir el bien y el mal, sino que la libertad es la facultad de querer el bien, solo así nos hace más libre.

b. Existencia de la libertad

La libertad es algo propio del hombre, forma parte de su ser constitutiva. Por eso se dice que la historia de la humanidad es la historia de la libertad. Esta afirmación tiene mucha razón porque la libertad y el hombre forman un solo ser, por tanto hacen la historia. Entonces se puede decir que la libertad es un hecho que día a día lo experimentamos en nuestra vida, que a su vez nos hace diferentes a los animales, porque la diferencia fundamental de un ser humano y cualquier otro animal es la libertad.

A pesar de todo lo que sucede en el mundo a causa del mal uso de la libertad, algunos niegan su existencia rotundamente. Ellos dicen: “el hombre no es libre”. De hecho, afirman, es un ser condicionado, y en sus acciones sigue unas normas dictadas. Estas personas de poca cultura no saben lo que dicen. Siguiendo el mismo punto, los errores de la negación de la libertad lo menciona la Encíclica Veritatis Splendor en los siguientes términos: “un conjunto de disciplina, agrupas bajo el nombre de ciencias humanas, ha llamado atención los condicionamientos de orden psicológico y social que pesan sobre el ejercicio de la libertad. Algunos de ellos han llegado a poner en duda o incluso negar la realidad misma de la libertad"(JUAN PABLO II, 1993. Pg. 56 N. 33).

La existencia de la libertad se prueba por la sagrada Escritura, “Dios hizo al hombre al principio y lo dejo en manos de su albedrio. Si tú quieres puedes gradar su mandamiento, y es de sabio hacer su voluntad. Ante el hombre está la vida y la muerte: lo que cada uno quiere le será dado” (FERNADEZ, 1993. Pg. 69).

. En resumen, concluimos que la libertad existe y que, con la vida del hombre van juntas de la mano en la historia de la humanidad.

c. La libertad y el bien

Empecemos haciendo una pregunta:

“¿las leyes obstaculizan la libertad? Depende. Si fomentan el mal y estorban al bien, entonces dificultan la libertad. En cambio, las leyes correctas favorecen la libertad en dos sentidos:

La libertad es capacidad de elegir el bien. Si las leyes dificultan el mal, entonces favorecen las decisiones correctas.

La libertad propia se mueve habitualmente en roce y conflicto con otras libertades. Entonces es necesario un ordenamiento que regule las acciones humanas. Sin esto, imperaría la ley del más fuerte aplastando la libertad de los demás. En este sentido, las leyes son imprescindibles para la libertad humana” (Pagina Wed)

Entonces como podemos ver que la ley no anula la libertad, al contrario le ayuda a que se ejercite de modo correcto, para tener así una sociedad donde reine la paz y la justicia. Es como su guía.

d.- la libertad y el bien

La relación entre la libertad y en bien es aún más estrecha que la existe entre la libertad y el bien. Y, sin embargo es más difícil de expresarla conceptualmente. La razón es que, si se niega la libertad para hacer el mal, parece que se limita e incluso puede pensarse que se rehúsa la condición libre del hombre. Sin embargo la libertad debe ejercerse para el bien, dado que se respete el ser de la persona y del ser de la libertad.

“El ser de la persona se orienta al bien y no al mal. Los clásicos fijaron este principio: hacer el mal no es libertad, no si quiere una parte de la libertad, sino señal de que el hombre es libre. En efecto la libertad no se fundamenta en el poder físico para hacer el mal, sino en el deber moral de elegir el bien. Es evidente que profesor, por ejemplo, tiene el poder físico para insultar al alumno, pero “no debe” hacerlo. De igual modo, un alumno fuerte puede abusar de otro alumno débil, pero no “debe”. Todo hombre goza del poder físico para llevar un cumulo inmenso de cosas moralmente ilícitas, pero tiene el deber moral de evitarlas.” (FERNADEZ, Aurelio, 1993. Pg. 63)

Es decir la persona es un ser libre por cuanto está en su arbitrio elegir aquel tipo de conducta que le permite alcanzar la propia perfecciona. Puede hacer el mal, pero no debe realizarlo. La libertad no se sitúa en el poder físico, sino en el deber moral.

2.- La libertad humana

a. La libertad dominio de si

La libertad es autodominio sobre lo actos, pero que es “acto humano”. Aquellos “son actos morales, porque expresan y deciden la voluntad o malicia del hombre que realiza esos actos” (JUAN PABLO II, Pg. 71)

Los actos humanos predican la bondad y la maldad de nuestros actos: el acto humano, acto moral. Ello se debe porque la libertad es lo que hace que el hombre sea un sujeto moral. “son morales las acciones que se realiza con conocimiento y libertad, pues solamente los actos humanos son deliberados. Por consiguiente, no son morales los llamados actos del hombre, o sea, los que se realizan de modo inconsciente e involuntario” (FERNADEZ, Aurelio, 1993. Pg. 53)

Lo propio del acto libre es el autodominio con que el hombre lo realiza. “el hombre domina su inteligencia gracias a la inteligencia y voluntad” (EVENCIO Merino, 1998 pg. 158.). Así el hombre gracias a su inteligencia y voluntad puede gobernar sus actos para que así obre correctamente. Lo que define la libertad es el poder de dirigir los propios actos para hacer el bien. “el hombre deberá ordenar y gobernar su vida adecuadamente solo si se centra firmemente su mente y voluntad en Dios” (DONES, Juan, 1973. Pg. 66)

Entonces la libertad es autodominio

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