La Republica De Platon
jonazzzz19 de Enero de 2013
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En el texto La República de Platón es ejemplo por excelencia de la influencia e interdependencia entre ética y política en la mentalidad griega. Ambas disciplinas son concebidas como partes de una única "ciencia del hombre".
La justificación ética de las costumbres humanas y la justicia de la organización social dependen, según se explica en La República, del conocimiento del bien. La plantación del bien en la vida individual o en la vida social sólo es posible, respectivamente, si la razón domina el alma humana y los filósofos gobiernan el estado. Por tanto, el estado no escapa a la jurisdicción del bien, y el libro de Platón desarrolla una semejanza entre el alma humana y la organización social.
Frente a la idea moderna de que la virtud moral (la felicidad) es un fin individual, mientras el estado ha de limitarse a hacerla posible asegurando los medios materiales para alcanzarla, Platón considera que el estado tiene como uno de sus fines (si no el principal) el perfeccionamiento de sus miembros en cuanto hombres, y esto no es posible sin la virtud. El estado debe ser, por así decir, "la condición de la salud de las almas".
El estado es presentado casi como una institución educativa encaminada a la felicidad sólo indirectamente, a través de la virtud. Siguiendo con la analogía que preside su diálogo, Platón considera que el estado no debe diferenciarse del alma en lo concerniente a sus fines: el fin de ambos es realizar la idea de bien, la justicia.
Desde un punto de vista moderno es fácil deslizarse hacia la conclusión de que esa pretendida identidad definición fines significa realmente el cumplimiento de una "justicia individual" para cada individuo, y una "justicia social" para el estado. Pero esto no es así para la mentalidad griega. Para aquella concepción, según la cual el hombre no se comprende sino inscrito en la sociedad, la justicia individual y la justicia política se deben mutua necesidad: sólo en la polis justa realiza el alma humana su ideal de virtud.
El pensamiento platónico, tal como es expuesto en La República, no permite la separación entre moral y política. El problema moral es un problema político: el hombre llamado a cumplir el mandato de la justicia sólo podrá hacerlo si el medio social es el adecuado y si cumple adecuadamente su cometido en la sociedad. Aunque también se puede decir que la política está al servicio de la moral, en el sentido de que las condiciones que Platón impone a la república y su caracterización de la estructura política están al servicio de la idea de Bien. En un sentido profundo, la política es concebida como auxiliar de la moral, su consecuencia y su coronamiento.
La conexión ética/política tiene su origen en la propia antropología platónica. Platón distingue tres "almas" o regiones del alma; de ellas, sólo el alma superior o racional tiene capacidad para conocer el bien, por eso el alma racional ha de gobernar a las inferiores. Pero el alma superior necesita de las almas inferiores y del cuerpo, ya que es un alma encarnada. Y como las necesidades del cuerpo y de las almas inferiores sólo pueden ser satisfechas en comunidad mediante la cooperación, el alma superior necesita, para conseguir su fin, una organización política racional.
Resumiendo el pensamiento político de Platón podemos decir que la política basada en la forma racional (ideal) de un estado que sea reproducción del hombre en su estructura y fines es la única que promueve la realización personal (pero en comunidad) de la virtud. Y la virtud sólo se realiza completamente bajo el manto de tal organización política.
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