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La Vigencia De La Etica


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2012  •  4.359 Palabras (18 Páginas)  •  1.412 Visitas

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LA VIGENCIA ÉTICA DEL SOCRATISMO

Manuel del Pino Heredia*

Resumen

El socratismo fue en la antigüedad una gran aportación para la ética de la responsabilidad, cuya influencia llega hasta nuestros días. Para ello resumiremos primero las objeciones críticas de los sofistas, que debieron ser constructivas como estímulo de reflexión para Sócrates. Esquematizaremos después las respuestas socráticas, que propiciaron su propia postura ética. Y por último nos referiremos a la vigencia de tal propuesta para los desafíos éticos actuales. (Esta comunicación es un breve extracto de la tesis en proyecto El problema de la justicia en Sócrates).

1.- Durante mucho tiempo se ha supuesto que Sócrates y los sofistas eran totalmente contrarios, debido a la enorme influencia de la obra de Platón; y que los sofistas representaban la parte equivocada o falsa de la filosofía. Hoy por fin se está empezando a revisar esa tesis maniquea. Otros autores discuten cuál era el punto exacto de cercanía entre Sócrates y los sofistas. Tal medición exacta no tiene mucho sentido, además de depender de la interpretación de cada escuela. Lo cierto es que la comunicación entre Sócrates y los sofistas debió ser más fluida de lo que quizá habíamos creído. Es plausible suponer que Sócrates, una vez superada su juventud naturalista, estaba buscando una teoría ética en general y sobre la justicia en particular. Debido a la complejidad del tema y a la propia actitud de Sócrates ante la vida, sabemos que no creyó haberla encontrado; buscar, y no encontrar, es la misión de la filosofía, la búsqueda del saber. En parte, esta falta de resultados pudo deberse a las objeciones éticas que planteaban los sofistas, aunque debieron servirle también como un poderoso estímulo para su investigación. Las objeciones sofistas más contundentes a una posible teoría de la justicia alegre y despreocupada pueden resumirse en las siguientes:

a) Trasímaco: ‘Lo justo es sólo el interés del más fuerte’. (Platón, República, I, 338c). No se refiriere a la aristocracia, sino a todo gobierno, sea tiránico, aristocrático o democrático. Cada gobierno crea las leyes según lo conveniente para él. Y todos los gobernantes declaran que las leyes útiles para ellos son lo justo para los gobernados y castigan todas las injusticias como contrarias a los intereses del pueblo, cuando en realidad sólo son contrarias a los intereses de ellos mismos. En una palabra, toman el interés público por su propio interés. Lo cual se puede resumir diciendo que en todos los Estados es justo lo que interesa al poder, o gobierno, que es quien tiene la fuerza, que es la única legitimidad a fin de cuentas. En todas partes lo justo es lo que conviene al interés del más fuerte.

b) Trasímaco: ‘La injusticia beneficia a su autor y la justicia perjudica’. (Platón, República, I, 343c ss.). La justicia es un bien ajeno al que lo practica, ya que los hombres que cumplen las leyes benefician a otro, al gobernante, que se favorece con las leyes que ha promulgado en su beneficio. Pues al ser la justicia un trato desigual, perjudica al que la cumple en función de los poderosos, siendo éstos los únicos felices con el resultado. En todas las operaciones el hombre justo obtiene menos que el injusto: en las asociaciones, con los impuestos, con los cargos de responsabilidad, donde el justo no obtiene ningún beneficio ilícito, y el injusto además lleva proporcionalmente más ventaja si es poderoso; esto ocurre especialmente en la máxima injusticia, la tiranía: el poder con absoluta libertad y sin trabas.

c) Glaucón: ‘La justicia no es un bien en sí, sino sólo por sus consecuencias positivas’. (Platón, República, II, 358a) . La justicia es en sí misma un bien penoso y desagradable, que la gente huiría, de no ser porque con ella se gana buena reputación y se obtienen beneficios. Por naturaleza es bueno cometer injusticias y malo padecerlas, pues cometer una injusticia beneficia, pero sufrirla perjudica. Los hombres sólo crearon la justicia de manera artificial, como un instrumento para protegerse de las injusticias ajenas. La justicia sólo un bien intermedio o relativo, un bien menor para evitar un mal mayor. Lo que desea todo hombre es cometer injusticias, pues beneficia, aunque perjudique a otros. Sin embargo, hay un objetivo aún más prioritario, que es evitar el mal mayor: sufrir injusticias, impunemente, sin poder repararlas. Para ello se propone el pacto social: se renuncia a cometer injusticias con tal de tampoco sufrirlas.

d) Calicles: ‘Las normas las imponen los débiles’. (Platón, Gorgias, 483b ss.). Hay que distinguir las cosas bellas por naturaleza y por convención, pues ambas son contrarias la mayoría de las veces. Por naturaleza es más feo sufrir injusticia, porque perjudica, pero por ley es más feo cometerla. Los que establecen las leyes son los débiles y la multitud. Se trata de un dominio de los débiles para perjudicar a los fuertes. Por eso los peores dicen que es una injusticia poseer más que el resto Pues aparte de estas inversiones antinaturales, en todas partes el fuerte domina sobre el débil y posee más. Con esas leyes antinaturales la sociedad domestica a los mejores y más fuertes (beltístous kaí errômenestátous) desde pequeños para que no sobresalgan. Esa situación antinatural será superada cuando los mejores esclavizados artificialmente sacudan sus cadenas e impongan sus propias leyes.

2.- A estas objeciones radicales, pero serias y pertinentes, Sócrates pretendería responder en su obra con una propuesta ética sólida, capaz de dar respuesta además a los grandes males de su presente. Las propuestas de Sócrates sobre la justicia serían las siguientes:

c) Uso del cálculo racional para resolver los problemas éticos. (Platón, Protágoras, 351c-362a). El cálculo racional o metrêtiké téchnê sería el arte de la medida de placeres y dolores. Lo bueno es lo útil o beneficioso para el hombre, lo malo es lo no útil o perjudicial. Placeres y dolores son ambos magnitudes positivas, aunque contrarias. De ahí la importancia de calcular, en el futuro, todas las consecuencias de placeres y dolores que tendrá nuestra acción; sumando unos y otros, se concluye si merece la pena, realizar la acción o no, a la vista del balance final. Teniendo en cuenta que algunas cosas agradables no son buenas, y algunas desagradables no son malas. Siempre hay que elegir lo agradable frente a lo desagradable; dentro de lo agradable, lo mayor; y dentro de lo desagradable, lo menor; pensando tanto en las consecuencias

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