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La ciencia de las masas

Martinez4321Síntesis22 de Noviembre de 2015

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Serge moscovici,

La era de las multitudes. Un tratado histórico de psicología de las masas,

Fondo de Cultura Económica, México, 19-0802-85

“Una masa es un conjunto transitorio de individuos iguales, anónimos y semejantes, en el seno del cual las ideas y las emociones de cada uno tienden a expresarse espontáneamente” (13)

La ciencia de las masas

“Desde la aparición de nuestra especie hasta el Renacimiento, el hombre tuvo siempre por horizonte el nosotros, su grupo o su familia a los que le unían fuertes obligaciones. Pero a partir del momento en que los grandes viajes, el comercio y la ciencia han desprendido este átomo independiente de humanidad, esta mónada dotada de pensamientos y de sentimientos propios, con sus derechos y sus libertades, el hombre se ha colocado en la perspectiva del yo o del a mí. Su situación no es nada fácil. Un individuo digno de tal nombre debe conducirse de acuerdo con su razón, estimamos, juzgar los seres y las cosas sin pasión, y obrar con pleno conocimiento de causa.” (25)

        “El paso de la tradición al modernismo arroja al mercado una multitud de individuos anónimos, átomos sociales sin vínculos entre sí.”. Es el paso de la comunidad a la sociedad (33)

        “Un hombre nuevo se forja en el amontonamiento de las grandes ciudades”: el hombre masa (35) La gran prensa vacía las mentes en un molde uniforme y asegura la conformidad de cada parcela de humanidad con el modelo impuesto. (35) “La estandarización del modo de pensar y de obrar alcanza dimensiones nacionales o incluso continentales” (35)

        Se dan dos tipos de conformismo: uno que proviene de arriba, de la minoría y otro que proviene de abajo, de la mayoría. “Y lo que se ventila es la posición de influencia, porque ésta se gana o se pierde según que el uno de los dos conformismos triunfe sobre el otro”. (35)

        La sociedad se transforma y va apareciendo como “un pulverizador: desgarra las creencias religiosas, desata los lazos tradicionales y deshace la solidaridad de los grupos. Pulverizados, los individuos son abandonados a su soledad, enfrentados con sus necesidades propias, en la jungla de las ciudades, en el desierto de las fábricas, en la atmósfera gris de las oficinas. Estos átomos diversos, estos granos de multitud se reúnen en mezclas inestables y violentas. Forman una especie de gas que tiende a explotar en el vacío de la sociedad despojada de sus autoridades y de sus valores, un gas cuya potencia explosiva aumenta con el volumen y lo domina todo”. Ella queda como la única fuerza con prestigio (37)

        Estos individuos se convierten en masa por sugestión o influencia, y esta conversión es enigmática, porque “cada cual cree ser la causa de aquello de lo que es únicamente el efecto, la voz de aquello de lo que es únicamente el eco; cada cual tiene la ilusión de poseer en particular aquello que comparte, a decir verdad, con todos” (30)

        Se reconoce a la sociedad de masas: “Se reconoce esto en el número, en la inestabilidad de los lazos entre padres e hijos, amigos y vecinos. Se percibe en la metamorfosis que experimenta cada individuo convertido en ser anónimo: los deseos, las pasiones, los intereses que subsisten en él, latentes, dependen para su realización de un gran número de personas. Lo vemos sometido a los sobresaltos de la angustia social y a las presiones para conformarse y asemejarse a un modelo colectivo” (39)

        “A partir de los diversos fragmentos heterogéneos se forma un complejo humano homogéneo: la masa compuesta de hombres-masa” (39) Los medios de comunicación la crea con su influencia.

        La psicología de las multitudes no se basa en el interés y la razón (45) sino en la imaginación sin límites y los sentimientos fuertes sin objeto determinado (47)

        “Evacuada de la economía por la técnica y la ciencia, la irracionalidad se concentra en el poder y se convierte en su eje” (48)

        “Se convence al individuo, se sugestiona a la masa” (49) A las masas las mueve la pasión y las creencias (50) Como dice Shakespeare: “Los locos guían a los ciegos”. (52)

        En política no hay historia, sino la repetición de lo mismo: la minoría que domina a la mayoría (52) “La economía y la técnica siguen las leyes de la historia, la política debe servir las leyes de la naturaleza humana” (53) “La política es la forma racional de explotar el fondo irracional de las masas” (53)

        “La experiencia de los pueblos confirma esta certidumbre: de una vasta idea a una acción precisa, de la inteligencia de un individuo al movimiento de una masa, el camino más corto pasa por los sueños. Cuando las ilusiones disminuyen o faltan, las colectividades y sus creencias caen en delicuescencia, son desvitalizadas y vaciadas de su substancia como un cuerpo privado de sangre. Los hombres no saben ya a quien sacrificarse. Nada ni nadie les impone ya la disciplina necesaria para las obras de civilización, nada ni nadie alimenta el entusiasmo o la pasión. El mundo de las admiraciones, el de las fidelidades, se halla vacante. Entonces proliferan los signos de pánico. Se teme la vuelta a la indiferencia muerta de las piedras del desierto, o a lo que es su versión moderna, el estado.” (55) (La indiferencia muerta del Estado)

        “Ahí, nadie se considera ya amigo ni enemigo de nadie. Las fronteras de los grupos o de la ciudad han desaparecido prácticamente. Un conglomerado amorfo de individuos remplaza al pueblo. En una sociedad de masas, como la nuestra, tiene como remedio el líder. A condición de que éste aleje el peligro de pánico. Así Napoleón, al término de la Revolución Francesa, restituyó a las multitudes el objeto de veneración de que carecían  les devolvió el ideal por el cual estaban dispuestas a sacrificarlo todo, incluso la vida y la libertad. ” (55)

        Las masas tienden al despotismo.

        “El estado de excepción produce hombres de excepción. Las masas delegan en ellos la soberanía como los romanos en su dictador” (63) “Los eligen teniendo en cuenta los años pasados en prisión, en el extranjero, la rebelión abierta en los momentos difíciles, la resistencia al enemigo, los gestos de ruptura heroica con su casta […] Todas las formas de herejía, de desobediencia y de usurpación […] son a la vez fuente de (63) un nuevo poder y el signo de elegido.” (64) El prestigio hace callar todos los escrúpulos morales, derriba todos los obstáculos legales ante el líder y cambia al usurpador en héroe” (64)

        “el conductor de las masas es siempre un usurpador, reconocido por ellas. Esto no se debe únicamente al hecho de que su acción se haya ejercido contra las normas de legitimidad, y que su poder haya nacido en el seno de un estado de excepción. Se debe también al respeto necesario de la igualdad. Excluye, en efecto, que un individuo, cualquiera que sea, pueda mantenerse indefinidamente por encima de la colectividad+++++++. De esta manera, todo líder verdadero se mantiene ilegítimo por naturaleza. Pero miek,jjzzntras ocupa su posición, dispone de manera absoluta de la masa” 864)

Le Bon y el temor a las multitudes

Gustav Le Bon (1841-1931). Medico de profesión abandona esa posición para la vulgarización científica que lo lleva a codearse con los más grandes.

        “Todo el mundo, en Francia, tenía puestos los ojos en el orden social y observaba la inestabilidad del poder. Los intentos de restauración, el restablecimiento del antiguo régimen con su monarquía y su Iglesia no habían dado los resultados que se esperaban” (73) y a Le Bon le obsesionaba la idea de poner remedio a los males de la sociedad (74)

        Diagnosticó que la enfermedad de la democracia parlamentaria era la irresolución (75)  y que la fuerza de gobernar conduce al orden social (75) “en la democracia es el gran número el que vota, es siempre el pequeño número el que gobierna” (75)

        Busca un antídoto para los desórdenes provocados por las multitudes y la encuentra en la psicología que “le enseña la existencia de un , formada por impulsos elementales, organizada por creencias fuertes, poco sensible a la experiencia y a la razón” (76) El alma de las multitudes responde a las sugestiones del conductor (análogo al hipnotizador). “Al evocar unas imágenes en lugar de las realidades y al dar una serie de órdenes, el conductor de masas toma posesión de aquella alma”, los reduce a su merced (76)

        Mussolini y Hitler reconocieron su deuda con Le Bon. Aunque Hitler también había leído The Group Mind de McDougall

        Según Le Bon “

“Toda sesión de hipnosis comporta así dos aspectos: el uno de relación afectiva, y el otro de manipulación psíquica. El primero consiste en una relación de confianza absoluta, de sumisión del hipnotizado al hipnotizador. En cuanto a la manipulación, se traduce en una limitación de la mirada, de las sensaciones, a un pequeño número de estímulos. Es una privación sensorial que restringe el (111) contacto con el mundo exterior y tiene como consecuencia hacer caer al sujeto en un estado hipnoide de sueño despierto.” (112) Se sume en un trance Obedece enteramente las ordenes que se le dan sin tener menor conciencia de lo que hace. Deviene una especie de autómata (112) Incluso las órdenes pueden ejecutarse de manera diferida y el hipnotizado sentirá que las hace libremente (113) Es la idea la que determina el estado físico del hipnotizado (113)

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