La humanidad en las estrellas

Para el hombre, las estrellas han significado desde siempre un conjunto de conductas misteriosas que desentrañar, razón a la cual le debemos completamente nuestra vida. Dejando a un lado el pensamiento filosófico, el cielo nos sirvió – y lo sigue haciendo– como un manual de supervivencia, pues con él pudimos guiarnos entre las tierras desconocidas, las estaciones, el ciclo de la vida y la muerte. Utilizamos las estrellas como puntos de guardado, construimos majestuosos monumentos que se alineaban geométricamente entre sí, mismos que podían darnos, según sombras y posiciones, un sistema para medir el tiempo, con el cual comprendimos comportamientos de la flora y fauna. Aprendimos a cosechar cada especie de alimento en su momento correcto. Con esto entendimos cada cuánto podíamos reproducirnos.

Conocer el movimiento y clasificar estrellas, constelaciones, nebulosas, planetas y cometas permitió a los navegantes adentrarse al mar sin el temor de perderse. La astronomía nos ha ofrecido mucho, y nuestra enorme curiosidad ha sabido sacar provecho de esto.

Cabe recalcar que no se encuentra agrado al separar la ciencia de la filosofía, ya que la primera proviene directamente de la segunda y en las dos se lleva el maravilloso acto del pensamiento crítico, aunque es cierto que en la ciencia es necesario seguir un patrón muy riguroso para llegar a una verdad, en la filosofía somos más libres en cuanto a los pasos que podemos seguir. Sin embargo, es necesario hacer esta separación porque la ciencia la podemos entender como el camino de métodos exactos para entender problemas y resolverlos, como es el caso de las ventajas anteriormente mencionadas. Así, la filosofía la entendemos como aquel conjunto de pensamientos sobre nuestra misma esencia, existencia, la verdad y el bien, la belleza de las cosas, su absurdísimo y mucho más que atañe a la búsqueda de la respuesta del ¿por qué somos? Al haber dado este espacio para hablarles sobre algunas de las diferencias que existen entre estas dos maneras de entender al mundo, puedo decirles que la ciencia necesita de la filosofía para existir, pues de ella proviene la duda, y del estudio de esta se encarga la ciencia.

Ahora podemos comenzar sin más con este ensayo, donde se analiza desde una visión filosófica la historia de la humanidad en el Cosmos, su inicio y su probable final.

La astronomía es uno de los oficios más antiguos del hombre, ya que se cree que el interés por los astros comenzó cuando nuestra civilización dejó el nomadismo y se instaló en lugares específicos, pues le era de ayuda para las actividades que se mencionan al inicio.

Sin duda, el cielo no fue únicamente escenario de lo anterior, pues es algo que todos podemos deducir al hablar de creencias y de los intentos de explicar por qué están donde están las cosas ¿Qué abran pensado los antiguos humanos al ver el cielo? Obviamente no lo mismo que nosotros, ya que ahora nos encontramos en un estado de mayor entendimiento del cosmos. Sabemos que los puntos brillantes en el firmamento no son más que estrellas como nuestro Sol, algunas más grandes o pequeñas –Aunque los tipos de objetos que existen en el universo son muchos. No solo se cierra en estrellas–. Hace muy poco encontramos una verdad que hace cambiar a todo aquel que la razona: somos polvo estelar. Nos constituimos enteramente de los residuos estelares de objetos muertos. Estamos hechos de la misma materia de la que están los planetas de todo el sistema. Compartimos materia con seres tan antiguos como los dinosaurios, y quién sabe, tal vez la vida llegó al planeta de alguna forma y así, no somos más que materia proveniente de alguna parte de la galaxia. Nuestro cuerpo contiene materia que anteriormente formaban estrellas u otros seres. Entendemos las cosas según el nivel de conocimiento que poseemos.

El universo nos pareció inconquistable durante

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