La libertad y la igualdad de John Locke

John Locke nació en Wrington hacia 1632 y desarrolló su vida al amparo del estudio de diversas disciplinas que lo llevaron a ocupar su tiempo con los experimentos químicos, la astronomía, la medicina y hasta la carrera diplomática. Al poco tiempo, empieza sus estudios de política social y poco a poco va demostrando cierta simpatía por la libertad individual y cierto grado de utilitarismo; A continuación se mencionara uno de los aspectos más notables de su teoría llamado el estado de naturaleza, en el que se cumple la ley natural, la cual se desarrolla como algo que puede ser conocido por la razón y seguido por la voluntad, y tiene a Dios por su origen. Por eso el hombre se encuentra en él, en la integridad de todos sus derechos, donde conoce y persigue su bien, asciende en la escala del ser y en el que cumple su deber.

Inicialmente, los hombres vivían en un estado de completa libertad, en el cual seguían sus impulsos sin necesidad de pedir autorización o permiso para desarrollar su vida, ya que eran totalmente libres de seguir su propio criterio al respecto. Este estado se caracterizaba por una igualdad básica entre los seres humanos, con base en el hecho que nacían de una manera idéntica y, por tanto, tenían derecho por igual a participar en el uso y disfrute de la naturaleza y de los bienes creados por Dios. Entonces, nacía en un ámbito que podría calificarse de ideal, en cuanto no dependía de nadie sino de sí mismo y de sus preferencias para tomar las decisiones que marcarían su vida.

Según Locke no es tanto la existencia real del grupo humano como las caracteristcas de relación social que las civilizaciones tienen al momento de su aparición lo que se debe poner en relieve. Es obvio que un gobierno, la administración de una ciudad o la sanción penal de una conducta delictiva no son elementos innatos a la aparición del ser humano sino que son creados posteriormente ante el surgimiento de los conflictos por la propiedad, por ejemplo. Resulta interesante destacar entonces, que la libertad e igualdad que caracterizan el estado original, no garantizan la inexistencia del conflicto entre los seres humanos. por el contrario son elementos los que aparentemente proporcionarían la disputa entre los hombres en la vida cotidiana al pertenecerles a todos los seres humanos en idéntica medida, haciendo imposible dirimir los conflictos sobrevivientes .

Ahora bien, si se sigue este razonamiento podría llegarse al riesgo del totalitarismo, asumiendo que es necesaria la participación del Estado como ente regulador y de control. De lo que se trata, creemos nosotros, es de asegurar el respeto y ejercicio de estas facultades elementos que son precisamente los que se retoman en las actuales declaraciones de derechos, mediante la emisión de las normas jurídicas pertinentes.

Sin embargo, Locke reconoce la existencia de los elementos de libertad e igualdad al momento de la aparición

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