La persona y origen del hombre

LA PERSONA Y EL ORIGEN DEL HOMBRE

El origen del hombre es un tema que siempre estará presente en nosotros, porque nos afecta de una u otra forma el no saber con propiedad de donde venimos porque ninguno estuvo presente cuando esto sucedió. Sin embargo, los científicos hace muchos años aseguraban que los seres humanos provienen del mono, información que no sostiene en la actualidad los científicos evolucionistas ya que no hay hechos que lo comprueben, todo es datos empíricos.

A partir del siglo XVIII, Lamarck, uno de los grandes hombres que incursó en la sistematización de la Historia Natural, defendió lo que se denomina “el transformismo biológico”, indica que, mediante la herencia de caracteres y especias primitivas, se crean nuevas especies.

Seguido de esto, Charles Darwin explica que el ser vivo se adapta a su entorno, lo que el denomina “selección natural”, los que mejor se adaptan son los que sobrevivirán y tendrán mayor descendencia. Las nuevas especies se van a producir mediante un proceso gradual que acumulará las pequeñas ventajas de cada especie. Por otro lado, Mendel, fue quien formuló las leyes de la genética que sirvieron para apoyar la hipótesis evolucionista.

Un dato interesante es que Darwin creía y afirmaba que las especies actuales no son una creación de Dios, sino que provenimos de una mezcla de materia inorgánica y otros innumerables organismos. Hay muchas teorías sobre el origen del hombre, pero no se puede tratar más allá del contexto del origen y evolución de la vida dentro del cosmos. Todo lo que pueda decir la ciencia acerca de este tema nunca ha estado soportado con hechos comprobables, pero dentro de la filosofía hay dos tipos de afirmaciones, la afinalística que afirma que la vida es el producto de mutaciones genéticas y la teoría finalística que en resumen dice que los seres vivos existimos gracias a una inteligencia creadora.

En conclusión, el origen del alma humana, una pregunta difícil de contestar, lo que si tenemos claro es que es algo espiritual, no se puede tocar y que es inmediatamente creada por Dios. No se debe separar la acción de la naturaleza de la acción divina porque ellas se complementan.

FINITUD Y TRANSCENDENCIA

Pensar en el origen y sentido de la vida humana nos lleva ver que nuestra vida tiene un carácter finito, limitado. Desde el punto de vista temporal. La muerte se anuncia a través del dolor y de la enfermedad, que muestran la imperfección del hombre y son avisos del carácter limitado y contingente de la persona.

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La muerte, ¿Qué hay después de ella?, uno de los misterios mas grandes, porque este es un caso que después de morir, no se lo podemos relatar a las personas que aún viven. Morir no es otra cosa que la separación del alma y del cuerpo según la filosofía, sin embargo, al decir esto, podemos deducir que el alma podría ser inmortal porque la muerte del hombre sólo sería su cuerpo y no el alma. Según desde el punto de vista del dualismo la muerte del hombre es simplemente la muerte del cuerpo y la liberación del alma de las ataduras del cuerpo.

Tomás de Aquino decía «el alma se une naturalmente al cuerpo porque es esencialmente su forma. Por lo tanto, el estar sin el cuerpo es contra la naturaleza del alma. Y nada contra la naturaleza puede ser perpetuo. Luego el alma no estará separada del cuerpo perpetuamente. Por otra parte, como ella permanece perpetuamente, es preciso que de nuevo se una al cuerpo, lo cual es resucitar. La inmortalidad de las almas exige, al parecer la futura resurrección de los cuerpos», y es cierto, ¿Qué es un cuerpo sin alma? ¿Qué es un alma sin cuerpo? Sin duda alguna, ambos se complementan como había dicho anteriormente, pero estas no son las únicas preguntas que surgen, aquí el tema principal es que hay después de la muerte, conocemos el termino

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