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La sociedad entre la armonía y la civilidad


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  1.181 Palabras (5 Páginas)  •  110 Visitas

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La sociedad entre la armonía y la civilidad.

Al aludir a la sociedad en la modernidad, hacemos referencia a un ambiente armónico entre cada uno de los individuos que lo conforman, sin desistir de los conflictos que se presenten, pues “siempre, todo problema tiene solución cuando todos participan en dicho objetivo”. Esta es una de las muchas perspectivas que se nos presentan individualmente cuando simplemente se nos menciona la palabra “sociedad” o “comunidad”. Incluso podríamos llegar a pensar que solo se trata de un grupo de personas que viven en un mismo territorio y nada más.

Aunque cada quien pueda formularse su propia “definición”, por ahora basémonos en la mencionada al inicio, pues esta incluye tres palabras clave que integran el término sociedad: ambiente, individuos y participación.

En efecto, estos conceptos, al parecer son los que verdaderamente fomentan el término, aunque, podríamos tomar en cuenta toda la afirmación, al igual que muchas otras, no para aprobar su significado, sino para reflexionar en base a su contexto y así poder formularnos una definición propia para poder comprender a nuestra manera el verdadero sentido de este término.

Es importante para nosotros conocer el sentido del término sociedad para así ser capaces de identificar su relación con el individuo y con los principios éticos, y dar pie así a una nueva forma de verla para poder ser críticos en un aspecto filosófico que interfiera en el desarrollo de una definición constructiva en la que todos podamos participar, dando lugar así a la democracia.

Pero vayamos al grano. En más de alguna edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, sociedad  se define como “grupo de hombres reunidos en una misma comunidad por la naturaleza, las leyes o algún pacto”1. De manera literal, la definición solo menciona al espacio y a los individuos, pero analizándola bien, podemos descubrir otros conceptos que la hagan más clara. Analicemos: Se menciona que los individuos están reunidos en una misma COMUNIDAD, por leyes pactos o naturaleza. Aquí resaltamos la palabra comunidad, porque, en efecto, se deriva del adjetivo “común”, que se aplica cuando son muchos en semejanza, o en otras palabras, COMPARTIENDO. Si nos ponemos a reflexionar, compartir va más allá de solo tener varios la misma posesión, porque de no ser así (volviendo al concepto), una comunidad sería una verdadera “manzana de la discordia”. Obviamente ningún miembro intentará “adueñarse” de alguna costumbre que tengan todos, por mencionar un ejemplo, pero a lo que queremos referirnos es que el hecho de compartir incluye a la civilidad de por medio.

Podemos deducir que la civilidad o urbanidad no es más que el buen juicio de los individuos, que nos hace tomar las decisiones más correctas en cuanto a compartir con la sociedad se refiere, pues también es una forma de participación. De esta manera, teniendo cada miembro urbanidad, se puede decir que las cosas van a ir “de maravilla”.

Pero, reflexionemos acerca de la vida real: ¿en verdad toda la sociedad vive en armonía? Al parecer, no. No existe nación, ciudad, pueblo o incluso familia donde “todos se quieran”. De hecho, la rivalidad siempre ha estado y sigue presente en la sociedad, pues nunca faltan los bandos que no concuerdan unos con otros y siempre terminan compitiendo para un mismo fin, e incluso hasta al enfrentamiento agresivo han llegado. Si la sociedad es un espacio armónico entre los individuos, entonces ¿no existe la verdadera sociedad?

De hecho, nosotros seguimos afirmando que somos una sociedad, aunque no se cumplan todas las características que contiene, pero, lo hacemos debido a la influencia de la vida cotidiana en este término. ¿Cómo? La publicidad, las conferencias e incluso los mismos libros de texto.

Pues aunque fuese o no una sociedad desde el punto de vista de cada quien, lo que atentamente debemos justificar es al individuo y no al grupo, pues es este quien inicia a formar su grupo o al menos se integra, “separándose” así de la sociedad. En este caso, el “separarse” de la sociedad, no quiere decir que el individuo quedará libre y único aunque éste  lo desee, pues vivimos rodeados de otros y estamos en un mismo espacio. Además de que el individuo no es autosuficiente, el hecho de necesitar de los demás, lo “reintegran” a la sociedad.

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