Lectura ¿Había vida antes de los jefes?

¿Había vida antes de los jefes?

Después de hacer la lectura de Marvin Harris, me llama la atención que los fundadores de la ciencia dicen que no puede haber humanidad sin gobernantes ni gobernados, porque como afirma Hobbes, “el género humano se basa en el poder”. En una organización, el jefe representa el poder. Establecer el orden, asignar funciones y distribuir responsabilidades, dirigir a la organización al éxito, es su trabajo. A eso estamos acostumbrados. Tener una persona que piense por nosotros y nos diga qué hacer y porque no decirlo, hasta qué pensar. De esta forma, una empresa sin jefe parece el paraíso o también puede parecer un panorama desordenado y en caos. No tener que aguantar a esa persona que cobra más que nosotros, nos dice lo que tenemos que hacer y que, en muchas ocasiones, consideramos menos lista que nosotros. Curiosamente ese es el objetivo de muchas organizaciones, librarse de la relación laboral entre empleado y jefe. Eso puede parecer fácil.

Según Harris, el ser humano nunca necesitó de gobernantes o figuras importantes; sí, de cabecillas, pero su opinión nunca era más importante que la del resto, simplemente podía tomarse en más consideración, y cuando alguien alardeaba de algo, alguna hazaña propia por ejemplo, se le ridiculizaba... Afirma, textualmente: "Rechazamos al que alardea, pues algún día, su orgullo le llevará a matar a alguien. De esta manera, atemperamos su corazón y hacemos de él un hombre pacífico". Atendiendo a esto, ¿necesita el ser humano alguien que le marque los límites? Se ha perdido algo tan natural en el ser humano, como es la capacidad de dar, y por eso necesitamos leyes y mercados que nos limiten. Actualmente, las nuevas organizaciones reclaman profesionales expertos que se responsabilicen de sus tareas sin tener que depender de la figura de un líder.

Las empresas y organizaciones están enfrentando un nuevo y continuo proceso de cambio y transición, en el que han empezado a centrar los tradicionales modelos de dirección hacia las nuevas tendencias de gestión. Los clásicos sistemas de jerarquía, en los que el jefe hacía las veces de administrador y mandatario, están empezando a quedar atrás.

En este tipo de organizaciones cada persona es responsable de su área de trabajo y de rendir cuentas sobre los objetivos marcados. Esa responsabilidad es, la característica principal de los nuevos equipos en los que el alto grado de compromiso permite poder trabajar a sus integrantes sin depender de la presencia de un jefe.

Pero no significa que el líder no sea necesario, siempre tiene que haber una persona que coordine, siempre es necesario alguien que gestione.

Hoy en día estamos descubriendo nuevos modelos de organización de empresas que aportan nuevas ventajas en cuanto a la agilidad de esta. Entre estos se encuentra el modelo Holocrático

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