Libre Albedrio

Para comenzar a tratar la cuestión del libre albedrío del hombre, hay que definir lo que comúnmente se entiende por éste, siendo tal la capacidad del hombre de obrar por reflexión y elección, decidir su camino, su propio destino. Precisamente ésto último me trae a escribir este tema. Habrá quien no crea en el destino, y muchos otros que se han encargado de idealizarlo hasta el punto de llevarlo hasta el misticismo. Pero la verdad racional sobre éste es diferente.

Hay que comenzar preguntándose hasta que punto el entorno en el que vive una persona puede afectarla. ¿Puede éste definir el pensamiento de una persona, su propia identidad y sus actos? Por supuesto que si puede ya que nos vemos constantemente bombardeados con estereotipos, etiquetas y estilos de vida, los cuales muchos de nosotros aceptamos como nuestros. Incluso para aquellos que descartan estos cánones puede decirse que se han visto influenciados por otros que los rechazan, o que lo hacen por pura necesidad. En sendos casos el libre albedrío brilla por su ausencia, solo parece apreciarse una respuesta de los individuos a su entorno, la necesidad de encajar, de sobrevivir. Dicho en otras palabras, no somos lo que queremos ser, somos lo que el entorno nos induce a ser.

Desde que comenzamos a evolucionar la impetuosa necesidad de adaptarnos se ha complejizado junto con nuestro entorno cada vez más artificial. Como antes era necesario sobrevivir en la salvaje naturaleza ahora lo es en nuestra sociedad actual. Si rastreamos el origen de nuestras ideas vemos que las hemos heredado de otros quienes las han sacado de la necesidad del momento, y así con todo lo demás. Nuevamente el libre albedrío no hace aparición alguna.

Ésto que se ha dicho es nada menos que el destino. El propio entorno del hombre que condiciona su vida. Claro que habrá infinidad de variables a tomar en cuenta para predecirlo, pero eso ya es otro tema.

El entorno del hombre define su destino

Sería fácil entonces, cambiar el entorno para cambiar el destino, pero ¿realmente estaríamos decidiendo cambiar el entorno o el entorno nos induciría a cambiarlo por su propia decadencia? (tomando en cuenta ésto desde el punto de vista social exclusivamente)

Hasta aquí no hay evidencia de que tengamos libre albedrío, por lo que es necesario replantearse lo que ésto significa hasta el punto de considerar si nuestro pensamiento es mecánico, influenciable y predecible o si es completamente independiente.

En el primer caso no tendría sentido nuestra existencia, o al menos no para nosotros, ya que ser lo que el entorno nos demanda no requiere ninguna decisión cuando lo único que podríamos decidir sería lo que estamos condicionados a decidir. En el segundo caso nosotros decidiríamos nuestro propio destino y seríamos responsables de ello.

Y esta visión, por mas radical que parezca, puede verse en eternos

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