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Enviado por   •  12 de Junio de 2014  •  3.349 Palabras (14 Páginas)  •  189 Visitas

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glaciares del corazón de Asia alimentan sus mayores ríos y dan sustento a 2000 millones de personas. Hoy el hielo y la nieve menguan.

FECHA DE PUBLICACIÓN:2011-06-29 AUTOR: BROOK LARMER

Los dioses debenestar furiosos. Es la única explicación que tiene sentido para Jia Son, agricultor tibetano que contempla la catástrofe que se despliega arriba de su aldea en la montañosa provincia china de Yunnan. "Hemos alterado el orden natural -afirma el devoto budista de 52 años-, y ahora los dioses nos castigan".

En una tibia tarde de verano, Jia Son ha recorrido a pie más de dos kilómetros hasta la garganta que el glaciar Mingyong ha tallado en el sagrado monte Kawagebo, que se alza entre las nubes a 6,740 metros. No hay señal de hielo, sólo un río que se agita con agua deshelada cargada de limo.

Durante más de un siglo, desde que su lengua lamía el extremo de la aldea de Mingyong, el glaciar ha retrocedido como una serpiente moribunda que se retira a su madriguera. Su ritmo se ha acelerado durante la década pasada y hoy abarca más de un campo de futbol americano al año, velocidad nada glacial para una antigua masa de hielo.

"Todo esto solía ser hielo hace 10 años -dice Jia Son, mientras atraviesa penosamente pedregales y malezas. Señala un sendero trillado por yaks en la ladera, situado unos 60 metros por arriba del fondo del valle-. El glaciar cubría en ocasiones ese sendero, así que debíamos arriar a nuestros animales sobre el hielo para llegar a las praderas altas".

Al doblar por un codo del río, por fin sale a la vista el morro del glaciar: es de color negro mortecino, lleno de roca pulverizada y tierra. El agua de su hielo, tan pura que se empleaba en rituales para simbolizar a Buda mismo, está ahora cargada con tanto sedimento que los aldeanos no pueden beberla.

Por más de un kilómetro, la alguna vez tersa superficie del glaciar ahora es rugosa y tiene cráteres como la piel de un leproso. Hay atisbos de hielo azul-verdoso en las fisuras, pero las grietas mismas indican problemas."La bestia está enferma y se está consumiendo -menciona Jia Son-. ¿Si nuestro glaciar sagrado no puede sobrevivir, cómo podremos nosotros?".

Es una cuestión de la que se hace eco alrededor del planeta, pero en ningún otro sitio de manera más apremiante que a lo largo de la vasta franja asiática que extrae su agua del "techo del mundo". Este coloso geológico -la meseta de mayor altura y más grande del planeta, rodeada por las montañas más altas del orbe- cubre una superficie mayor a la de Europa occidental, a una altitud media mayor a tres kilómetros.

Con casi 37,000 glaciares tan sólo en el lado chino, la Meseta Tibetana y su arco montañoso circundante contienen el mayor volumen de hielo fuera de las regiones polares. Este da origen a los ríos más extensos y legendarios de Asia, desde el Yangtsé y el Amarillo hasta el Mekong y el Ganges, que durante el curso de la historia han nutrido civilizaciones, inspirado religiones y sustentado ecosistemas.

Hoy día son fundamentales para algunas de las zonas más densamente pobladas de Asia, desde las áridas llanuras de Pakistán hasta las sedientas metrópolis del norte de China, situadas a casi 5000 kilómetros de distancia. En suma, alrededor de 2000 millones de personas en más de una decena de países -casi un tercio de la población mundial- dependen de los ríos alimentados por la nieve y el hielo de la región de la meseta.

Sin embargo, se avecina una crisis en el techo del mundo, la cual descansa en una extraña paradoja: pese a su aparente poderío e inmutabilidad, esta extensión geológica es más vulnerable al cambio climático que casi cualquier otra parte de la Tierra.

En conjunto, la Meseta Tibetana se calienta a un ritmo dos veces mayor que la media mundial de 0.74ºC durante el siglo pasado -y en algunos lugares aún con mayor rapidez-. Estas alarmantes velocidades, sin precedentes durante por lo menos dos milenios, son implacables con los glaciares, cuya extraña confluencia de altitudes enormes y pequeñas los vuelven especialmente sensibles a los cambios de clima.

Los glaciares del corazón de Asia alimentan sus mayores ríos y dan sustento a 2000 millones de personas. Hoy el hielo y la nieve menguan.

FECHA DE PUBLICACIÓN:2011-06-29 AUTOR: BROOK LARMER

Durante miles de años los glaciares han formado lo que Lonnie Thompson, glaciólogo de la Universidad Estatal de Ohio, llama "la cuenta bancaria de agua dulce", inmenso almacén cuya acumulación de hielo y nieve nuevos (depósitos) ha compensado históricamente sus escorrentías anuales (retiros).

El derretimiento de los glaciares cumple su función más vital antes y después de la temporada de lluvias, cuando suministra gran parte del caudal de todos los ríos, desde el Yangtsé (que riega más de la mitad del arroz de China) hasta el Ganges y el Indo (vitales para los centros agrícolas de India y Pakistán).

Sin embargo, durante los últimos 50 años el equilibrio se ha perdido, quizá irrevocablemente. De los 680 glaciares que los científicos chinos vigilan de cerca en la Meseta Tibetana, 95% pierde más hielo del que acumula. Las pérdidas mayores se encuentran en sus extremos austral y oriental.

"Estos glaciares no sólo retroceden -afirma Thompson-. Pierden masa desde la superficie hacia abajo". La capa de hielo de esta parte de la meseta se ha encogido más de 6% desde los setenta del siglo XX, y el daño es aún mayor en Tayikistán y el norte de India, con reducciones de 35 y 20%, respectivamente, en relación con las cinco décadas anteriores.

Aunque los científicos debaten sobre la velocidad y causa del retroceso, la mayoría no niega que sucede y cree que lo peor podría estar por venir. Mientras más zonas oscuras quedan al descubierto por el derretimiento, se absorbe mayor cantidad de luz solar que la reflejada, lo que causa que las temperaturas aumenten más rápidamente (algunos climatólogos creen que este ciclo de calentamiento podría intensificar el monzón asiático, disparando tormentas e inundaciones más violentas en lugares como Bangladesh y Myanmar). De sostenerse las tendencias actuales, los científicos chinos consideran que 40% de los glaciares de la meseta podría haber desaparecido para 2050.

Las posibles repercusiones se extienden más allá de los glaciares. En la Meseta Tibetana, en especial en su árido flanco norte, el clima más cálido ya afecta a las personas. Los pastizales y humedales se están deteriorando y el permafrost que los alimenta con el derretimiento de la primavera

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